Acusar al Estado y no colaborar con el fiscal: la estrategia de defensa de Cuixart en un "juicio político"

El líder de Òmnium toma la iniciativa y lleva el interrogatorio a su terreno

Ot Serra / Mariona Ferrer I Fornells
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Ciutadans segueixen la declaració de Jordi Cuixart davant de la seu d'Òmnium a Barcelona

"Intentaban hacernos creer que si le decíamos al juez lo que quería escuchar, nos libraríamos de la prisión preventiva". En el epílogo del libro 'Jo acuso. La defensa en judicis polítics' (Pagès Editors, 2018), del abogado Benet Salellas, Jordi Cuixart recuerda la fecha del 11 de enero, cuando declaró ante Pablo Llarena en el Tribunal Supremo en un contexto de "chantaje emocional" por el impacto de los encarcelamientos y por una "sensación instalada de choque permanente". Un mes más tarde, el ex diputado de la CUP (Salellas) lo visita a Soto del Real y el equipo jurídico que defiende al presidente de Òmnium acuerda un giro de guión en la estrategia para afrontar el procedimiento judicial bajo una premisa ya innegociable: se trata de un juicio político.

Este martes Cuixart ha expresado de viva voz este cambio cuando ha dicho que su "prioridad" no es salir de la prisión, sino "la resolución del conflicto de Cataluña y España y la recuperación de derechos y libertades en el conjunto del estado español". El activista no ha sido el primero y único que ha etiquetado como "juicio político" la causa contra el Procés -lo han hecho Oriol Junqueras, Raül Romeva, Jordi Sànchez y Jordi Turull-, pero sí ha hecho evidente una estrategia singular que no renuncia a la vertiente técnica. No sólo por la voluntad de situar el caso como un ataque a los derechos fundamentales que ha querido acreditar con múltiples testigos internacionales, entre los cuales premios Nobel de la paz, sino también con el interrogatorio.

La opción de Junqueras y Romeva fue la de no responder a la Fiscalía y dotar su discurso de un alto contenido político, mientras que Cuixart ha optado por entrar en el cuerpo a cuerpo con el ministerio público pero sin renunciar a tomar la iniciativa. El hecho de no someterse a las voluntades discursivas de la Fiscalía es una de las claves de las defensas en juicios políticos, según explica Salellas -uno de los letrados de Cuixart en la causa- en el libro que publicó "de urgencia" semanas antes de el inicio del juicio oral.

Atacar y poner en contradicción al Estado

El exdiputado de la CUP, que ha enfocado políticamente varias causas judiciales, como los hechos de 'Aturem el Parlament' de junio de 2011, la retirada de la estelada en el Ayuntamiento de Berga o la quema de fotos del rey en Girona, teoriza en su publicación el preludio de lo que Cuixart ha puesto en práctica ante el fiscal Jaime Moreno y el malestar de Manuel Marchena. El presidente de Òmnium ha llevado a su terreno el interrogatorio y ha desesperado al fiscal, que ha tenido que improvisar preguntas al ver que Cuixart daba la vuelta a las cuestiones planteadas y las utilizaba para atacar al Estado. Por ejemplo, preguntado por un tuit en el que hablaba de "asalto", acusó a la maquinaria judicial de "asalto" por los más de 40 registros del 20 de septiembre de 2017 y por el "cierre sistemático" de webs por parte de la Guardia Civil. "Como en Turquía", añadió.

Ante la acusación de la Fiscalía de la supuesta violencia y la actitud de los manifestantes el 1-O, Cuixart ha basado su respuesta en "el ensañamiento" de los agentes de la Guardia Civil y la Policía Nacional, que "sorprendió" en toda Europa. "La no colaboración debe centrarse en evitar que el juicio circule por los hechos, conceptos y marcos que la Fiscalía y el órgano judicial escojan para imponer su tesis", explica Salellas en su libro. "¿Usted sabe que hubo siete agentes heridos el 1-O ?, le ha preguntado Moreno, que no ha obtenido la respuesta que esperaba:"Yo lo que se es que hay 17 agentes investigados".

La apelación a los derechos fundamentales -derecho de manifestación, de reunión, de expresión, de autodeterminación- ha sido constante en Cuixart a lo largo de sus respuestas, lo que liga con uno de los instrumentos destacados de los juicios políticos. "El Estado no puede llevar a término juicios políticos sin infringir derechos fundamentales, es imposible", subraya Salellas, aunque advierte que no se debe perder de vista la demanda y movilización original que se somete a escrutinio del tribunal. "Haremos tantos referéndums como sea necesario hasta que se nos reconozca" y "el 1-O es el ejercicio de desobediencia civil más grande de Europa" son algunas de las expresiones de Cuixart que han corroborado esta intención.

El líder de la principal entidad cultural de Cataluña ha cerrado su intervención recitando en catalán una estrofa del poema 'La cançó dels invadits' -también conocido como 'No passareu'- de Apel·les Mestres que fue utilizado por la resistencia republicana durante la Guerra Civil. Precisamente, el 'No pasarán' que Cuixart invocó durante el 20 de septiembre figura en el escrito de acusación de la Fiscalía.

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