Los alcaldes del Priorat: "Nos tratan como el culo del mundo"

El corte de luz por la nevada puso en riesgo la vida de una vecina que necesita un respiradero eléctrico

Esther C. Mirall
3 min
Una imatge de Falset cobert de neu aquest matí

FalsetEl temporal Filomena ha cubierto de nieve la comarca del Priorat, y sus 23 pueblos han sufrido cortes de luz durante horas. Algunos, como Falset, la Bisbal de Falset o Capçanes, han estado más de un día sin electricidad, ni gas ni en muchos casos agua, sin teléfono y, naturalmente, sin internet. Otros, como la Figuera, solo han sufrido problemas intermitentes a lo largo del fin de semana.

La nieve ha reavivado las quejas de una de las comarcas más envejecidas de Catalunya y que apenas suma 10.000 habitantes. Por separado, el alcalde de Falset y vicepresidente del Consejo Comarcal del Priorat, Carlos Brull, y la alcaldesa de la Bisbal de Falset, Emília Busquets, han coincidido en denunciar incluso de manera literal como se sienten: "Nos tratan como el culo del mundo". La comarca, con un paisaje único candidato a ser Patrimonio Inmaterial de la Humanidad, está harta de tenerse que espabilar.

"¿Cuántos días hacía que se hablaba del Filomena y aquí no nos han tenido en cuenta para nada de nada?", ha reprochado la alcaldesa de la Bisbal, ahora más relajada después de una noche casi sin dormir.

Un respiradero eléctrico es inútil sin luz, pero de esta máquina depende la vida de una vecina de 72 años, y se quedó sin energía. Su marido fue corriendo a pedir auxilio al Ayuntamiento: "Pero no teníamos teléfono ni nada y no se podía pasar por la carretera", explican.

La solución fue un generador municipal que daba luz a las farolas del pueblo y un vecino electricista, que apagó una para desviar la energía, enganchando cables y alargues, hasta poder poner en marcha el respiradero. Mientras se multiplicaban las gestiones por todos los frentes abiertos, finalmente la Cruz Roja pudo llegar al pueblo a las seis de la tarde con oxígeno: "Y pudimos respirar todos", concluye la alcaldesa. Para comunicarse han tenido que usar una emisora proporcionada por Protección Civil.

La Bisbal, con 226 vecinos, todavía ha conseguido esquivar otra tragedia: una familia de seis miembros –tres generaciones juntas– ha tenido que ser atendida en diferentes hospitales por la mala combustión de un generador particular. Los dos hijos ya han sido dados de alta, pero los padres y los abuelos todavía están en cámaras hiperbáricas. Por suerte, explica la alcaldesa, el padre se levantó porque se encontraba mal, perdió el conocimiento y su mujer estuvo a tiempo de pedir auxilio. A las seis de la madrugada le han comunicado que están todos bien.

Atrapados ahora por el hielo

Todos los vecinos han corrido a limpiar accesos y retirar la nieve de los peores lugares. "Ahora entramos en las complicaciones posteriores al temporal: limpiarlo todo bien", dice el alcalde de Falset. Todos los vecinos ya han recuperado el suministro eléctrico, pero "hay muchos nervios porque hay muchísima nieve". Todavía hay una cuarentena de masías aisladas, a pesar de que se mantiene contacto telefónico con sus habitantes.

La inquietud también se percibe en Prades, según constata la alcaldesa, Lidia Bargas, porque "muchos quieren salir del pueblo y no pueden". La también llamada Vila Vermella, de 630 habitantes, está en medio del Priorat y a mil metros de altura, pero curiosamente es del Baix Camp y atrae a visitantes cada fin de semana. La alcaldesa contabilizó 60 segundas residencias abiertas que ahora tienen problemas para irse: "La mayoría quieren volver a casa, no pueden y hay nervios". Con ruido de máquinas y gritos de gente trabajando al fondo, añade: "Hemos tenido suerte de la pandemia, si no ahora tendríamos a mucha gente atrapada".

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