La vacuna llegará a España en 50 lugares secretos y se empezará a administrar entre el 27 y el 29 de diciembre

Las dosis se repartirán en función de la población en residencias y dependientes

Mariona Ferrer I Fornells
3 min
Dosis de la vacuna de Pfizer en un centre de salut de Boston, als Estats Units.

MadridLas vacunas de Pfizer llegarán a España entre el 27 y el 29 de diciembre en cajas de hasta 5.000 dosis distribuidas en cincuenta lugares de reparto que serán secretos hasta el último momento, para evitar boicots o robos. La idea es que las comunidades autónomas empiecen a vacunar al mismo tiempo. De hecho, la Unión Europea se ha comprometido a intentar empezar a la vez la vacunación, tal como ha anunciado este jueves la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen. Así lo explican fuentes del ministerio de Sanidad, que subrayan que el reparto inicial no se hará por criterios poblacionales totales de las comunidades, sino en función de las personas en residencias, dependientes y personal sociosanitario en estos centros, los establecidos en el grupo de vacunación prioritario.

Desde el ministerio defienden que es "realista" el objetivo de vacunar a 2,5 millones de personas durante el primer trimestre que se ha marcado el presidente del gobierno español, Pedro Sánchez, pero rebajan la previsión de Salvador Illa de que España ya podría haber llegado a la inmunidad de grupo, con un 70% de la población vacunada, al final del verano. Ahora el equipo de Sanidad se fija un 60% para finales de agosto.

Sanidad asume que habrá efectos adversos pero pide, por encima de todo, "serenidad" a la población. Recuerda que el primer colectivo en recibir la vacuna será población envejecida, con otras muchas patologías que a priori se pueden confundir con efectos secundarios. "La vacuna no cura del resto. Cuando alguien se vacuna puede tener artrosi, infartos, ictus, hipertensión... que también tendría sin vacuna. En el estado de ansiedad que hay, mucha gente puede creer que será por la vacuna. Pero hace falta serenidad para identificar una coincidencia personal y una relación causal", detalla el ministerio. Sea como sea, todavía hay dudas sobre los efectos que puede tener sobre la población inmunodeprimida –que no participa en los ensayos clínicos– y también sobre personas con alergias, después de que el Reino Unido recomendara no vacunarlas.

Habrá que esperar a la ficha técnica final que apruebe la Agencia Europea del Medicamento previsiblemente el próximo miércoles, después de que haya avanzado el análisis de la vacuna de Pfizer al 21 de diciembre. Según el ministerio, ahora mismo no hay ninguna señal de contraindicación, pero se podría establecer que las personas con estas patologías recibieran la vacuna con todas las garantías en un espacio que esté preparado por si hay un choque anafiláctico.

La importancia de garantizar la segunda dosis

Pfizer será la encargada de distribuir las dosis. La farmacéutica ha asegurado que lo tiene todo listo para repartirlas en pocas horas, si hace falta, a los lugares acordados. Será a través de unas cajas protegidas con porexpan y que tienen en el interior lo que se conoce como nieve carbónica para mantener las dosis a 80 grados bajo cero. Para administrarla se tiene que descongelar y posteriormente mezclarla con un disolvente hasta unas dosis de 0,3 ml. Pero antes de este procedimiento la vacuna puede aguantar hasta cinco días solo en la nevera. El ministerio de Sanidad cree que no harán falta de entrada los ultracongeladores –a pesar de que Catalunya ya tiene cuatro en el Banco de Sangre y Tejidos de Barcelona–, porque se suministrarán las dosis a medida que vayan llegando.

Lo que será muy importante es poder garantizar la segunda dosis al cabo de aproximadamente 21 días. Las mismas fuentes detallan que no es imprescindible que sea exactamente tres semanas después, sino que se podría alargar a 30 o incluso 40 días, pero esto podría hacer que la persona perdiera la inmunización esos días. Con todo, no produciría una alteración de los efectos finales. También señalan que no hay ninguna contraindicación establecida para que las personas que ya han pasado el coronavirus y tienen anticuerpos reciban la vacuna. Es más, subrayan que es una garantía para que no se vuelvan a contagiar.

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