El Homrani cesa a la cúpula de Trabajo después de la polémica por la ayuda a los autónomos

Destituye a Ginesta e Iglesias y los sustituye por Oriol Amorós y Marta Cassany

Ara
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El conseller de Treball i Afers Socials, Chakir El Homrani, en una imatge d'arxiu

BarcelonaDespués del caos generado por la Generalitat con la última ayuda a los autónomos, el conseller de Trabajo, Chakir El Homrani, cesó ayer a la cúpula de su departamento, según informó la propia consejería en un comunicado a última hora de la noche. En plena crisis, pues, el dirigente de Esquerra ha decidido destituir al hasta ahora secretario general de la consejería, Josep Ginesta, y al secretario de Asuntos Sociales, Francesc Iglesias, dos personas clave en la consejería tanto en la gestión de las residencias como en el ámbito laboral. En su lugar aterrizarán Oriol Amorós, como número dos del departamento -hasta ahora se encargaba del ámbito de inmigración-, y Marta Cassany, que ocupará la secretaría de Asuntos Sociales.

En cuanto a las funciones sectoriales de Trabajo, que hasta ahora ejercía Josep Ginesta, será Enric Vinaixa quien se encargará de ellas, como director general de Relaciones Laborales, Trabajo Autónomo, Seguridad y Salud Laboral. De acuerdo con la información transmitida por la consejería de Trabajo, la remodelación se hizo “de mutuo acuerdo” con los afectados y se hará efectiva hoy en la reunión prevista del consejo ejecutivo con todos los consellers.

Tanto Ginesta como Iglesias se han despedido del cargo a través de Twitter. "Ha sido un inmenso orgullo poder formar parte del equipo de Trabajo y defender una manera de ver el mundo del trabajo, la mediación, el diálogo y la concertación sociales", ha dicho el hasta ahora secretario general de Trabajo: "El trabajo de calidad, la mejor política social". A su vez, Iglesias se ha mostrado "honorado" por haber "formado parte de Asuntos Sociales" y contribuido "al impulso y transformación del sistema catalán de servicios sociales".

Los cambios en la consejería de Chakir El Homrani llegan después de la polémica de la semana pasada con el paquete de ayudas de 20 millones de euros a los autónomos que solo llegó a 10.000 trabajadores por cuenta propia y con un criterio de reparto en función del orden con el que se solicitaba la ayuda. A raíz de esto, el sistema se colapsó -Trabajo culpó a Políticas Digitales, de JxCat- y el Govern salió a pedir disculpas. Para parar el golpe, el ejecutivo creó un equipo de trabajo interdepartamental, coordinado por el vicepresidente, Pere Aragonès. El pasado viernes el propio vicepresidente, en declaraciones a TV3, prometía un “apoyo permanente, continuado y ágil” a los autónomos que “multiplicará” las ayudas ofrecidas hasta ahora y que se dará de forma “periódica”. Aun así, de momento no se ha concretado todavía cuál será este mecanismo, a la espera de si en el consejo ejecutivo de hoy se aprueban líneas de ayuda adicionales para este colectivo, uno de los más afectados por la crisis. Según la nota de prensa emitida ayer por el departamento de Trabajo, la remodelación interna en la consejería tiene como objetivo “reforzar con nuevas perspectivas las dos áreas clave de asuntos sociales y trabajo” para los próximos meses. A pesar de la polémica, Aragonès hizo piña con El Homrani y desde ERC se recordó que la actual situación, con una Generalitat sin presidente, no era la más indicada para cesar a consellers sin posibilidades de sustituirlos.

La tercera tormenta

La polémica por los autónomos no es la primera tormenta que ha situado al conseller El Homrani en el centro de la crítica: al inicio de la pandemia ya lo estuvo por la gestión de las residencias y, en esta segunda oleada, por la confusión sobre la obligatoriedad del teletrabajo. La primera crisis se acabó con la decisión de traspasar las competencias sobre las residencias al departamento de Salud, una modificación que todavía se mantiene. En cuanto a la segunda, la secuencia fue la siguiente: El Homrani aseguró en RAC1 que el teletrabajo era de obligado cumplimiento en Catalunya y que las empresas podían ser sancionadas si no hacían. Sus declaraciones sembraron dudas en el mundo empresarial, puesto que la Generalitat no tiene competencias para imponer el trabajo a distancia. La crisis en el departamento de Trabajo llega después de la inhabilitación de Torra, de manera que los cambios que se pueden hacer ahora en el ejecutivo son limitados: la ley impide que Aragonès pueda cesar y nombrar consellers. Desde Junts, sin embargo, reprochan a ERC que no hiciera cambios cuando Torra hizo la remodelación del Govern.

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