Maragall no prevé ninguna otra opción que gobernar solo y Colau apuesta por pactar con ERC y PSC

Los dos alcaldables se acusan mutuamente de rehuir responsabilidades en un cara a cara en la SER

Aleix Moldes / Maria Ortega
7 min
Colau i Maragall en el cara a cara d'avui amb Josep Cuní / Cèlia Atset

BarcelonaEl domingo que viene no habrá mayoría absoluta en Barcelona y los pactos podrían ser decisivos para elegir al nuevo alcalde o alcaldesa de la ciudad. Los dos candidatos con las mejores perspectivas para conseguirlo, Ernest Maragall (ERC) y Ada Colau (BComú), han aclarado cuáles serán sus opciones a partir del 26 de mayo en un cara a cara en la SER Catalunya. "Hoy no preveo ninguna otra opción que gobernar solo", ha sentenciado el alcaldable de ERC en el último minuto del debate. Hacía días que se iba acercando a esta fórmula —hace dos semanas planteaba un gobierno con comunes y JxCat— hasta que este viernes ha descartado cualquier otra. La alcaldesa y candidata de Barcelona en Comú, en cambio, se ha mantenido firme en la apuesta de sumar ERC y PSC al gobierno municipal. La misma propuesta que ha mantenido durante toda la campaña. "Quizá conseguiremos que Maragall y Collboni (PSC) miren a la izquierda y no a su derecha", ha sentenciado apuntando un posible pacto de Esquerra con JxCat y situando, de nuevo, su formación como la única garantía de que la ciudad mantenga un gobierno progresista.

No obstante, ni siquiera hace dos días, Maragall había abierto la puerta a ser el alcalde de la ciudad aunque Esquerra no fuera la fuerza más votada, lo que obligatoriamente lo llevaría a pactar con otras fuerzas para la investidura. Una fórmula que tuvo que matizar posteriormente, cuándo afirmó que solo preveía la victoria.

El cara a cara ya había empezado con reproches, cuando Colau había lamentado que Maragall la quisiera hacer "desaparecer de la alcaldía", tal como el cabeza de lista republicano afirmó el jueves en un acto en L'Eixample. El republicano le ha respondido que su objetivo es "sustituirla" y que lo hará gobernando solo. ERC se ha fijado como objetivo prioritario la alcaldía de Barcelona en un ciclo electoral que los republicanos empezaron ganando en las generales del 28 de abril y que no lo darán por acabado hasta que lleguen las elecciones catalanas, que sobre el papel no tocan hasta 2021, pero que asumen que probablemente se acaben adelantando.

"Los barceloneses deben escoger entre el bloque Colau-Collboni o Maragall", ha insistido el alcaldable republicano en la parte final del cara a cara. Según él, la alcaldesa es "la última esperanza del unionismo", que pide el "voto útil" después de ver que el proyecto de Valls "se ha estrellado" y que Collboni "no tiene posibilidades".

"Queremos hacer una ciudad mejor para todo el mundo y esto no se puede hacer con CiU y Cs", le ha respondido Colau, insistiendo una y otra vez en el pacto entre ERC y "la derecha" de JxCat en la Generalitat. "Tenemos que dejar las líneas rojas y tejer acuerdos con políticas progresistas de ciudad", ha reiterado la alcaldable de los comunes. Durante el debate, Maragall ha sido especialmente duro con las expectativas que, asegura, los comunes no han satisfecho, "unas expectativas que no se han convertido en retorno", ha criticado, y Colau ha atacado duramente el papel del Govern, del que formaba parte Maragall, con la ciudad y el hecho de que se les acuse de haberse quedado cortos cuando otros, como el candidato republicano, han gobernado la ciudad durante años sin tanta exigencia.

