Una mezquita belga sospechaba de Es-Satty porque presumía de hablar con servicios secretos españoles

El imán no quería facilitar su certificado de antecedentes penales y al final no lo contrataron

Pau Esparch
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Imatge de l’oratori de Ripoll on va treballar d’imam Abdelbaki es Satty.

BarcelonaUno de los testigos más esperados del juicio del 17-A ha puesto el foco en la relación del imán Abdelbaki es-Satty con el CNI. Es la segunda vez que se mencionan los servicios secretos españoles en las doce sesiones que se han hecho hasta ahora y las dos ocasiones se han basado en las palabras del presidente de una comunidad islámica con una mezquita en Diegem (Bélgica) donde Es-Satty quería trabajar. El presidente de la comunidad, Soliman Akaunchouh, ha declarado este lunes a la Audiencia Nacional por videoconferencia y ha ratificado, como ya apuntó durante la investigación, que a principios de 2016 Es-Satty presumía de hablar con los servicios secretos. "Una vez lo vi hablando con unas personas, que después me dijo que eran agentes secretos españoles", ha explicado Akaunchouh. El contacto fue, según el imán, porque "querían saber dónde había estado".

A raíz de este episodio, Akaunchouh sospechó de Es-Satty: "Me pareció que no era normal", ha dicho sobre la posible relación con los servicios secretos. Por eso, alertó a la policía de Vilvoorde. Un aviso que supuso que al cabo de poco un agente belga enviara un correo electrónico en enero de 2016 a un mosso d'esquadra –una información que trascendió después de los atentados– en el que le pedía si podía hacer una búsqueda sobre Es-Satty. El mosso lo buscó en la base de datos del cuerpo catalán, en la cual no constaba ningún antecedente del imán. El presidente de la comunidad islámica ha argumentado que contactó con la policía para "controlar" a Es-Satty y porque "no lo conocían bien". De hecho, el imán también había generado dudas en la mezquita por no querer facilitar su certificado de antecedentes penales, cosa que provocó que solo se quedara entre tres y cuatro meses de prueba.

En esta estancia en Bélgica a principios de 2016, donde al final no lo contrataron, Akaunchouh tuvo un choque con Es-Satty por el sermón que hizo el 14 de febrero, el día de San Valentín. "No estaba contento con el discurso", ha añadido. El presidente de la comunidad ha recordado que el imán vivía en la mezquita y que no acostumbraba a recibir visitas. También ha asegurado que "se puede imaginar" a Es-Satty en la corriente salafista extremista.

Sin antecedentes en Ripoll

El testimonio de Akaunchouh ha contrastado con las declaraciones del presidente y el secretario de la comunidad islámica Annour de Ripoll, donde el imán trabajó entre abril de 2016 y junio de 2017. La diferencia con Bélgica se ha evidenciado cuando han explicado que contrataron a Es-Satty sin comprobar si tenía antecedentes penales. El presidente de la comunidad, Ali Yassine, ha justificado que lo cogieron porque lo conocían de la otra mezquita de Ripoll donde había trabajado de imán. Pero Yassine ha insistido en que Es-Satty hacía un discurso "normal y corriente" porque el resto lo hacía "en secreto". "Hostia, el imán nos daba dos caras, una dentro y la otra afuera", ha exclamado. También ha negado que el imán se reuniera con los otros terroristas en la mezquita y ha argumentado que Es-Satty dejó de trabajar cuando pidió tres meses de vacaciones para ir a Marruecos.

El juez Alfonso Guevara ha impedido que Yassine respondiera si la policía había visitado la comunidad antes de los atentados, pero en cambio ha permitido que el portavoz de la misma mezquita de Ripoll, Hamid Barbach, pudiera volver a decir, como pronunció en el Parlament, que los agentes habían ido tres veces, en una de las cuales él estuvo. Según Barbach, les preguntaron por "la junta, quejas de los vecinos y el cambio de imán". A pesar de que en esta ocasión no ha aclarado a qué cuerpo policial se refería, en el Parlament señaló a la Policía Nacional.

Intento de radicalizar a dos jóvenes

En esta duodécima sesión del juicio también han declarado dos chicos conversos al islam a los que Es-Satty intentó radicalizar. Cuando salió de la prisión de Castelló en 2014, después de cumplir una condena por tráfico de drogas, se quedó una temporada en el País Valenciano antes de trasladarse primero a Bélgica y después a Ripoll. Fue en Castelló, donde hacía de imán en una mezquita, cuando empezó a convencer a dos chicos. Uno de ellos ha asegurado que ponía vídeos de Estado Islámico. Pero cuando Es-Satty le propuso "entrar en un supermercado y arrasarlo todo" o le dijo que quería hacer un agujero en la montaña con una excavadora para tener una base, "pensaba que no estaba bien". "Para él cualquier persona no musulmana merecía morir. Siempre sacaba el lado negativo", ha manifestado el testigo, que se alejó del imán y lo ha descrito como un "paranoico".

El mismo chico también ha reconocido que se encontró con algunos terroristas de la célula de Ripoll en verano de 2016. Coincidió con ellos, ha dicho, cuando hicieron de temporeros en la recogida de la naranja. "Les dije que tuvieran cuidado con Es-Satty. Los advertí, pero se ha visto que pasaron", ha concluido.

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