Antoni Trilla: “Estamos normalizando la mortalidad del covid, que multiplica por diez a la de la gripe”

Entrevista al jefe del servicio de medicina preventiva y epidemiología del Hospital Clínic

Gemma Garrido Granger
3 min
Antoni Trilla: “Estem normalitzant la mortalitat del covid, que multiplica per deu la de la grip”

Santa Coloma de GramenetEl epidemiólogo Antoni Trilla (Barcelona, 1956) valora positivamente la prórroga de las restricciones para no saturar los hospitales y opina que el posible impacto de la variante británica del coronavirus -que cree que hace tiempo que circula por el país- todavía no se puede observar en la curva catalana. También lamenta que la población haya normalizado las elevadas cifras diarias de defunciones y se muestra esperanzado con la campaña de vacunación entre personas mayores y profesionales sanitarios.

¿Ve adecuada la prórroga de las restricciones dos semanas más?

Es una medida acertada y prudente teniendo en cuenta el estado actual del sistema sanitario. Las restricciones se despliegan porque los hospitales están muy llenos y se sabe que el pico de ingresos se da entre quince y veinte días después de la aceleración de la epidemia. Sabemos que es posible que todavía tengamos más presión asistencial, así que todos los contagios que se puedan evitar nos ayudarán.

¿Confía en que la situación se enderece antes del 7 de febrero?

Los indicadores son muy frágiles, se pueden disparar en cualquier momento, y a unos valores muy elevados. Todo es muy incierto y no sabemos si la epidemia dejará de crecer o si, en cambio, volverá a acelerarse.

Ya hay voces que abogan por declarar un confinamiento total.

Cada vez quedan menos herramientas, pero creo que decidirse por un confinamiento domiciliario, que es el último peldaño, solo depende de si el sistema sanitario puede resistir el embate. Es lógico que pensemos que un cierre puede ser útil, porque se reducirían de forma contundente tanto los contagios como la mortalidad, y además si se hacen muy cortos y estrictos, de quince días, se frenaría la subida de la curva y la economía lo tendría más fácil para volver a arrancar. Pero sabemos que las restricciones vigentes funcionan.

¿Cree que la población ha normalizado que se notifiquen 400 muertes nuevas a la semana?

Desgraciadamente, normalizar un dato tan penetrante es una reacción humana después de tanto tiempo. Pero la realidad es que las cifras de defunciones son muy altas. La mortalidad del covid es del 1%. Puede parecer poco pero no lo es: multiplica por diez a la de la gripe.

La pirámide de defunciones se ensancha a partir de los 70 años.

Así es. La mortalidad se concentra en las franjas de edad más altas. Por suerte, las de la gente joven son prácticamente inexistentes, a diferencia de la gripe del 1918.

La doctora Cabezas explicaba ayer que hay algunos casos de infección en personas que ya han recibido la vacuna.

La transmisión es muy fuerte y es normal que en el periodo de 21 días entre dosis pueda haber contagios. Como no se puede tardar más de 42 días en administrar la segunda dosis, habría que dejar que la persona se recuperara y entonces ponerla.

Salud dice que el riesgo de infectarse se reduce pasados doce días desde la administración de la primera dosis.

A la semana de la primera dosis la persona ya tendría una cierta inmunidad, que podría ser del 50%. La segunda inyección haría de estímulo para conferir la protección máxima. Si tenemos suerte, las próximas semanas tendremos buena parte de las residencias y los profesionales sanitarios protegidos.

¿Está preocupado por el adelanto de la variante británica?

Sería un mal negocio que una variante más transmisible se hiciese fuerte. Ahora es muy difícil afirmar o desmentir si la mutación está detrás de los contagios, habría que secuenciar más, pero se habría podido instalar sin que nos diéramos cuenta. Seguro que hay más casos de los que detectamos y la lógica hace pensar que los encontraremos en zonas de más densidad y movilidad.

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