El trifachito cabalga

Familiares los hay LGTB, musulmanes, cristianos, multi-alérgicos

Empar Moliner
2 min

Leo en el Ara lo que han pactado, en materia de educación, las tres derechas en Madrid. De momento, piden que las familias puedan elegir para sus hijos "la formación moral y religiosa de acuerdo con sus convicciones", que es algo que en Cataluña ya se hace y supongo que en Madrid también. Las familias eligen entre religión o ética. También dice que piden que "los padres puedan dispensar a sus hijos de asistir a charlas y talleres de educación en el respeto a la diversidad de género y los colectivos LGTBI, a pesar de que no se hace mención expresa en el nuevo documento ".

Normalmente, en cuestión de charlas, en las escuelas lo que se suele hacer es pedir implicación a las familias. Si hay un padre bombero, un abuelo que hace yogures o una madre deportista, seguro que no se escapa de ir a dar una charla. Mientras mi hija hacía primaria, yo he ido a contar cuentos y más adelante a hacer un taller de escritura. Vino un padre que hace miel, vino el policía local, la pareja de farmacéuticos y una madre que hace yoga. Todos estos familiares tenemos circunstancias extra-laborales. Los hay LGTB, musulmanes, cristianos, multi-alérgicos, enfermos, monoparentales, o todo a la vez. Querer dispensar a los niños de actividades que fomenten el respeto y la diversidad es quizás también tener que dispensarlos de actividades realizadas por personas que predican el respeto y la diversidad con el ejemplo. ¿Dejarán ir al niño a un taller de cocina si lo hace una madre transexual?

Que la madre transexual venga a contar su experiencia es interesante y educativo, pero todavía es más interesante y educativo que venga a explicar, con toda normalidad, como hace los macarrones. Que vaya yo a hacer una taller de cuentos significa que irá una "Lazi", como lo llaman ellos, y, claro, pueden decidir que dispensan a los niños de semejante experiencia. Pero se perderán un día fantástico, una charla en la que procurararía despertar alguna vocación. A partir de ahora, los niños más vagos de las familias más fachas ya tienen excusa. "Papá, me escribís una nota para piscina? Es que me parece que la monitora es feminista radical y podría contaminarme".

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