ERC canta victoria en Barcelona y consigue la hegemonía municipal

Sólo el triunfo de Puigdemont en Europa matiza el éxito republicano

Maiol Roger
3 min
01. Ernest Maragall, l’alcaldable dels republicans, celebra la victòria d’ERC a l’Ajuntament de Barcelona després d’haver superat en vots l’actual alcaldessa.  02. Ada Colau  eixugant-se ahir les llàgrimes a l’admetre la derrota electoral i felicitar Ernest Maragall.

BarcelonaLa frase que dice que Esquerra gana en las encuestas pero nunca en las urnas ha dejado de ser una verdad inmutable para convertirse en una anécdota del pasado. ERC, victoriosa en las generales del 28 de abril, volvió este domingo a ganar unas elecciones en Cataluña y consolida así una hegemonía que quiere completar en unas futuras elecciones catalanas. Los republicanos vivieron una noche de infarto, pero redonda al fin y al cabo. En las municipales más disputadas de la historia en muchos municipios, Ernest Maragall quedó justo por delante de Ada Colau en votos, los dos con 10 regidores. Y Barcelona es sólo la punta de lanza del mejor resultado de ERC. En las capitales de provincia, gana por votos en Lleida y sólo lo separa un regidor del PSC en Tarragona; Girona, en cambio, mantiene la fidelidad a JxCat.

El único matiz en la victoria de ERC es el triunfo de Carles Puigdemont en las elecciones europeas. El expresidente se impuso con claridad a Oriol Junqueras (tercero, por detrás del PSC) y alcanzó el millón de votos gracias, también, a los 38.117 que obtuvo fuera de Cataluña. El resultado permite a Puigdemont y a Toni Comín ser eurodiputados —siempre que puedan recoger el acta—. Y deja a los republicanos, que se presentaban en coalición con otras fuerzas independentistas del Estado, con Oriol Junqueras como único representante, también con la duda de sí podrá salir de prisión para ir a la Eurocámara. El independentismo, que en total de voto municipal retrocedió, casi llega a la cifra mágica del 50% en las europeas: se quedó en un 49,75%.

La de Europa es la única victoria de la que podía presumir ayer JxCat. Los republicanos consiguieron superar en número de votos y regidores el espacio heredero de la antigua Convergència, que a pesar de la bajada se mantiene firme en algunos territorios. ERC recoge los frutos de su estrategia aumentando espacios en el área metropolitana y recortando distancias a los convergentes en el interior. Su implantación en grandes ciudades deja lejos aquel 2011 en el que desaparecieron de todos los municipios de más de 80.000 habitantes, excepto Barcelona. Un déficit que JxCat no consigue corregir, ya que es testimonial en algunos municipios del área metropolitana. En cambio, el espacio de Puigdemont defiende feudos inexpugnables como Figueres, Igualada, Manresa, Vic, Sant Cugat y Olot. Eso y Europa son el único matiz a la caída de más de 600 regidores a la hora de cerrarse esta edición.

En sentido inverso va el PSC, el gran triunfador de la noche después de ERC. A pesar del desgaste en las capitales de provincia donde gobernaba —puede perder el gobierno en Tarragona y Lleida—, Jaume Collboni se quedó a sólo un regidor de ERC y los comunes en Barcelona. La subida de 200.000 votos en toda Cataluña se tradujo en el dominio del área metropolitana, donde recuperó mayorías absolutas como la de L’Hospitalet de Llobregat y Cornellà, y volvió a ganar en Sabadell. A eso se añaden una serie de triunfos que mancharán más el mapa de rojo. Ir a la estela del éxito de Pedro Sánchez en el 28-A y la estrategia de Miquel Iceta les ha dado frutos también a nivel municipal.

En el resto de formaciones, la norma era la decepción. El termómetro de los comunes lo marca Barcelona, y la derrota de Ada Colau es la peor noticia para un espacio que de protagonizar la noche hace cuatro años por las victorias de la ciudad del cambio ha pasado a la depresión electoral en las últimas convocatorias.

Una depresión que también tiene la CUP. A pesar de mantener Berga como emblema, los ‘cupaires’ caen por primera vez en unas municipales, en las que hasta ahora siempre crecían. Un descenso que se agrava por haberse quedado fuera del Ayuntamiento de Barcelona y por el fracaso en ciudades en las que esperaban mantener la fuerza de 2015, como Sabadell y Sant Cugat, pero que podrían compensar consiguiendo la alcaldía de Badalona.

En el frente partidario del 155, Ciudadanos superó al PP, pero las sensaciones eran totalmente opuestas. El partido naranja fracasa con la operación Manuel Valls (sólo un regidor más que Carina Mejías) y sigue teniendo un cero en el marcador de alcaldes en Cataluña. En cambio, el PP consiguió mantener representación en Barcelona y la victoria en Badalona y Pontons. Los populares cada vez tienen menos votos, pero mantenerse en la capital y disputar la alcaldía de la cuarta ciudad de Cataluña los aleja de la residualidad.

El capítulo local se cerrará el 15 de junio, con la constitución de los ayuntamientos y con unos pactos que serán provisionales, a la espera de la siguiente parada: las elecciones catalanas. ERC asegura que no aprovechará su doble victoria para presionar a Quim Torra para que las convoque, pero el fin del juicio puede precipitar una fecha electoral decisiva para Cataluña. Después de ganar generales y municipales, ERC quiere olvidar el viejo mantra de que solo gana en las encuestas obteniendo la victoria definitiva: la Generalitat.

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