El relajamiento social acelera el ritmo de contagios y atrasa el descenso de la curva

La presión hospitalaria se reduce lentamente y las autoridades piden no bajar la guardia

Gemma Garrido Granger
3 min
El relajamiento social acelera el ritmo de contagios y atrasa el descenso de la curva

Santa Coloma de GramenetLa buena tendencia epidemiológica que Catalunya había conseguido después de un mes y medio de duras restricciones se ha agrietado. Hitos como el retroceso de la pendiente de la curva del coronavirus a un ritmo rápido y constante, o el logro de valores muy bajos en datos decisivos como la tasa de contagio (R), se han frenado bruscamente y ahora la bajada es cada vez más “imperceptible”, según el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon. Con las vacunas en el horizonte y Navidad a la vuelta de la esquina -a pesar de que su celebración se desvincula del plan de desescalada por tramos que jueves se tuvo que paralizar-, Catalunya tiene que volver a coger impulso para revertir el empeoramiento de los datos y contener la propagación, sean cuales sean las limitaciones a la interacción social.

Las autoridades sanitarias preveían que esta semana fuera clave para intuir hacia donde se decantaba la balanza diez días después de la reapertura progresiva de varios sectores económicos, entre los que está la hostelería. En ese entonces había dos escenarios plausibles y todos preveían que los indicadores repuntarian por el incremento de la movilidad y la interacción social. Por ejemplo, se habían visto aglomeraciones en las terrazas de los bares. Una de las opciones era que los datos crecieran levemente pero todavía se mantuvieran por debajo de los umbrales máximos -que era la previsión del Govern, como mínimo, durante toda esta semana-. La otra opción era que directamente se dispararan.

Desgraciadamente, el segundo escenario es el que se ha acabado imponiendo, y solo cuatro días después de que se iniciara la desescalada, la tasa de contagio (R), que mide a qué velocidad se está propagando el virus y, por lo tanto, a qué ritmo se generan nuevos contagios a partir de una sola infección, ha saltado de unos más que aceptables 0,77 puntos a unos peligrosos 0,95 puntos. “Estamos en un momento en que la incidencia acumulada baja muy despacio y, en cambio, la R está subiendo”, admitió ayer el secretario general de Salut, Marc Ramentol, que añadió que este cambio de tendencia ha sucedido antes de lo que se esperaban.

La R se disparó el 26 de noviembre, y estos valores no se esperaban hasta este fin de semana. El pronóstico de Salut es que todavía hoy el valor de la R vaya en aumento. Según Argimon, si el indicador se mantiene entre el 0,90 y el 1, continuarán reduciéndose los nuevos contagios. En cambio, si se supera este umbral, crecerán. Cuanto más cerca se esté del 1, más probabilidades que se descontrole la epidemia.

“La Navidad no está en peligro”

La radiografía epidemiológica evidencia que todavía hay margen de maniobra para evitar que la pandemia se acelere: el resto de indicadores clave no han aumentado como la R, se han frenado. Tanto las defunciones como los diagnósticos por cada 100.000 habitantes o la tasa de positividad continúan a la baja. Eso sí, lo hacen a un ritmo más lento. Por ejemplo, si antes de la desescalada los casos nuevos caían un 6% cada día -e incluso se redujeron las pruebas diagnósticas que se hacían porque había menos demanda-, ahora solo se registra un descenso diario de positivos del 3%.

Otro de los indicadores básicos para el Govern es el de la presión asistencial en los hospitales. Ayer todavía había 1.524 personas ingresadas, 418 de las cuales en las unidades de cuidados intensivos (UCI). Son cifras que no permiten hacer pasos en falso, puesto que otro goteo de hospitalizaciones similar al de octubre sería el golpe de gracia para el sistema de salud pública. Cada día salen de la UCI una decena de personas, pero Salut no distingue en sus informes diarios si estas personas reciben el alta o acaban muriendo.

“Habrá que estar atentos a la evolución de los datos y esto dependerá en buena parte de lo que hace cada uno. El resultado lo veremos a medios o finales de la semana que viene”, anticipó este viernes Ramentol. El secretario general insistió que la prioridad del Govern es garantizar el plan de Navidad porque “la gente lo necesita” y defendió que, a priori, las fiestas “no peligran”. Con todo, dijo, “los Reyes Magos pueden traernos un rebrote epidémico ”. El vicepresidente con funciones de presidente, Pere Aragonès, también reconoció que “todo el mundo está agotado de las restricciones”, pero aseguró que no hay alternativa. “Sería el peor momento para relajarnos”, concluyó, e hizo un llamamiento a la población a no bajar la guardia.

stats