Jóvenes de entre 18 y 29 años, los que más llaman al teléfono de prevención del suicidio

El Ayuntamiento de Barcelona impulsa un servicio pionero

M.b.
3 min
El voluntari Joaquim Vendrell atén el telèfon de prevenció del suïcidi.

BarcelonaJoaquim Vendrell dice que la primera vez que sonó el teléfono de prevención del suicidio, el corazón se le puso a cien. “Contesté y era una mujer que se había equivocado: preguntaba por Gas Natural”. Desde el 5 de agosto existe un teléfono de prevención del suicidio, el 900925555 (es importante memorizarlo). Es el primero de España que es público y gratuito y que funciona las 24 horas del día. Ha sido impulsado por el Ayuntamiento de Barcelona, a pesar de que lo gestiona la Fundación Ajuda i Esperança (Ayuda y Esperanza), que ya se encargaba del mítico Teléfono de la Esperanza.

Vendrell es uno de los muchos voluntarios que contestan el teléfono. Tiene 60 años, antes era director de compras de una multinacional alemana, pero desde que se jubiló anticipadamente después de sufrir un cáncer se dedica a hacer voluntariado. Y así es como llegó al teléfono de prevención del suicidio. Antes, eso sí, ya había sido voluntario durante tres años en el teléfono de la esperanza, aunque, según dice, un teléfono no tiene nada que ver con el otro.

“El Teléfono de la Esperanza es completamente anónimo y el objetivo es acompañar a la persona que llama, que normalmente se siente sola”, explica Vendrell. Las llamadas suelen durar una media hora. En cambio, en el teléfono de prevención del suicidio lo primero que oye la persona que llama es un mensaje que advierte de que la conversación será grabada. De hecho, el objetivo de Vendrell es identificar a la persona que llama y evitar una cosa tan bestia como se quite la vida. Las llamadas pueden durar perfectamente dos horas.

“A veces, cuando descuelgas, lo primero que oyes es llanto”, explica. Después, dice, se trata de hacer un ejercicio de empatía, paciencia y de buscar vínculos que aferren aquella persona a la vida. Y también de buscar razones que la convenzan para que sea derivada a la red de salud mental. Porque, de hecho, esta es la otra finalidad del teléfono: actuar como puente con el sistema sanitario. Durante todas las llamadas, además, hay una segunda persona de apoyo por si hay que activar una ambulancia o cualquier otro servicio de emergencia.

Número de llamadas

A pesar del poco tiempo que hace que el teléfono está en funcionamiento y que el número apenas se conoce, sorprende el gran número de llamadas recibidas: 384 entre el 5 de agosto y el 30 de octubre, según datos facilitados por la regidora de Salud de Barcelona, Gemma Tarafa. Y, lo más impactante: los que más llaman son los jóvenes de entre 18 y 29 años. La mayoría de los usuarios son mujeres, el 80%. “La Organización Mundial de la Salud calcula que, por cada suicidio consumado, se producen 20 intentos”, advierte la regidora. Es decir, esto sería sólo la punta del iceberg.

“En el fondo quien llama es porque busca ayuda para no hacer aquello que le está pasando por la cabeza”, afirma Vendrell. Es decir, para no suicidarse. También dice que algunas personas a las cuales ha atendido han llamado al teléfono de prevención del suicidio porque su visita médica con los servicios de salud mental había sido aplazada debido a la pandemia. O sea, recurrían al teléfono como última esperanza.

Necesidad de voluntarios

De hecho, el psicólogo y coordinador técnico del servicio de prevención del suicidio de la Fundación Ajuda i Esperança, Sergio García Díaz, explica que están buscando más voluntarios para atender al teléfono. Ahora tienen pocos más de 60 y necesitan al menos 90. El objetivo es que cada uno trabaje 10 horas al mes, en turnos de día o por la noche. Eso sí, antes tienen que recibir una formación dada por psicólogos y psiquiatras, y también se les solicita que ya hayan sido voluntarios en el Teléfono de la Esperanza. Según García Díaz, recurren a voluntarios porque suelen mostrar más motivación, empatía y paciencia que una persona contratada. “En la mayoría de países occidentales de nuestro entorno hay teléfonos de prevención del suicidio que funcionan con voluntarios”, dice. Nosotros acabamos de empezar.

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