Luz Casal: “Un realizador de TVE paró un programa para decirme que tendría que ser más sexi”

BarcelonaLuz Casal ya hace tiempo que dejó atrás el cáncer que amenazó su carrera, llena de aciertos y de coherencia. Un año y medio después de su último trabajo, la cantante gallega vuelve a Barcelona para actuar mañana en el CaixaBank Polo Music Festival.

Ya hace tiempo que salió Que corra el aire. ¿Es un disco que ha llegado como quería?

Hay de todo, pero generalmente son canciones muy claras, como el homenaje que hago a mi padre. También hay otras que creías superobvias, como es el caso de Lucas [que habla sobre la muerte de un niño de seis años], y me han llegado a preguntar si trataba de un amor no correspondido.

¿Le molesta cuando no se entiende el mensaje?

Tampoco puedo exigirlo. Si lo que quería transmitir no ha llegado, quizá sea porque no lo he hecho lo suficientemente bien. A menudo la gente piensa que todo lo que canto va sobre mí misma, aunque probablemente quiero dar un mensaje a través de una historia que no es mía y que no sea el aspecto más importante. No puedo controlar lo que pasa con las canciones.

Es un disco de mucha luz.

Me parece superevidente. Todos los discos que hago son luminosos.

En este, ¿era especialmente feliz mientras lo componía?

Por supuesto, una persona como yo nunca enseña un estado contrario al que vive. Si hiciéramos un análisis, canción por canción, de toda mi carrera, te podría decir cómo me encontraba en cada una. De todos modos, soy una persona a la que no le gusta lamentarse. Normalmente me propongo mostrar felicidad.

También está el tema del paso del tiempo. Entiendo que con la enfermedad que ha superado ha pensado en él por fuerza.

Sé que hay mucha gente a la que le da miedo hablar del contacto con la muerte. No es mi caso. He tenido la ocasión de vivirlo y de darme cuenta de cómo puedes perder a una persona querida en un solo segundo. Eso es tan impactante y aleccionador que no puedes ser inmune. Siempre he pensado que el tiempo se debe aprovechar, quizá no de una manera desmesurada, pero hay que disfrutarlo siendo conscientes de que es finito. En el disco aparece de manera espontánea, en Días prestados, y transmite la certeza de que la peor cosa que se puede hacer es no aprovecharlo. Es uno de los conocimientos de vida que tengo ganas de propagar.

Si hubiera tenido estos conocimientos cuando empezó su carrera, ¿es posible que fuera diferente?

Soy consciente de que he sido demasiado radical en los gustos, pero no puedo hacer nada al respecto, forma parte de mi carácter. En este mundo hay muchas tentaciones a las que podría haber dicho que sí, como mínimo en algún caso, pero no sé si me hubiese traído nada bueno. No acostumbro a hacer balance de lo que he hecho, porque soy consecuencia de todo: de las cosas buenas, de las regulares y de las malas que me han pasado. Siempre he querido sentirme armónicamente a gusto en el mundo que me ha tocado vivir.

En sus inicios no había muchas mujeres en la industria musical.

Muy pocas, y las que estábamos ahí vivíamos situaciones muy incómodas. Una vez un realizador de TVE paró un programa para decirme que tendría que ser más sexi. Era un tío muy bien considerado y progre, pero a mí me dijo: “Luz, ¿te importaría moverte de una manera más sexi?” Ni soy ni era una calientabraguetas, y si en aquel momento no era deseable para aquel hombre, no pensaba hacer nada para cambiarlo.

Ahora hay una nueva ola del feminismo. ¿Cómo la vive?

Muy bien. Nunca me he considerado inferior a nadie. Diferente sí, pero no inferior. Mi madre me enseñó a hacer las cosas sin tener miedo, ni pedir permiso, pero he vivido cada una... Tuve un mánager que me intentaba tocar cada vez que su mujer no estaba. No vale la pena ni explicarlo.

¿Quiere decir que no vale la pena?

Es que el ambiente era este, era la cosa más normal del mundo en aquel momento. Algunos hombres creían que tenían derecho a ello. Si algún día escribo todas las anécdotas que me han pasado, te aseguro que pondré nombres y apellidos.