CRÒNICA

Más de cuatro horas de consultas médicas por teléfono al día: así se trabaja ahora en los CAP

Los pacientes tienen dificultades para usar la videollamada

Mònica Bernabé
3 min
El doctor Daniel Moll atén una pacient per telèfon al centre d'atenció primària Vinyets, a Sant Boi de Llobregat

Sant Boi de LlobregatPara ir a la consulta del doctor Daniel Moll en el centro de atención primaria (CAP) Vinyets, en Sant Boi de Llobregat, hay que subir a la segunda planta y pasar por tres salas de espera. En la primera sala hay un montón de sillas, una junto a otra, bien ordenadas. Algunas incluso tienen una especie de cinta aislante que va desde el respaldo hasta el asiento para evitar que alguien se siente por aquello de mantener la distancia de seguridad por el coronavirus. Todo parece perfectamente preparado para recibir a pacientes, pero no hay ni uno. La sala está completamente vacía.

En la segunda sala de espera se repite la misma estampa: no hay ni un alma. Y en la tercera, una única persona espera pacientemente a que el doctor la atienda. "Antes no era así. Todas las salas de espera estaban llenas e incluso la gente esperaba de pie en el pasillo", aclara la doctora Rosa Saladich, que también es médico de familia en el mismo CAP. Todo cambió, sin embargo, con la pandemia.

El director del CatSalut, Adrià Comella, corroboró el pasado 18 de noviembre que, efectivamente, el coronavirus ha cambiado la atención primaria: en la actualidad el 57% de las consultas en los CAPs son telemáticas y solo el 43% presenciales, dijo. Y añadió que este es el camino a seguir en el futuro, con pandemia o sin ella. Con este fin, el departamento de Salud tiene previsto distribuir 8.000 webcams, 3.000 ordenadores portátiles y medio millar de teléfonos a los centros de atención primaria.

Més de la meitat de les consultes als CAP es fan ara per telèfon

El doctor Moll tiene una consulta por videollamada con una paciente a las nueve y media de la mañana, pero son casi las 9.40 h y la mujer todavía no se ha conectado a la plataforma de CatSalut. "Qué extraño, voy a llamarla por teléfono para aclarar qué pasa", comenta el médico. "Hola, soy el doctor Moll. ¿Tienes problemas para conectarte? Pues en teoría es fácil, solo tienes que pulsar el enlace que te he enviado", explica el doctor a la paciente a través del teléfono. "Sí, sí, tienes que activar la cámara y el micrófono del móvil", sigue indicándole, pero no hay manera. La mujer dice que no se aclara y que su hijo, que la podría ayudar, está en la escuela y no volverá hasta el mediodía.

El doctor Moll, resignado, prueba con otra paciente pero se encuentra con el mismo inconveniente: la mujer tampoco sabe conectarse a la plataforma de CatSalut. "No lo entiendo, son pacientes que tienen unos 45 años", afirma el médico, dando a entender que en teoría son personas familiarizadas con las nuevas tecnologías. Y además el sistema parece fácil: la doctora Saladich hace una prueba con su propio móvil y consigue conectarse a la primera. "También es cierto que la gente se agobia enseguida con todo el tema tecnológico -comenta la doctora-. Lo ideal sería usar WhatsApp, que todo el mundo sabe cómo funciona, pero no lo podemos usar por razones de confidencialidad de datos".

La doctora Rosa Saladich fa una demostració per mostrar que connectar-se a la plataforma de CatSalut és fàcil en teoria

De hecho, el doctor Moll acaba confesando que el 4 de junio hizo una consulta por videollamada a través de la plataforma de CatSalut y no ha vuelto a hacer ninguna más. Fue la primera y la última. Con todo, asegura, es cierto que ahora más de la mitad de las consultas son no presenciales -tal como afirmó el director del CatSalut-, pero se hacen a golpe de teléfono. "Hacemos unas cuatro horas y media de consultas por teléfono al día, y una hora y media presenciales", detalla. Para ello utilizan teléfonos fijos de los de antes, con auricular y sin posibilidad de hablar con manos libres. Porque la plataforma de CatSalut es muy moderna, pero los ordenadores y los teléfonos que hay en las consultas no parecen de última generación.

"Yo uso mi móvil personal muchas veces porque se me cansa la mano de aguantar el auricular tanto rato", reconoce la doctora Saladich. Según dice, ha aprendido a llamar con número oculto, aunque esto a veces también es contraproducente: "Muchos pacientes no contestan cuando ven que los llamo desde un número oculto o su teléfono rechaza la llamada directamente".

El doctor Moll visita por fin a una paciente, pero esta vez lo hace por teléfono. Le comenta los resultados de un análisis, le indica qué medicación tiene que tomar y la cita para dentro de dos meses. La consulta dura pocos minutos: rápida, fácil y eficaz. "Realmente hay visitas que se pueden resolver por teléfono", afirma el médico. Con todo, admite, no hay nada como ver cara a cara al paciente.

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