DEBATE INTERNO

Los alcaldes fortalecidos por el 26-M quieren más peso en JxCat

Después de las elecciones, se intensifican los movimientos de diversos sectores de la formación

Núria Orriols
4 min
El president del PDECat, David Bonvehí, sortint d’una reunió amb Albert Batet, Elsa Artadi i altres dirigents de JxCat.

BarcelonaParece que llega la hora de la verdad en Junts per Catalunya. Después de un año y medio lleno de turbulencias por la tensión dentro del PDECat y el nacimiento de la Crida, el 28-A y el 26-M cierran un ciclo y abren otro encarado a ordenar el espacio postconvergente y de los independientes que se incorporaron a la lista del 21-D con Carles Puigdemont. Aparte de abordar los pactos municipales —prioritarios hasta el 15 de junio, cuando se constituyen los ayuntamientos—, esta semana ya han empezado los movimientos dentro de la formación para tomar posiciones de cara a la redefinición del espacio, que se prevé para este verano, y para la construcción de una nueva dirección que aglutine todas las sensibilidades. Ya han empezado los encuentros en el territorio entre cargos locales, las cenas de dirigentes afines y los viajes a la prisión de Soto del Real y a Waterloo.

Una de las ramas del partido que se siente reforzada después de los comicios son los alcaldes del PDECat que, con la marca JxCat, han aguantado la caída de las elecciones municipales o, incluso, han ampliado apoyos en un contexto en que el partido ha perdido unos 130.000 votos. El mundo local, que hasta ahora ha estado al margen de la dinámica de la toma de decisiones de JxCat, espera ganar peso en la articulación de la nueva gobernanza. Varias fuentes próximas a la dirección del PDECat consultadas por el ARA afirman que hay dos cosas que han resistido en las elecciones: Puigdemont (que triunfó en las europeas) y las alcaldías donde ya ganó CiU en 2015.

Son buenos ejemplos de ello Anna Erra en Vic, que ha llegado a la mayoría absoluta; Marc Castells en Igualada, a pesar de perder votos con respecto a los anteriores comicios; Meritxell Roigé en Tortosa, en la misma situación; Marc Solsona en Mollerussa y Lluís Guinó en Besalú, que han mantenido la mayoría absoluta; Jordi Masquef en Figueres, que ha ganado un concejal; Pep Berga en Olot; David Font en Gironella; Xavier Fonollosa en Martorell (el único municipio metropolitano, junto a Sant Cugat, donde JxCat gobierna), y Marta Madrenas en Girona (la única capital de provincia donde ha sido la fuerza más votada). “JxCat ha sido una buena marca electoral gracias a los candidatos del PDECat”, dijo el presidente del partido, David Bonvehí, el día después del 26 de mayo.

El jueves y viernes de la semana pasada, según ha podido saber el ARA, Bonvehí y Guinó mantuvieron una reunión con Puigdemont en Waterloo para abordar el resultado de las elecciones y la posibilidad de involucrar a los alcaldes en la gobernanza de JxCat. También la implicación del mismo expresidente exiliado, que siempre ha preferido mantenerse al margen de las dinámicas de partido. Él, junto al también exjefe del ejecutivo catalán Artur Mas, que ha recobrado protagonismo en las campañas electorales, son los que tienen que pilotar la ordenación definitiva de JxCat. Según fuentes conocedoras, está previsto que Mas y Puigdemont se encuentren en las próximas semanas en Bélgica para abordar la situación. Y que Bonvehí visite también Soto del Real en los próximos días. La semana pasada estuvo allí también el ‘conseller’ de Interior y, desde hace unas semanas, diputado en el ‘Parlament’, Miquel Buch.

“Se tienen que alinear los activos”, afirma un dirigente del PDECat, que remarca que los candidatos a las municipales que hasta ahora se han identificado más con Puigdemont —con un discurso más radical— no han salido reforzados de las elecciones. Citan a Mataró, que lideraba la vicepresidenta del PDECat, Míriam Nogueras, hasta un mes antes de las elecciones (2 concejales); a Jordi Monrós en L’Hospitalet de Llobregat, que se ha quedado sin representación, o a David Torrents en Badalona, con un concejal. También han perdido la alcaldía en Molins de Rei —era alcalde Joan Ramon Casals, que ahora es jefe de gabinete del presidente Quim Torra— y han quedado por detrás de ERC en La Garriga, de donde era alcaldesa la ‘consellera’ Meritxell Budó. En Barcelona, el tándem del ‘exconseller’ Joaquim Forn y Elsa Artadi tampoco ha ido bien: se perdieron la mitad de los concejales (5).

El papel del ‘conseller’ Buch

Este sector, sin embargo, preguntado por los resultados, responsabiliza también al partido y a Bonvehí. “No se ha hecho el trabajo y los miembros de la dirección sólo se han preocupado de ellos”, apunta un alto dirigente de Palau. Cita a Fonollosa, que ha sacado mayoría absoluta en Martorell pero que, como encargado de la formación en el área metropolitana, también es “responsable”, dice, de los malos resultados en el cinturón rojo. Otras fuentes del partido critican que la dirección presentara menos listas en las municipales que en 2015, y que se partiera así de una situación peor que ERC, que ha sustituido la antigua CiU como primera fuerza en votos en el territorio. Otro alto cargo de Palau cree que “hay que volver a unir” el grupo en el ‘Parlament’, el ‘Govern’ y el partido, ya que desde la refundación del PDECat en 2016 —en la que se hicieron incompatibles varios cargos institucionales con pertenecer a la dirección— se han establecido dinámicas diferentes. “Los altos cargos de Palau se han sentido excluidos del partido”, dice esta fuente, que apuesta porque los ‘consellers’ Miquel Buch, Damià Calvet, Meritxell Budó, Jordi Puigneró y Àngels Chacón se impliquen en la nueva gobernanza.

La duda es que si para ordenar JxCat es necesario otro congreso del PDECat, después de la asamblea que ya se celebró el año pasado y que echó a Marta Pascal. Varios dirigentes del entorno de Buch —el “espejo” del ‘exconseller’ preso Jordi Turull— abogan por renovar la dirección del partido o, como mínimo, ampliarla para facilitar, dicen, la confluencia. Las mismas fuentes creen que, para conseguirlo, Bonvehí tiene que “estar” en la nueva dirección, pero no como presidente. De hecho, Buch, en un mensaje interno adelantado por el ARA después del 28-A, pedía a los alcaldables concentrarse en los comicios para renovar el partido en verano.

Pero quien tiene la potestad de promover una asamblea extraordinaria es la dirección de Bonvehí, que hoy por hoy no tiene intención de hacerlo. Para forzar la convocatoria, los críticos tendrían que reunir al 10% de los consejeros nacionales y aprobar la cita en este órgano. Es por eso que otra opción es que el espacio de JxCat se ordene sin un congreso del PDECat. Con esta fórmula, se crearía otra dirección —diferente a la del PDECat—, más amplia, que integrara “todas las sensibilidades”, también miembros de la actual ejecutiva. La composición, de hecho, se parecería al comité que ha pilotado las dos campañas electorales de JxCat.

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