El Hospital de la Cerdanya multiplica por diez el número de pacientes de covid a los que atiende cada día

El centro de Campdevànol lamenta que el confinamiento perimetral "quizás llega tarde"

Maria Garcia
3 min
Una de les infermeres de l'Hospital de Campdevànol, aquest matí, atenent un dels pacients

Campdevànol“El Hospital de la Cerdanya está en una situación de equilibrio frágil”, ha explicado el médico y director general adjunto del centro, Xavier Cunill, que ha puesto datos al incremento de la presión asistencial que han registrado: “Hace diez días ingresábamos entre 1 y 2 positivos al día, y ahora entre 12 y 14”. Es decir, que se han multiplicado por diez los pacientes a los que tienen que atender diariamente: “Y si no se controla, no podremos atender a los pacientes no covid”.

Ahora bien, Cunill ha dejado claro que hoy por hoy tienen capacidad para atender a todos los pacientes y las urgencias que lleguen, pero que si se aplican ahora las restricciones “es para evitar que dentro de quince días se llegue al colapso”. En total, el centro dispone de 44 camas, unos 12 o 14 de las cuales son ocupadas por pacientes covid y 14 más por pacientes sin covid. “Pero la carga de trabajo para atender a un paciente positivo no es igual que uno negativo: solo para tenerse que poner y cambiar EPIs el trabajo es más pesado y más estresante”.

En cuanto a las consecuencias de la apertura de la movilidad, que ha hecho que desde el verano cada fin de semana se llenara la Cerdanya de visitantes –la mayoría de los cuales salían en jueves para evitar el confinamiento municipal–, el director gerente ha expuesto que era difícil saber si había sido la causa del aumento de los positivos que se notifican en la comarca desde septiembre.

“Es verdad que mientras había movilidad reducida y las interacciones sociales eran más restringidas teníamos menos casos. Y ya avisamos de que, por la Mercè y por el puente de la Purísima, había la posibilidad de que aumentara el riesgo de rebrote porque, cuanta más movilidad, más interacción social”, ha reflexionado. Pero no cree que sea el momento de mirar si se cometieron errores: “Ahora no sirve de nada, hay que mirar al futuro”.

El director de enfermería del Hospital de la Cerdanya, Xavier Caralt, ha añadido que la época de Navidad suelen ser semanas con mucho trabajo derivado del aumento de visitantes y de las actividades turísticas como el esquí. “Y si sumamos el impacto tan alto de los positivos de covid con el de las actividades turísticas, aquí es donde estamos desbordados porque tenemos una presión muy alta por los covid y por los no covid”. Y sí ha notado cómo, al cabo de una semana o diez días de un puente, hay un aumento de positivos: “Los visitantes se van pero el covid se queda y, además, se junta con el hecho de que la gente ha relajado las medidas para evitar el contagio”.

Además, uno de los principales obstáculos del centro es que no tiene una UCI, sino que solo disponen de cuatro camas para pacientes críticos, que les da capacidad para atenderlos las horas que haga falta antes de poderlos trasladar a otro hospital. Esto hace que no puedan atender a un número importante de enfermos agudos y no les deja mucho margen de maniobra para aumentar la capacidad asistencial.

“Los profesionales tienen mucha angustia”

Por el contrario, en el Hospital de Campdevànol aseguran que ahora tienen menos presión que hace diez días: “Tenemos 25 de las 50 camas ocupadas, y unos 20 profesionales aislados preventivamente de los 215 trabajadores”, ha concretado el director gerente del hospital, Joan Grané, que cree que el confinamiento perimetral establecido por el Govern “quizás llega tarde”.

El director gerente considera que el hecho de que se permitiera la movilidad durante el puente de la Purísima les ha afectado negativamente y ha recordado que los contagios empezaron a empeorar después del puente del 12 de Octubre: “Empezó a crecer el riesgo de rebrote y no ha parado, a pesar de las medidas aplicadas”.

Ahora bien, Grané ha dejado claro que el principal problema que sufren en el centro no es el número de camas disponibles, sino la fatiga que acumulan los profesionales: “Están muy cansados físicamente y emocionalmente, hay mucha gente con mucha angustia, y otros acaban llorando o claudicando”. Además, como tienen que trasladar a los pacientes críticos porque no tienen UCI, “pasas mucha angustia esperando su traslado porque sufres por si empeoran, y también lo pasas muy mal cuando mueren”, ha admitido.

Así mismo, el director del centro ha lamentado la falta de personal. “El departamento de Salud nos envió una lista con posibles trabajadores pero, por ejemplo, hay personas de Tarragona que no vendrán hasta Campdevànol. Y sustituimos las bajas como podemos”, ha reconocido.

El hospital detectó un brote en el centro y, desde el 2 de diciembre, solo acepta ingresos de pacientes covid, y los negativos los deriva a los hospitales de Olot y de Girona, para evitar más contagios. Y, a pesar de que el brote está “controlado y olvidado” –según Grané–, todavía no pueden realizar las asistencias o cirugías que requieren el ingreso del paciente.

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