El análisis de Antoni Bassas: 'El doctor Argimon y la cruda realidad'

"Una de las regiones ricas de Europa no puede ayudar a su gente cuando más lo necesita; la falta de ayudas pone en riesgo la salud de los ciudadanos con un agravante: el estado donde Catalunya paga impuestos tampoco la puede ayudar. Pues ustedes mismos"

3 min

El doctor Argimon dijo ayer a TV3 que si el Govern tuviera dinero, la desescalada se aplazaría. Más claro, agua. Que ahora no habrían reabierto bares y restaurantes y teatros si la Generalitat pudiera decir a los bares: os compenso el cierre con un 75% de lo que facturasteis el año pasado. Esto está pasando en Alemania, por ejemplo. Hores más tarde del comentario de Argimon, que, recordémoslo, es el jefe de Salud Pública y que debe de pensar que tiene que explicar que ha aligerado las restricciones en contra de lo que aconsejaría la gestión más prudente de la pandemia, los consellers Sàmper y Vergés lo dijeron con la misma claridad.

Total, que una de las regiones ricas de Europa, como es Catalunya, no puede ayudar a su gente cuando más lo necesita. El resultado es doble. Por un lado, la falta de ayudas pone en riesgo la salud y, según cómo, directamente la vida, de los ciudadanos. Y, por el otro, de la falta de ayudas resulta un empobrecimiento de los catalanes del cual costará salir. Y con un agravante que hay que poner arriba de todo: el estado donde Catalunya paga impuestos y donde se van miles de millones de euros cada año de su esfuerzo fiscal, tampoco la puede ayudar. Pues ustedes mismos.

Esta evidencia nos estalla en la cara justo cuando el voto de Esquerra Republicana a los presupuestos del Estado ha hecho saltar a la Comunidad de Madrid.

Madrid, por ejemplo, la Comunidad de Madrid, mantiene la bonificación del 100% del impuesto de patrimonio desde el 2008. ¿Cómo lo hacen? Si tú eres capital del Estado, concentras inversiones del Estado, te beneficias del efecto capitalidad, porque las empresas se te instalan ahí. Te beneficias tanto de los impuestos y de los presupuestos generales del Estado que tus impuestos no hace falta que suban, al contrario: puedes competir para bajarlos. Claro, lo que dicen en Madrid es que no, que menos impuestos generan más recaudación, pero eso, que podría ser verdad o no sobre el papel, no esconde el debate de fondo: Madrid es una chupadora de riqueza. Solo hay que ver cómo ha vaciado las dos Castillas. En estas condiciones, ¿por qué tendrías que hacer una cosa tan impopular como subir los impuestos que tienes cedidos?

Para acabar, al margen de eso que estábamos hablando, ayer les decíamos que el Tribunal Supremo decidirá la semana que viene si impide que los presos políticos salgan en tercer grado o vía artículo 100.2. Y, en efecto, ayer no lo decidió, pero atención a lo que ya ha trascendido. Lo leemos en el titular de apertura de El País:

Portada 27 novembre 2020 El País

“Los magistrados se inclinan por estimar el recurso de la Fiscalía contra el tercer grado a los líderes independentistas por su falta de arrepentimiento”.

“Lo volveremos a hacer”, un lema alejado del arrepentimiento. El Tribunal se agarra a la fría valoración judicial: hubo un delito grave, no hay arrepentimiento. Pero todo el mundo sabe que poner las urnas no puede ser delito, que manifestarse ante Economía no puede ser delito, y que “Lo volveremos a hacer” se refiere exactamente a esto: a votar, insistir en votar para que los catalanes puedan decidir su futuro. Es grave que en un estado democrático se hable de arrepentimiento en la intención de votar como si se hablara de un delito de sangre. Incluso un fiscal tan importante como Zaragoza habla de volver a convertir en delito la convocatoria ilegal de un referéndum. Con esta visión jurídica del problema desaparece la política y, cosa que es peor, desaparece la democracia. Lo peor es que no desaparece el problema. Al contrario, se hace más gordo.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

stats