La UE ante la segunda oleada: “Esta vez hemos aprendido la lección”

Bruselas no consigue coordinar fronteras y desaconseja viajar

Júlia Manresa Nogueras
4 min
Ursula Von der Leyen col·locant-se la mascareta contra el coronavirus, en el seu primer discurs sobre l'estat de la Unió al Parlament Europeu de Brussel·les

BruselasLa segunda oleada de la pandemia ha llegado a Europa casi con más fuerza que la primera, y la capacidad de reacción de la Unión Europea, como institución, no cuenta precisamente con un exceso de elogios. El plan europeo de recuperación económica todavía no se ha puesto en marcha y no se han podido pactar criterios comunes para gestionar las fronteras y confinamientos a pesar del caos de restricciones de la primera oleada. Al mismo tiempo, sin embargo, necesitan que la ciudadanía sea responsable en un momento en el que son conscientes de que la “fatiga” pasa factura y de que se acercan fechas navideñas. Por eso, quieren demostrar que han aprendido la lección y ayer mandaron un mensaje de compromiso de más coordinación: “Esta vez hemos aprendido la lección; la primera reacción no fue la adecuada”, decía ayer la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen.

El ejecutivo comunitario, sin competencias en Salud, hace todo lo que está en sus manos: liberar las normas de déficit, coordinar la compra avanzada de dosis de vacunas, eximir del IVA los productos sanitarios y, sobre todo, exigir coordinación cada vez que tiene la oportunidad de hacerlo. Además, ayer anunció que este noviembre lanzará un programa piloto para tener un formulario común europeo para los viajes y llamó a todos los ciudadanos a descargarse las aplicaciones de móvil que han puesto en marcha y que Bruselas ha querido coordinar también bajo una plataforma común.

Aún así, hasta ahora el éxito de Bruselas ha sido escaso y ayer el mensaje político no vino acompañado de concreciones prácticas. Hasta ahora, los jefes de estado y de gobierno de la Unión solo han conseguido pactar un mapa común de colores, que gestiona el Centro Europeo de Prevención y Control de Enfermedades (ECDC), y no fue hasta pasadas las vacaciones de verano, cuando la gestión unilateral de las fronteras provocó un caos de cuarentenas y restricciones, cuando Bruselas consiguió frenar. “No animamos a viajar”, admitió ayer Von der Leyen.

La última actualización del mapa, que se puede ver en esta página, deja a cuerpo descubierto los dos grandes retos de la UE ante esta segunda oleada. Por un lado, que la expansión del virus es cada vez más virulenta en todo el Viejo Continente, con más zonas pintadas de color rojo. Por el otro, que hay que compartir más información porque el mapa está incompleto. Países como Francia o Austria no han proporcionado información. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, lo exigía el miércoles a las puertas de la videocumbre, y recordó que si los sistemas sanitarios empiezan a saturarse será clave tener información compartida sobre el estado de las UCI o la necesidad de personal por si hay que coordinar el traslado de pacientes entre regiones de diferentes países, por ejemplo. Por eso, ayer Von der Leyen anunció que la Comisión financiará este tipo de traslados con 240 millones de euros. E insistió: “Cuanta más información compartamos, mejor reaccionaremos”.

Gestión común

Además, Bruselas propone una gestión común de las cuarentenas y también el reconocimiento mutuo de tests (impulsando los tests de antígenos) que permitan hacer campañas masivas para controlar rápidamente posibles focos de contagio. En este caso, sin embargo, las competencias son estatales y no ha habido ningún acuerdo formal al respecto.

Si dentro de un país ya es difícil coordinar los criterios de confinamiento o de restricciones, a nivel europeo todavía se hace más complicado, admitían hace semanas fuentes diplomáticas. La voluntad de las instituciones comunitarias es presionar al máximo a los líderes para que se pongan de acuerdo, pacten, cooperen y no tensionen todavía más las estructuras de una Unión Europea que tiene como uno de sus pilares la libertad de circulación de bienes, servicios y personas. Por eso, la voluntad del presidente del Consejo Europeo, Charles Michel, es mantener videoconferencias periódicas a lo largo de esta segunda oleada, pero por ahora los anuncios continúan siendo escasos.

Un largo y duro invierno por delante

Alemania

La cancillera Angela Merkel advirtió ayer de que se acerca un “largo y duro invierno”, a la vez que defendió ante las autoridades regionales de los lands la conveniencia de las medidas de confinamiento que entrarán en vigor el 2 de noviembre, con el cierre de bares, restaurantes, espacios culturales y gimnasios durante todo el mes. Alemania tuvo ayer 16.774 casos nuevos.

Grecia

Desde el inicio de la pandemia, Grecia había contenido las infecciones con bastante éxito y con cifras de contagios y muertes muy bajas. Pero las autoridades sanitarias de Atenas han decidido imponer desde hoy confinamientos parciales en la segunda ciudad del país, Salónica. El miércoles, el país registró la cifra más alta de casos, 1.547, y ayer hubo 1.211, además de 12 muertos.

Reino Unido

Las cifras negativas continúan aumentando. En las últimas 24 horas ha habido 23.065 nuevos casos y 280 muertos. Con todo, un nuevo estudio epidemiológico del Imperial College de Londres considera que el número real diario es cuatro veces superior, y solo en Inglaterra, donde cerca de cien mil personas podrían resultar infectadas de covid-19. Además, cada nuevo días se duplican los casos.

Suecia

El país nórdico, que hasta ahora ha evitado los confinamientos, registró ayer 2.820 nuevos casos, la cifra más alta desde el inicio de la pandemia y la tercera más alta en los últimos días. El aumento ha ido ganando fuerza en todo el país. “Empezamos a acercarnos al límite de aquello a lo que puede hacer frente nuestro sistema sanitario”, declaró ayer Anders Tegnell, asesor en jefe del gobierno.

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