Valls “Me quedo y ejerceré de concejal“

El ex ministro francés carga contra Cs y dice que el constitucionalismo necesita una estrategia

Maria Ortega
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Valls: "Em quedo i exerciré de regidor"/ ACN

BarcelonaLos tres votos que el ex primer ministro francés Manuel Valls decidió dar el sábado a Ada Colau para que fuera investida alcaldesa de Barcelona han dinamitado su relación con Ciudadanos. Si el lunes la formación naranja anunciaba la ruptura, hoy en su primera rueda de prensa después de confirmarse el nuevo escenario —y, también, la decisión de Celestino Corbacho de integrarse en el grupo municipal de Cs—, Valls ya no ha puesto filtros en su crítica al partido de Albert Rivera, a quien acusa de haber equivocado la estrategia y haber tomado una “deriva grave” con los pactos con Vox. Cree que han dejado “huérfanos” a los votantes que confiaron en ellos el 21-D. Desde el partido naranja, la portavoz Inés Arrimadas ya le ha respondido que no aceptan lecciones de constitucionalismo de nadie: “Nos hemos partido la cara en Cataluña, hemos sufrido amenazas de muerte y agresiones”.

No obstante, sin Ciudadanos e integrado en un grupo con solo dos regidores, Valls dice que cumplirá el compromiso personal y político que adquirió con Barcelona. Es decir, que a pesar de los muchos rumores que lo negaban, asumirá sus responsabilidades como regidor. Y con un reto: intentar construir una estrategia constitucionalista para hacer frente al nacionalismo. Y hacerlo, dice, desde el consistorio y sin crear un nuevo partido. El cabeza de filas de Barcelona pel Canvi ha ofrecido hoy su primera rueda de prensa en el Ayuntamiento, y la sala destinada a los grupos de la oposición se ha llenado como nunca. Se esperaba que resolviera la gran incógnita que planeaba sobre el Ayuntamiento: si se quedaba como regidor de la oposición o plegaba velas. Y Valls ha optado por la primera.

Valls entiende que este fue su compromiso personal y político y dice que lo cumplirá a pesar de los últimos cambios: la ruptura con Cs y el hecho de que Celestino Corbacho, que formaba parte de su equipo, decidiera ayer pasarse al grupo de la formación naranja en la ciudad. Valls ha sido muy crítico con Cs, al que ha acusado de haber abandonado Cataluña para conseguir beneficios en otros puntos del Estado y haber seguido una estrategia “errónea” y “sectaria”. Entiende que el espacio que representaba Cs ha quedado vacío y que ahora hay que construir una nueva estrategia constitucionalista.

Eso, ha asegurado, es lo que quiere contribuir a hacer él ahora desde el consistorio con el apoyo de Eva Parera, la única regidora que le acompañará. “Yo ayudaré como concejal de Barcelona a todo lo que pueda unir el constitucionalismo”, ha defendido, convencido de que Cs ha dejado “huérfanos” a los votantes que confiaron en ellos el 21-D y que es este espacio el que hay que vertebrar.

Valls ha defendido que el sábado, cuando tres regidores de su grupo permitieron que Ada Colau levantara la vara de alcaldesa, hicieron lo que tenían que hacer. “Se trataba de decidir si Barcelona se resignaba a tener un alcalde independentista”, ha resumido, y ha personalizado la decisión: “Lo conseguí”. “Estoy muy orgulloso de ello”, ha celebrado después de remarcar que Colau y Ernest Maragall (ERC) no son lo mismo. Ni ellos ni sus electores, ha dicho.

Valls ha considerado que las primeras acciones de Colau, como colocar el lazo amarillo de nuevo en la fachada del Ayuntamiento, no invalidan la decisión de votarla, a pesar de asegurar que él lo encontraba “reprobable”, y ha instado a la alcaldesa a retirarlo y a “respetar el Estado de derecho”. “”Le pido que respete a todos los barceloneses y que los edificios públicos sean neutrales”, ha dicho, pero ha apuntado que ya sabían que lo haría. “¿Qué no hubiera hecho Maragall?”, se ha preguntado. Bajo su punto de vista, es un “error” que Colau se quiera “hacer perdonar” el voto del sábado y ve una “lección de la vida” en el hecho de que la alcaldesa haya tenido que vivir los escraches. “Vimos en la plaza de Sant Jaume otra vez lo que es el odio organizado del separatismo”, ha dicho en este sentido.

