Manuel Valls y el catalanismo

Si efectivamente le gusta el catalanismo, ayude a que un día se pueda celebrar un referéndum pactado

Ignasi Aragay
2 min
Manuel Valls. AFP

Dice Manuel Valls, ex primer ministro francés, que le "gusta el catalanismo", pero que para él "Cataluña también es española y europea". Vendrá a hacer campaña el 21-D contra el soberanismo, considera lógica la aplicación del artículo 155 de la Constitución para tomar el control de la Generalitat y disolver el Parlamento catalán y no cree que los consellers detenidos sean presos políticos (¿qué son, entonces: delincuentes, criminales?). ¿Te puede gustar el catalanismo y estar de acuerdo con que se meta a un gobierno catalanista en prisión y que se usurpen las instituciones políticas que representan la soberanía catalana? ¿Puedes ser, por ejemplo, del Barça y querer que pierda con el Madrid?

Como Manuel Valls, a pesar de sus orígenes familiares, seguramente tiene esto del catalanismo un poco oxidado, me permito refrescarle la memoria: el catalanismo, como es sabido, es un movimiento político nacido a finales del siglo XIX para dar salida a las aspiraciones culturales, económicas y sociales de una Cataluña que se sentía incomprendida y maltratada por el Estado centralista, al que aspiraba reformar. Fue fruto del fracaso del estado liberal español del novecientos, un estado secuestrado por las élites caciquiles y oligárquicas de la Corte e hijo de la Renaixença historicista catalana, movimiento encuadrado dentro del romanticismo europeo.

En el siglo XX el catalanismo se impuso políticamente y solo pudo ser derrotado por dos dictaduras que conllevaron prohibiciones, encarcelamientos, guerra, fusilamientos, atraso, miseria... Después de la larga noche del franquismo, con la Transición el catalanismo creyó que había llegado su hora, la de una autonomía de verdad y la de una España plurinacional. El espejismo duró poco. El golpe de estado del 23-F de 1981, con la posterior Loapa, fue el primer aviso. Los avances conseguidos desde entonces (escuela, TV3, Mossos, lengua, financiación...) están ahora en peligro, sobre todo a partir del recortado Estatuto de 2006, que llevó al catalanismo a abandonar la idea de reformar España y poner rumbo hacia un estado propio dentro del marco europeo, un proceso soberanista que por desgracia ha hecho aflorar la España negra, más nacionalista y jacobina (de eso debe de saber algo, ¿verdad?), liderada por el PP con el apoyo incondicional de la monarquía, de Cs y del PSOE.

Así pues, querido Manuel Valls, el catalanismo es visto hoy en España como un enemigo a batir, a aniquilar. Porque el catalanismo es hoy mayoritariamente independentista y, en todo caso, soberanista. Más del 70% de los catalanes querrían decidir su futuro en un referéndum pactado, el referéndum que el nacionalismo español se niega a negociar y que siempre han reclamado los políticos y líderes sociales catalanistas que están injustamente en la prisión o en el exilio. Todo esto lo digo para que sepa de qué habla cuando dice que le "gusta" el catalanismo. Y si efectivamente le gusta, pues no venga a hacer campaña en contra el 21-D y ayude a que un día se pueda celebrar un referéndum pactado. Gracias.

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