La memoria inmunitaria al covid-19 dura al menos 8 meses

Las cantidades de anticuerpos y de células inmunitarias detectadas en pacientes recuperados apuntan a una inmunidad protectora

Toni Pou
2 min
Tècnics d’un laboratori alemany en plena feina de detecció de casos positius de covid-19 en mostres.

BarcelonaDesde el principio de la pandemia una de las preguntas que se han hecho más veces es cuánto duran los anticuerpos y las células que el sistema inmunitario genera para proteger al cuerpo del virus. "Hace falta tiempo para saberlo", decían los científicos. Y, efectivamente, a medida que pasan los meses se conoce mejor la evolución de esta respuesta inmunitaria. En noviembre se supo que los anticuerpos producidos durante la infección duraban un mínimo de cinco meses. Según un nuevo estudio, encabezado por expertos de La Jolla Institute for Immunology de los Estados Unidos y publicado en la revista Science, la memoria inmunitaria natural después de haber contraído la enfermedad dura al menos ocho meses.

Los científicos han analizado muestras de 188 personas que se han recuperado de covid-19 en busca de anticuerpos y de células B y T, dos integrantes de los sistemas inmunitario que se encargan, respectivamente, de colaborar en la producción de anticuerpos y de destruir las células infectadas por el virus. La muestra ha incluido un abanico amplio de cuadros clínicos, desde asintomáticos hasta casos graves, pero la mayoría de personas estudiadas habían presentado síntomas leves y no habían requerido hospitalización. Los resultados indican que en el 95% de los pacientes los niveles de los varios tipos de anticuerpos estudiados se mantienen o, como mucho, bajan ligeramente al cabo de ocho meses. Una cosa parecida pasa con las células B y T.

A pesar de que, con la actitud prudente que caracteriza a la ciencia, los autores afirman que todavía no se conocen suficientemente bien los mecanismos específicos de la respuesta inmunitaria que protege de este nuevo coronavirus, también explican que es razonable pensar que los anticuerpos contribuyan a una inmunidad esterilizante, es decir, al hecho de que no se desarrolle la enfermedad, y que las células B y T. se encarguen de reducir la gravedad de la enfermedad en caso de que se produzca. Por todo ello, concluyen que "la inmunidad duradera ante una reinfección es una posibilidad en la mayoría de individuos".

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