Sàmper defiende la actuación de los Mossos con una Taser para reducir una chica

El conseller dice que una intervención física podía ser "mucho peor" pero el Síndic lo investiga

Pau Esparch
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BarcelonaCierre de filas del departamento de Interior ante la actuación de los Mossos d'Esquadra con una pistola eléctrica para reducir a una chica en Sabadell. Después de que se haya difundido un vídeo del momento, el consejero Miquel Sàmper ha defendido el uso de la pistola eléctrica y ha dicho que una intervención física podía haber sido "mucho peor" porque la persona estaba "muy alterada". Para Sàmper, una reducción hecha por dos o tres mossos habría tenido "más riesgos" que usar la Taser. En declaraciones recogidas por la ACN, el consejero de Interior ha argumentado que el uso de la pistola eléctrica es un último recurso y para pocos casos, como el de este miércoles a la entrada de un centro médico de Sabadell. Ha añadido que los Mossos han usado esta arma, que tienen desde el verano del 2018, en 111 actuaciones, incluida la del miércoles.

Sàmper ha justificado que en "una agitación tan importante" había el riesgo de que la chica, "seguramente con la tensión arterial elevada", sufriera un infarto o una lipotímia con una intervención física de los agentes. "Se generó un momento de mucha tensión, con gente que estaba esperando para ser visitada por los médicos. Los mismos médicos tenían miedo por su integridad y llamaron a los Mossos. El episodio es muy claro de una persona que ha perdido los nervios. No sé las causas, pero estaba en un proceso en el que la reducción es muy complicada", ha asegurado el consejero. A pesar de la defensa de la actuación, Sàmper ha admitido que se revisan las imágenes, pero fuentes de Interior han explicado que, con la información de que se dispone hasta ahora, no se ha abierto ninguna información reservada –un expediente interno de investigación.

La posición del consejero coincide con la del sindicato SABE-Fepol, que también ha defendido la intervención y ha lamentado "el intento de criminalización" de los Mossos. Según el sindicato policial, la cámara que llevaba en el pecho del uniforme el agente que utilizó la Taser grabó la actuación, como establece el protocolo. No obstante, el Síndic de Greuges -equivalente al defensor del pueblo- ha abierto una investigación en la que ha pedido información a los Mossos y el codirector de Irídia, Andrés García Berrio, ha argumentado que en el vídeo del momento se detectan "indicios de desproporcionalidad". "Se ve la persona que está en el suelo y ya se le habría aplicado la primera descarga de Taser y posiblemente aplican dos más cuando hay una clara superioridad de agentes a su alrededor y se pueden usar otros usos de la fuerza menos lesivos", ha apuntado.

La afectación de la descarga

Según García Berrio, "no se tiene en cuenta la afectación emocional y psicológica que tiene la descarga eléctrica y el trauma que puede generar". Por eso ha criticado que se utilizara la Taser "cuando hay otros mecanismos como la mediación o la intervención del personal psiquiátrico que estaba allí". El codirector de Irídia ha añadido que no había armas y ha considerado que no existía una situación "de riesgo real para la vida o la integridad física de las personas". "No se prevé para este tipo de actuación la arma Taser, que tiene un impacto lesivo", ha concluido García Berrio, que ha reclamado una investigación a los Mossos y a la justicia en caso de que la chica lo quiera hacer. Irídia se ha puesto en contacto con ella, que aseguró este jueves, en declaraciones a Tv3, que denunciaría al agente que usó la pistola eléctrica.

La chica, Paula Parra, de 26 años, negó que agrediera al personal médico y asumió que había dado un puntapié a un agente, pero después de que este hubiera utilizado la pistola eléctrica. También explicó que una vez la tenían inmovilizada en el suelo le siguieron aplicando descargas eléctricas. Según los Mossos, la chica quería entrar con su madre en el centro médico, donde tenía visita, pero el protocolo por el covid-19 lo impedía, y causó daños y agredió a los trabajadores. La policía manifestó que agentes del área regional de recursos operativos (ARRO) intentaron inmovilizar a la chica y dos de ellos resultaron heridos leves por los golpes que recibieron. Los Mossos relataron que, después de varios avisos, usaron la Taser. También detuvieron a la chica por un delito de atentado contra la autoridad de los agentes y por otro de daños al centro médico.

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