Libertad de los presos políticos

Uno de los leitmotivs de la campaña de ERC en Barcelona ha sido acusar a Colau "de ambigüedad" en la lucha contra la represión del Estado al movimiento independentista. "Yo no soy independentista y contra la represión hemos sido más firmes que nadie", ha defendido la alcaldesa, que ha reclamado a Maragall que concretara en qué se había mostrado ambigua si había defendido desde el primer día la libertad de los presos políticos e incluso había actuado judicialmente contra la Policía Nacional por las cargas del 1-O. "Usted está dispuesta a votar contra la suspensión en la mesa del Congreso y al minuto siguiente seguir con la negociación con el partido que está liderando la represión en Cataluña (PSOE). La situación de los prisioneros reclama más que expresiones de solidaridad", ha lamentado el alcaldable de Esquerra.

"Esta es una ciudad profundamente democrática y comprometida con los derechos humanos. Estoy orgullosa de ser su alcaldesa y los ciudadanos saben que no les hemos fallado nunca", ha reivindicado acto seguido Colau.

Modelo de seguridad

Los dos han confrontado proyectos y se han enfrentado a la hora de buscar responsables, por ejemplo en materia de seguridad. "La Generalitat se tendrá que sentar y responder de las competencias que tiene. Usted forma parte de un gobierno que dice que toda la culpa es de Madrid, y ¿ahora dice que no se pueden pedir explicaciones a la Generalitat?", le ha cuestionado Colau. "¿Qué ha hecho Usted para la ciudad de Barcelona desde la Generalitat?", ha insistido criticando que el Govern no haya aportado ni un mosso más a la ciudad desde el 2009. "¿Podemos hablar de Barcelona?", ha respondido Maragall, que ha criticado que la alcaldesa se lamente sin buscar soluciones para la ciudad.

La alcaldesa ha defendido que estaba "muy orgullosa" del balance del mandato. "Hemos cambiado las prioridades y la agenda política. Hemos detenido el crecimiento de las desigualdades. Hemos hecho muchas cosas que nos decían que eran imposibles", ha defendido Colau. Y Maragall, que sí que le ha reconocido el mérito de los temas sociales en la agenda, le ha reprochado que no hayan satisfecho las expectativas generadas hasta el punto, ha dicho, que ahora el programa de los republicanos lleva aspectos que ya decían los comunes "y que no se han cumplido". "Estamos iguales o peores que antes", le ha lanzado el republicano, que ha criticado problemas como el aumento del precio de los alquileres y la lista de espera para una vivienda de emergencia. Maragall también ha acusado a Colau de actuar con "ambigüedad en relación con el país".

Reproches del pasado

La actual alcaldesa, a su vez, ha pedido a Maragall que también rindiera cuentas por los años que estuvo en el gobierno municipal y se hicieron proyectos como el del Fórum "olvidándose", ha dicho, de la vivienda de alquiler social. Lo ha atacado, también, por haber formado parte del Gobierno de Torra, al que ha acusado de no haber atendido la petición de regular los alquileres hasta unos días antes de las elecciones y de haberlo hecho con un decreto que "las entidades dicen que no tendrá ningún recorrido". "¿Què ha hecho usted?", le ha preguntado.

Y Maragall le ha respondido recordando que, cuando el PSC gobernaba en la ciudad, quien tenía la cartera de vivienda era ICV, actual socio de Colau, y ha pedido a la alcaldesa que se olvidara del retrovisor e hiciera propuestas de futuro. "Las expectativas que usted generó no se han cumplido y estamos muy lejos de ellas", le ha lanzado. Colau ha defendido que ICV ha hecho "la mejor ley para defender el derecho a la vivienda" y que ahora son ellos los primeros en adaptarla.

Maragall ha atacado a la alcaldesa por haber dado marcha atrás en aspectos como la vivienda, pero también la seguridad, la gestión de las desigualdades —ha asegurado que han conseguido "cronificarlas"— y en gestión del turismo. Colau ha respondido al ataque de Maragall a ICV asegurando que ella, en aquella época, estaba parando desahucios. "De vivienda sé bastante y he tenido muy claro siempre de qué parte estaba", ha defendido Colau. Una declaración a la que Maragall ha respondido con un breve: "Sin ningún resultado".

