ENTREVISTA

Rokhaya Diallo: "¡Nací en París y aún me dicen que hablo muy bien francés!"

Entrevista a la activista antirracista y feminista francesa

Cristina Mas
4 min
La periodista i activista Rokhaya Diallo ha visitat Barcelona convidada pel Palau Macaya, de l’Obra Social La Caixa.

Conocida activista antirracista y feminista, Rokhaya Diallo (París, 1978) se ha dedicado a denunciar el racismo institucional en Francia, particularmente las detenciones y registros de perfil étnico. Fundadora de la asociación Las Indivisibles, reconoce que el hecho de ser mujer, negra y musulmana ha marcado su trabajo como periodista, escritora y cineasta. El año pasado estuvo en el centro de la polémica porque la derecha forzó que la vetaran en un organismo consultivo del gobierno francés sobre comunicación digital.

Parecía que con la educación y las nuevas generaciones educadas en la diversidad el racismo acabaría. Pero no lo conseguimos.

No nos podemos deshacer de siglos de opresión y de construcción racial en algunas décadas. Hay tiempo, y aunque las cosas avancen, siempre existe el riesgo de volver atrás. A la más mínima crisis las identidades se crispan, se exacerba el miedo... Las razas fueron una construcción de los intelectuales para justificar la opresión económica: primero sobre una base religiosa y luego con pseudociencia. Y aunque la ciencia ha demostrado que las razas no existen, que biológicamente todos los seres humanos pertenecemos a la misma raza, el prejuicio continúa. Y por eso cuando tú y yo salimos a la calle a mí me tratan diferente. Por este motivo hay acción política: sólo con la razón no vamos a ganar al racismo.

Usted ha hablado de un racismo de buenas intenciones.

¡Claro! Porque el racismo no se fundamenta sólo en prejuicios negativos. También hay gente que cree que el color de la piel lleva asociadas cualidades intrínsecas: que los negros llevan el ritmo en la sangre, que los asiáticos son muy disciplinados y buenos en matemáticas. Parece un prejuicio bienintencionado, pero no deja de ser un prejuicio, porque los seres humanos tienen cualidades y carencias que son individuales, no asociadas a un colectivo. Decir "me gustan los negros" es tan absurdo como decir que no te gustan: hay negros simpáticos, antipáticos, listos y burros. Juzgar colectivamente es negarles una condición humana plena.

¿El paternalismo es tan malo como el racismo?

Es peor, porque es más fácil luchar contra un enemigo declarado que contra alguien que dice que es tu amigo pero que en realidad te hunde.

¿Por qué Las Indivisibles?

Era una referencia a la Constitución francesa, que dice que la República Francesa es social, democrática, laica e indivisible. Y si la República es indivisible, significa que la ciudadanía también lo es: que no hay categorías de ciudadanos, que somos todos franceses. Para mí esto quiere decir que se puede ser francés y argelino, francés y chino, que nuestra identidad es indivisible, que no debemos escoger. Que los franceses originarios de África o de Asia no somos menos franceses.

Pero si eres negro y francés te preguntan de dónde eres.

Todavía. Yo no tengo ningún problema con Senegal, el país de origen de mis padres, estoy muy orgullosa. Pero yo siempre he vivido en Francia y no me pasaré el día hablando de un lugar que sólo he visitado algunas veces. El problema es que siempre se nos ve como alguien que es "de fuera", a veces de manera muy sutil. ¡Nací en París y aún me dicen que hablo muy bien francés!

¿No somos racistas con los jeques?

Hay intersecciones: el racismo se cruza con el clasismo o el sexismo, pero también es independiente. Incluso cuando te va bien puedes sufrirlo: pienso por ejemplo en la ex ministra de Justicia Christiane Taubira, a quien trataron de "mono". Pero es cierto que si además de negro eres pobre, es más difícil. Y si eres mujer, aún peor. Si eres una mujer negra te expones al racismo de los blancos (incluidas las mujeres) y al sexismo de los hombres (incluidos los negros).

Y usted además es musulmana.

Sí, vivo en una intersección. Y no podría ser sólo una activista antirracista. Y también soy más sensible a otras opresiones, como la homofobia. Ser mujer, negra y musulmana significa estar expuesta a veces al sexismo, a veces a la condescendencia... pero también te ahorras algunas cosas, como los controles policiales por perfil étnico, que aplican a los hombres pero a las mujeres no. También nos dejan entrar a las discotecas.

¿Es más difícil ser musulmán que negro en Europa?

La islamofobia es un fantasma en Europa: hay más donde no hay musulmanes. Se cree que los musulmanes cambiarán la identidad europea. Es un prejuicio muy profundo. Pero los negros son objeto de un desprecio universal, también dentro de las comunidades musulmanas. Si eres negro y musulmán también sufres el racismo de otros musulmanes que no son negros. Y parece que es muy fácil aceptar la muerte de los negros, que sean esclavizados en Libia...

Muchos refugiados de los Balcanes eran musulmanes pero no se les percibía como tales.

Sí, porque eran blancos. En cambio ahora se ve a los sirios como musulmanes, aunque también hay muchos que son cristianos. Es la identidad de una Europa blanca la que se siente amenazada. Europa se mezcla, es normal, pero hay gente que tiene miedo de que desaparezca.

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