El líder de Barcelona pel Canvi ha considerado que no votar a Colau en el pleno de investidura, como hicieron los tres regidores con carné de Cs todavía integrados en su grupo, era votar a Maragall, pero ha defendido que la discrepancia dentro de su grupo era “administrable”. Cs no lo vio así y el lunes rompió la coalición. Según Valls, con “la excusa del pacto”. “Yo soy coherente”, ha dicho.

El ex primer ministro francés ha negado que actuara así por un problema personal con Albert Rivera y ha considerado “equivocados” los motivos de la ruptura. “Cuanto peor, peor”, ha dicho como crítica a la estrategia “irresponsable” de ir a buscar siempre el peor escenario que, dice, sigue Cs. “El nacionalismo es potente, tiene medios, recursos y votos”, ha advertido, y ha pedido buscar “soluciones políticas” en el marco de la Constitución.

Valls ha considerado que Cs ha sacrificado a Cataluña para sacar beneficios en el resto del Estado y ha acusado al partido naranja de haber cambiado. “Fue mi compromiso con Barcelona lo único que frenó la ruptura después de las elecciones”, ha dicho en referencia a los comicios andaluces y al acuerdo con Vox: “Yo no entré en política para acabar liderando las derechas”.

Enfrentamiento abierto con Cs

“No puede pintarse siempre España de blanco y negro”, ha añadido, y ha acusado a Cs de haberse convertido en el partido que pacta con una formación “iliberal, reaccionaria y antieuropea”. “No vale a esconderse detrás del PP”, ha considerado. Valls ha señalado que en la noche electoral ya dijo que después de los pactos con el PP e indirectamente con Vox era necesaria la “ruptura”: “Hay que combatir al nacionalismo en Barcelona, España y Europa, y hace falta una estrategia que no tenemos”.

Valls también ha asegurado que su compromiso no ha cambiado y que él y la regidora que le acompaña, Eva Parera, lo demostrarán. Ha considerado “incomprensible” la decisión de Celestino Corbacho, que ha pasado a Cs. La formación que encabezaba Valls el 26-M, Barcelona pel Canvi-Cs, obtuvo seis regidores y quedó como la cuarta fuerza del consistorio, pero después de que los tres regidores independientes de la lista facilitaran la investidura de Ada Colau como alcaldesa se produjo, primero, la ruptura con Cs y, después, el cambio de bando de Corbacho, que prefirió continuar con la formación naranja y dejó el grupo de Valls integrado solo por él y por Eva Parera. “Hemos salvado a la ciudad, hemos evitado que cayera en manos de Maragall”, ha celebrado Valls en su intervención.

La portavoz de Cs en el Congreso, Inés Arrimadas, ha replicado al ex primer ministro francés Manuel Valls que no aceptan lecciones de defensa de constitucionalismo. “Nos hemos partido la cara en Cataluña. Hemos sufrido amenazas de muerte y agresiones”, ha añadido Arrimadas en una atención a los medios de comunicación desde Navarra. Arrimadas se ha referido a la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, como “una de las personas más sectarias y populistas” de España y ha afirmado que situarla de alcaldesa es “tan mala idea” como poner al regidor de ERC Ernest Maragall al frente del consistorio.

Según la portavoz del partido naranja, Valls ha centrado su rueda de prensa en criticar “ferozmente” a Cs y decir que Colau “no es tan mala”. En este contexto, ha recordado al ex primer ministro francés que Cs tiene un grupo municipal de cuatro regidores, más de los dos con los que se ha quedado Valls, después de que el exalcalde de L'Hospitalet y exministro, Celestino Corbacho, haya decidido unirse al grupo de Cs.

Contra el lazo amarillo

La nueva cabeza de filas del grupo de Cs en el consistorio, Mari Luz Guilarte, ha anunciado hoy que ha presentado una reclamación a Colau para que retire el lazo amarillo de la fachada. Entiende que se trata de un “símbolo más del independentismo” y asegura que Cs “no descarta ninguna acción” para conseguir “que vuelvan a respetarse los derechos de todos los ciudadanos y la neutralidad institucional”.

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