"Se debe hacer más pero pedir que en cuatro años revirtamos las políticas de 40 años es exagerado", ha defendido la alcaldesa, que ha atacado el gobierno de Quim Torra por la gestión de la vivienda. Maragall le ha reprochado el ataque recurrente a la Generalitat y le ha pedido que centrara el análisis en Barcelona.

Choque por el tranvía y la eléctrica municipal

Colau ha reprochado a Maragall que defendiera políticas para reducir la contaminación pero que su partido haya "bloqueado" el proyecto de enlazar el tranvía que, ha apuntado, con el apoyo de ERC ya podría llegar hasta Verdaguer. "Si no fuera por el bloqueo partidista de ERC, que llevaba el proyecto en el programa, ya estaría en marcha", ha lamentado la alcaldesa. Y Maragall le ha respondido que si su proyecto hubiera salido adelante como estaba planteado favorecía a los concesionarios y tendría consecuencias "imprudentes" sobre la movilidad de la ciudad. "Menos mal que hemos tomado la decisión correcta", ha enfatizado el republicano. Colau le ha respondido —de nuevo atacando el pasado político de Maragall— que fue su partido el que hizo la gestión privada del tranvía.

Colau y Maragall también han chocado por el proyecto de la eléctrica municipal que la candidata de Barcelona en Comú ha puesto en valor como uno de los puntos fuertes de su gobierno. El alcaldable republicano ha criticado que todavía llega a poca gente –unos mil abonados– y que se dedica a la comercialización y no a la generación de energía ."Nosotros pasaremos de la comercialización a la generación", ha defendido Maragall. Y Colau le ha respondido preguntándole qué ayuntamiento gobernado por ERC o el mismo Gobierno ha hecho políticas en materia energética como las de Barcelona: "¿Han evitado algún corte de suministro? Nosotros más de 17.000".

Colau, como ya ha hecho en otros temas, ha reconocido que saben que deben hacer más en este campo, pero ha dicho que ellos mismos son los primeros en reclamarlo: "Tenemos que hacer más, y tanto, nos lo decimos a nosotras mismas cada día". Y Maragall ha pedido a los oyentes que contrastaran "la media página" que los comunes dedican a estos temas con el programa con la propuesta "solvente" de los republicanos.

En busca de los indecisos

Las dos fuerzas se han erigido como el "voto útil" para liderar el próximo consistorio. El nicho de indecisos más importante para Colau, apuntan fuentes próximas a su equipo, son los que dudan entre los comunes y el PSC. En este sentido, a la alcaldesa le interesa mostrarse como una alternativa clara al independentismo y alejarse del papel de aliada que le reprochan una y otra vez los partidos unionistas.

El grueso de indecisos más importantes que ha detectado ERC son los que podrían acabar votando Junts per Catalunya. Por eso Maragall ha hecho una campaña muy crítica con el papel de Colau en el 1-O y se ha presentado como el único alcalde independentista posible. Como también le interesa alejarse del hipotético pacto con Colau que sugiere una parte del independentismo, los intereses de Colau y Maragall son prácticamente coincidentes.

Ahora bien, los dos son conscientes de que un cara a cara podría hacer crecer al rival. Por eso la estrategia de los últimos días ha sido doble. Por una parte, han llegado a los reproches entre sí pero, por la otra, han intentado rivalizar con los rivales de sus rivales. Es decir, Colau ha buscado la confrontación con Elsa Artadi y JxCat siempre que ha podido, incluso con un cara a cara también en la SER Catalunya con ella al inicio de la campaña. Maragall ha intentado hacer lo mismo con Jaume Collboni y el PSC, con quien debatió ayer en La Sexta.

A priori, el cara a cara de este viernes los debería beneficiar a los dos, pero Artadi y Collboni estarán atentos para intentar aprovechar cualquier error en las pocas horas que quedarán para cerrar la campaña. El domingo, el resultado en las urnas, sin saber si los debates habrán sido realmente decisivos para determinar quién será el próximo alcalde o alcaldesa de Barcelona.

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