Quince horas para intentar desmontar la rebelión

El juicio llega a su fin con informes de las defensas y el último turno de palabra de los acusados

Ot Serra / Montse Riart
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Primera sessió del judici al Procés al Tribunal Suprem amb els dotze líders independentistes asseguts al banc dels acusats.

Madrid / BarcelonaCuatro meses después, el juicio del procés entra en su decimoctava semana y en las últimas 15 horas, reservadas para los abogados de la defensa y los 12 acusados, que se enfrentan a altas penas de prisión por los hechos de octubre de 2017. Es el último intento para desmontar el relato de la rebelión que la Fiscalía puso sobre la mesa el 31 de octubre con la querella del fiscal José Manuel Maza, que el juez instructor Pablo Llarena avaló para mantener en prisión provisional a los principales artífices del referéndum y que el tribunal presidido por Manuel Marchena deberá decidir si da por bueno o, en cambio, suaviza.

Como si nada hubiera pasado durante el juicio oral, el ministerio público no se movió ni un milímetro la semana pasada en la exposición de su informe final, en el que Javier Zaragoza elevó los hechos a golpe de estado, aferrándose a la definición del filósofo austríaco Hans Kelsen. Un calificativo eminentemente político que sorprendió a los letrados del otro lado de la sala, ya que no es un concepto que aparezca en el Código Penal. El discurso del exfiscal jefe de la Audiencia Nacional tendrá hoy la primera respuesta de Andreu van den Eynde, letrado de Oriol Junqueras, quien se enfrenta a una petición de pena de prisión más alta por parte de la Fiscalía: 25 años. “Lo que haré será desenmascarar argumentos sesgados y parciales y demostrar que lo que en realidad se discute es una desobediencia judicial”, asegura Van den Eynde al ARA, quien también se inspirará en el pensamiento de expertos. En su caso, de voces “progresistas” que han teorizado sobre el derecho penal “moderno”, como Ronald Dworkin, Anthony Duff y Roberto Gargarella.

Los abogados se han encontrado con una delimitación del tiempo impuesta por el tribunal: sólo una hora por acusado para defender la absolución. Eso obliga a los letrados a coordinarse mínimamente para que todo lo que se quiera exponer quede dicho y a confiar en los informes del resto de compañeros. Por ejemplo, Van den Eynde dedicará parte de las dos horas a denunciar la “causa general contra el independentismo” y las supuestas irregularidades en las investigaciones previas, como la del juzgado 13 de Barcelona. A su entender, es un “problema serio” para el tribunal valorar pruebas sobre las que los supuestos autores no han podido decir nada, como la agenda Moleskine y el documento EnfoCATs atribuidos a Josep Maria Jové. También es un elemento importante de cara a Estrasburgo.

Más allá de una cierta armonía en los razonamientos, también se podrán percibir diferencias en los planteamientos de los diferentes abogados, algo que ya pasó en el trámite de las cuestiones previas, en las que ya pudieron alegarse posibles vulneraciones de derechos fundamentales. Quien dejó claro desde el principio que no entendía este procedimiento como una causa política es Xavier Melero, letrado de Joaquim Forn, quien hoy será el segundo que tomará la palabra.

Ni rebelión ni sedición

Su línea de defensa es singular por el rol que la Fiscalía atribuye al ‘exconseller’ de Interior como responsable político de los Mossos, el supuesto “brazo armado” de la rebelión. Este debate ha copado el protagonismo del juicio durante muchas semanas, pero, paradójicamente, la Fiscalía pasó de puntillas sobre el tema en el informe final. Melero aprovechará las declaraciones de Josep Lluís Trapero y Ferran López para demostrar que el ‘Govern’ no tenía dominio sobre el cuerpo policial, tal como se desprende de la versión que dieron de la reunión del 28 de septiembre en el Palau de la Generalitat entre la cúpula de los Mossos y el ‘Govern’, en la que aconsejaron la desconvocatoria del 1-O e insistieron en el cumplimiento de las órdenes judiciales. “La violencia brilla por su ausencia”, sostienen fuentes de la defensa de Forn, que entienden que eso invalida la rebelión y la sedición.

Por la atribución de este último delito se abrió la causa a finales de septiembre de 2017 contra Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, que el domingo cumplieron 600 días en la prisión. Benet Salellas, abogado del presidente de Òmnium Cultural, decía este fin de semana en una entrevista a Catalunya Ràdio que lo que se dirime en el juicio es un debate sobre la resistencia pasiva: desobediencia civil versus sedición. La defensa de Cuixart sólo tendrá una hora para defenderse, aunque es probable que alguno de sus colegas, como Jordi Pina, que tiene tres, le ceda parte de su tiempo.

No será hasta el miércoles que los acusados tendrán el último turno de palabra para pedir su absolución. Después, el juicio quedará visto para sentencia y pondrá un punto y aparte en el procedimiento. Será el momento para que el tribunal decida si pone a los presos en libertad, con las implicaciones que eso tendría para los miembros del Congreso y el Senado. También para Junqueras —elegido eurodiputado— y Forn, que el sábado tendría que asistir a la constitución del Ayuntamiento de Barcelona.

Las claves de las dos últimas sesiones

Una hora por acusado

La 51.ª jornada se centrará en los informes de las defensas, empezando por el abogado de Junqueras, Andreu van den Eynde. Cada letrado tendrá una hora de exposición por acusado, lo que implica que esta fase podría alargarse hasta 12 horas y ocupar parte del miércoles. A Van den Eynde le seguirán Melero, Pina y Roig.

Posibles intercambios

Puesto que hay abogados que llevan a más de un procesado, podrían optar por centrar la mayoría de la exposición en uno de los dos acusados. En el caso de Jordi Pina, que representa a tres procesados, podría incluso ceder tiempo a alguna otra defensa para que pueda alargarse más.

Alegato final

Una vez ya hayan acabado los informes de las defensas, ya mañana e incluso el jueves, se dará un último turno de palabra a los acusados. Tendrán un cuarto de hora de límite para exponer el alegato final y pueden declinar hacer uso de él.

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