PANDÈMIA

El experimento en forma de concierto

El Hospital Germans Trias y Sala Apolo organizan una actuación para probar los tests de antígenos

Xavier Pujol Gebellí
2 min
Imatge d'arxiu d'un concert amb mascaretes

BarcelonaSala Apolo de Barcelona reabre puertas este sábado y dejará entrar a medio millar de personas, la mitad del aforo previsto por un cambio de última hora. La condición para acceder a alguna de las tres salas que se podrán ocupar no será que se haya adquirido la entrada, como siempre, sino que no tengan un diagnóstico confirmado por SARS-CoV-2 en el marco de las dos semanas previas al acontecimiento, o que no formen parte de lo que se considera una situación de riesgo por el covid-19, como problemas circulatorios, respiratorios o contactos cercanos positivos. Quien ha impuesto el criterio ha sido la Fundación Lucha contra el Sida y las Enfermedades Infecciosas, del Hospital Germans Trias y Pujol de Badalona. El motivo es validar el uso del test de antígenos en un espacio cerrado y con afluencia masiva de público. Los resultados de este peculiar experimento serán de utilidad para el grueso del sector cultural, muy castigado por la pandemia, y también para todos aquellos acontecimientos que reúnan mucha gente.

Los organizadores, que cuentan con la colaboración del Primavera Sound, insisten que no se trata de un acto cultural "con mascarilla " sino de un "ensayo clínico en forma de concierto". Los participantes recibirán antes de entrar en el recinto una protección mínima en forma de mascarilla –todos tendrán la misma–, gel hidroalcohólico y lo más importante, un test de antígenos y una PCR complementaria.

Triple estrategia

Todo ello se hará siguiendo un protocolo que deberá permitir ocho días después comprobar si el test de antígenos es suficientemente "efectivo" para detectar posibles infecciones durante un evento de estas características. Evidentemente, a los que hayan dado positivo a la prueba antes de entrar se los notificará para que tomen las medidas oportunas.

El infectólogo Oriol Mitjà, que defendió hace semanas este tipo de experimentos pero que no participa de manera activa, considera que no se trata de verificar la fiabilidad del test, que "ya está bastante contrastada" sino de "demostrar que una estrategia con mascarilla, higiene de manos y tests es suficiente para poder abrir espectáculos". Los datos indican, según Mitjà, que el 90% de los falsos negativos no son contagiosos. El experimento estará coordinado por Boris Revollo y Bonaventura Clotet, del Hospital Germans Trias.

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