Sánchez recrimina a Abascal que odie "España tal como es" y pide al PP que rompa con Vox

La extrema derecha extiende la mano al PP y los de Casado replican que la moción "es una tomadura de pelo"

Mariona Ferrer I Fornells / Anna Mascaró
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Madrid / BarcelonaLa Moncloa decidió volcarse en la moción de censura de Vox para sacar pecho de la gestión del gobierno español. Una forma de cohesionar la coalición y también la mayoría de la investidura. Confiaba en que Santiago Abascal se centrara en la crítica y no pusiera sobre la mesa un proyecto alternativo real. Y la apuesta se ha confirmado este miércoles en el Congreso. Abascal ha abonado las teorías de la conspiración sobre el coronavirus, ha defendido la moción en términos guerracivilistas -ha insistido en que el gobierno de Sánchez es el peor en 80 años- y ha esgrimido un discurso antieuropeo, xenófobo y en contra del feminismo, además de apoyar al presidente norteamericano, Donald Trump.

El presidente español, Pedro Sánchez, en cambio, ha aprovechado la palestra del Congreso para defender su gestión de la pandemia y los pilares del ejecutivo. Así como para contraponer dos modelos de estado, acusando a Vox "de odiar España tal como es". Y de telón de fondo, siempre, la presión al PP tanto desde un lado como desde el otro. Sánchez ha instado a Pablo Casado a aprovechar la moción para romper con la extrema derecha, mientras que Abascal ha extendido la mano a los populares para crear una "alternativa" de gobierno con la promesa de luchar para que se convoquen elecciones. Además, ha amenazado con presentar más mociones de censura cuando sea posible, a partir de 2021. El número dos del PP, Teodoro García Egea, ha replicado que la moción era una "tomadura de pelo" que solo "reforzaba" al gobierno de coalición. Pero Casado, a un día de que se vote la moción, continúa sin aclarar si se abstendrá o hará como el resto de fuerzas en el Congreso y votará en contra.

El Congreso es un hormiguero este miércoles. A pesar de las restricciones anti-covid, decenas de personas ocupaban el patio a las puertas del hemiciclo. Delante de la puerta de los leones, también se aglutinaban decenas de personas en apoyo a Vox. Dentro del hemiciclo, tres cuartos de lo mismo, la bancada del partido de extrema derecha ha decidido no cumplir las recomendaciones y ha asistido en masa al debate de la moción de censura fallida contra Pedro Sánchez. Pero también está casi todo el gobierno de coalición en peso.

Silencio en el hemiciclo

Pero a diferencia del ruido y crispación de la sesión de control al gobierno español la semana pasada, el hemiciclo ha decidido responder con un escrupuloso silencio al discurso de Vox, que ha durado más de tres horas y media, rotos solo por los aplausos de su bancada. Tanto ERC como EH Bildu y Más País consideran que nadie tendría que responder en esta moción de censura para no dar más altavoz a la extrema derecha. Sánchez, sin embargo, ha salido a replicar al líder de Vox, Santiago Abascal, con la intención de no caer en provocaciones.

"La razón última de esta moción es dividirnos", ha alertado el presidente español, que ha cargado duramente contra el negacionismo histórico de la extrema derecha, que rehabilita la dictadura de Francisco Franco. Ante la falta de propuestas en la respuesta a la pandemia, Sánchez ha centrado su discurso en defender su gestión sanitaria y económica y ha defendido el papel de las comunidades autónomas, puesto que Vox propone volver a un estado fuertemente centralista.

A continuación su discurso se ha centrado en desmontar a Vox y Abascal. Por no ser patriotas, ni constitucionalistas, ni realmente cristianos, ni amantes de la libertad. "Usted odia España tal y como es", ha dicho el presidente español al líder del partido ultra porque "lo que lllama patriotismo es un nacionalismo exacerbado". Poco antes ha desacreditado el pasado de Abascal, que mientras promete no dar subvenciones a partidos y sindicatos si gobierna, ha trabajado en posiciones decididas a dedo por el PP de Esperanza Aguirre.

El discurso guerracivilista de Vox

Fiel al ideario de extrema derecha, el líder de Vox, Santiago Abascal, ha empezado su intervención haciendo bueno al dictador Francisco Franco. "El gobierno de Sánchez es el peor en 80 años de historia", ha aseverado remontándose a la Guerra Civil. No es la primera vez que lo dice en sede parlamentaria, pero hoy ha reclamado la convocatoria inmediata de elecciones antes de que acabe el año porque a su parecer el gobierno es un "okupa" en el Congreso, unos "golpistas" que forman un "gobierno ilegítimo". "No son un gobierno, en realidad son un frente popular socialcomunista en alianza con separatistas y terroristas. Una mafia", ha señalado.

Teorías de la conspiración

Abascal se ha presentado como un partido xenófobo, antieuropeo, aliado del presidente norteamericano, Donald Trump, y en contra de organizaciones como la ONU, que cree que "fomentan políticas orientadas a destruir la familia y fomentar la pederastia". También ha cargado contra la OMS y China, alimentando la teoría de la conspiración de que fabricó el coronavirus para convertirse en la "mayor amenaza del mundo libre". En todo el discurso no ha hecho más que una propuesta: el compromiso de convocar elecciones si prospera la moción de censura -cosa prácticamente imposible-. Sobre Catalunya, ha reclamado la ilegalización de los partidos independentistas y ha asegurado que si un día se consigue "romper España" los catalanes solo conseguirían "crear la República Islámica Catalana" por la inmigración marroquí que hay en nuestro país.

El líder del partido ultra en Catalunya, Ignacio Garriga, ha abierto el largo debate, que no acabará hasta la votación prevista para mañana jueves a las 18 h. El candidato es Abascal pero la presentación ha ido a cargo del que será el candidato en las próximas elecciones catalanas, lo que tanto el PP como el gobierno de coalición consideran un acto de precampaña. Justamente Garriga ha dedicado la primera parte de su discurso a censurar al PP, que continúa inmerso en una grave división por qué votará.

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