El análisis de Antoni Bassas: 'La desdicha de la educación en España'

Desdichado país, que tiene un problema monumental de paro juvenil, de dominio del inglés, de aprender a aprender, y en el que cada gobierno hace su ley

4 min

Hoy es 20 de noviembre. El mundo celebra el Día Mundial de la Infancia. E, ironías de la actualidad, hoy es noticia la educación en España, porque ayer el Congreso aprobó una nueva ley de educación.

Y en la portada del ARA nos hemos encontrado. Como cada año, hoy en el ARA hemos hecho un diario ilustrado por alumnos de 61 escuelas, que están en esta lista que empieza en Ripoll y Palafrugell, y pasa por Cambrils, Santa Coloma de Gramenet, la Cellera de Ter, Capellades, Reus, Esparreguera, Cardedeu, Vilassar de Dalt, Sabadell, Sant Cugat, Arbúcies, Manlleu, Manresa, Tàrrega, Tordera, Vilafranca del Penedès, Terrassa, Tarragona o Barcelona.

20/11 ARA

Y esta es la portada que nos han dibujado: “Nos gusta la escuela”, y la razón es clara: “Nunca me había pasado sentir la tristeza de tener la escuela cerrada”.

Y en el interior, a parte de los dibujos que nos ilustran, hay muchas redacciones e incluso algún poema de chicos y chicas que nos explican cómo ven la escuela.

Agradecemos la colaboración de las escuelas, el profesorado y el alumnado en este diario que ya se ha convertido en un clásico de la vida de nuestro país, en una de las noticias del día.

Esta mañana, en TV3, el ARA se ha convertido en una de las imágenes informativas del día. Muchas gracias a los colegas por su sensibilidad. Pero decíamos que, precisamente hoy, la escuela, la educación, son noticia en España.

Porque ayer se aprobó una nueva ley de educación. Se llamará ley Celaá, porque es el nombre de la ministra que la impulsa. Se aprobó justito, justito: 177 votos a favor, solo uno más de los que hacían falta (PSOE, Unidas Podemos, ERC, PNB, Más País y Compromiso), 148 en contra (PP, Cs, Vox, Coalición Canaria, la CUP, el PRC, UPN y Foro Asturias) y 17 abstenciones (JxCat, EH Bildu, BNG y Teruel Existe). Y este es el ambiente con el que acabó la votación, la triple derecha nacionalista española gritando “Libertad”, porque consideran que la ley excluye al castellano como lengua vehicular, penaliza la escuela concertada y rebaja al máximo la exigencia para pasar de curso.

Es verdad que el Congreso ha enterrado la ley Wert, el ministro que se hizo famoso por aquello “de españolizar a los niños catalanes”, pero también es verdad que, con un apoyo tan escaso, esta ley no podrá tener una vida muy larga.

Pero, a parte de esto: esta es la octava ley de educación en 43 años de gobiernos democráticos. Cada cinco años y medio se cambia la ley de educación. Y, claro, la que sale perdiendo es la educación. Todo el mundo hace su ley pensando en sus votantes, no en los alumnos, no en la sociedad, no en el equilibrio entre una educación que exija el esfuerzo del alumno y trate de no dejar a nadie atrás.

Y, después, esta ley de educación es la excusa ideal para que el PP y la derecha nacionalista española en general saquen a los suyos a la calle. Vuelve el PP que recoge firmas, y lo hace a expensas de la lengua.

Lo hace cuando todo el mundo sabe que el conocimiento del castellano no está en peligro en España. Ni el conocimiento ni el aprendizaje. En este sentido, hay que recordar, una vez más, que en España la única lengua obligatoria es el castellano. Constitución, artículo 3: “El castellano es la lengua española oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla. Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respectivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus Estatutos. La riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección”.

Los sistemas de educación de Catalunya, las Islas Baleares, el País Valenciano, Galicia, el País Vasco y Navarra lo tienen que tener en cuenta, pero después cada comunidad ha hecho sus leyes, porque tiene las competencias para hacerlo, y, en el caso de Catalunya, la inmersión lingüística se aprobó de manera que todo el mundo conociera las dos lenguas, pero sin perder de vista que el catalán es la lengua propia de Catalunya y que vive en situación de inferioridad legal, social, comercial, demográfica, en comparación con la lengua castellana.

Todo el ruido de ayer en el Congreso no se puede separar del momento político español. Que EH Bildu y ERC no presentaran ninguna enmienda a los presupuestos generales del Estado permitía al PSOE presumir de que eran las cuentas que se tramitaban con menos votos en contra de la historia. Ahora bien, también comportaba una derivada añadida que sabía que la derecha española explotaría hasta el final: la de hacer resucitar el fantasma de ETA. Y que el gobierno español estaba entregado a los independentistas.

Ya saben que esto va a la carta de la derecha: cuando conviene todos somos españoles. Cuando conviene, hay algunos que menos. Desafortunado país, que tiene un problema monumental de paro juvenil, de dominio del inglés, de aprender a aprender, y en el que cada gobierno hace su ley, usando la educación como arma arrojadiza y gritando “Libertad, libertad”.

Nuestro reconocimiento para los que trabajan en primera línea, un recuerdo para los que sufren, para los presos políticos, para los exiliados, y que tengamos un buen día.

stats