ATAC TERRORISTA A CATALUNYA

Los múltiples escondrijos de la célula yihadista de Ripoll

El juicio del 17-A pone al descubierto lugares de toda Catalunya

Pau Esparch
3 min
01. Alguns dels terroristes fabricant explosius al xalet d’Alcanar.  02. Els Mossos en un escorcoll després dels atemptats a Ripoll.

BarcelonaCuando un mosso d'esquadra describió la célula yihadista de Ripoll, dijo que se movía “de punta a punta” de Catalunya. El juicio del 17-A en la Audiencia Nacional llega a su cuarta semana habiendo puesto a cuerpo descubierto múltiples lugares de todo el país donde los miembros del grupo terrorista hicieron las compras para fabricar explosivos o bien se establecieron. Algunos escondrijos dejan dudas, pero los vínculos se han aclarado más que las conexiones internacionales, porque a medida que han declarado decenas de testigo de la policía los interrogantes de los posibles contactos en el extranjero han continuado abiertos sin llegar a ninguna parte.

El recorrido que han trazado los Mossos del paso de la célula por Catalunya empieza en octubre de 2016 en Gombrèn, un pueblo cerca de Ripoll donde ocupaban una casa que usaban como primera base del grupo. En la investigación posterior a los atentados de agosto de 2017, la policía todavía encontró huellas de algunos terroristas en este domicilio. Algunos vecinos de Gombrèn se acordaban de ellos, sobre todo de uno, a quien un día ayudaron a sacar la furgoneta de un callejón donde se le había quedado encallada. De ahí la célula volvió a Ripoll, donde alquiló un piso poco antes del verano de 2017 que acogió la ideación del plan de atentar con explosivos en Barcelona y París: en la Sagrada Familia, en el Camp Nou y en la Torre Eiffel.

Ripoll no cumplía con la discreción que querían los terroristas y por eso acabaron poco después en el chalé de Alcanar, en una zona que algunos de ellos conocían de antes porque habían trabajado de temporeros recogiendo fruta. Pero la estancia en el Ripollès hizo dudar a los Mossos, porque durante la investigación localizaron un mapa hecho a mano con círculos en Gombrèn, Sant Joan de les Abadesses, Vallfogona del Ripollès, Sant Salvador de Bianya y un cruce de dos carreteras. Además, el superviviente de Alcanar, ahora acusado en el juicio, había dicho que el imán Abdelbaki es-Satty escondía explosivos o material para fabricarlos en un zulo en la montaña y la policía lo relacionó con el mapa. Después de buscar en los lugares marcados y de no encontrar explosivos, los Mossos vieron que los municipios estaban unidos por la Ruta del Ferro. Pero queda el misterio de para qué querían los caminos.

Las compras del material para los explosivos van desde un supermercado en Sant Feliu de Guíxols, pasando por varios establecimientos en Tortosa y en el Baix Ebre, hasta Vinaròs y Gurb. Los litros de acetona los adquirieron sin problemas con simples tickets y solo tuvieron trabas con el peróxido de hidrógeno: al final utilizaron una documentación falsa -la identidad corresponde a otro de los acusados en el juicio-. Pero en un intento de comprar peróxido pusieron una dirección de Tarragona desconocida.

En cuanto a Gurb, muy cerca de Vic, es una zona por donde también pasó la célula, porque un testigo protegido ubicó al tercer acusado en el juicio en un bar de Tona el día antes del 17-A con el conductor de la furgoneta en la Rambla. Una incógnita es cómo la documentación de uno de los terroristas llegó a Canovelles, donde se localizó medio año después de los ataques.

Junto a un pantano

En otro extremo de Catalunya, en Sant Carles de la Ràpita, el grupo hizo compras. No se ha aclarado qué hacía ahí aparcada la furgoneta de Es-Satty, encontrada después de la explosión de Alcanar y de los atentados. Al menos unas horas antes de actuar en Cambrils, los terroristas fueron a un restaurante abandonado en el pantano de Riudecanyes. Quemaron su documentación junto a bebidas energéticas, botellas de alcohol, una alfombra, un botiquín de coche con el cual hicieron parte de los cinturones de explosivos simulados y unos tickets. Esos días también fueron al casino Las Vegas de Salou. Durante la investigación, una funcionaria de Correos explicó que había llevado cartas para uno de los terroristas a un domicilio de Cambrils, pero la policía no encontró nada y su testigo se descartó.

Mientras tanto, los vínculos internacionales siguen cargados de dudas. En el último día de la tercera semana del juicio se entró en la relación con Bélgica. Un guardia civil ratificó, como se sabía, que Soliman Akaunchouh, presidente de una comunidad belga con una mezquita donde Es-Satty quería trabajar, decía que el imán hablaba con los servicios secretos españoles. Soliman es un testigo de la próxima sesión del juicio.

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