"Miro quién está en la calle antes de salir"

Vecinos de la calle Hospital responden con caceroladas a las amenazas de carteristas y traficantes

Jordi Mumbrú
4 min
Agents de la Guàrdia Urbana a la cantonada on els veïns denuncien inseguretat

Barcelona“Esta alcantarilla está atascada”, dijo Manoli. En aquel momento, la calle Riera Baixa estaba llena de gente que alargaba la sobremesa de una paella popular que los vecinos habían organizado. Era el sábado por la tarde. Entre algunos voluntarios levantaron la pesada reja de hierro y descubrieron que debajo había una bolsa que hacía de tapón.

Cuando retiraron la bolsa —y mientras la alcantarilla se tragaba toda el agua acumulada—, los vecinos se dieron cuenta de que acababan de descubrir uno de los escondites de los carteristas del barrio. “Dentro había decenas de DNI, la mayoría extranjeros, y tarjetas de crédito”, explica Santi González, uno de los vecinos y comerciantes de la calle que presenciaron los hechos.

Los vecinos avisaron enseguida a los Mossos d’Esquadra, pero en los barrios como el Raval las noticias vuelan y antes de que llegaran los agentes se acercó un pequeño delincuente que todo el mundo conoce. “Vino uno de los hombres que compran los móviles y todo lo que los chicos han robado y nos ofreció 20 euros por cada carné”. Los vecinos le dijeron que no, que se marchara, pero él insistió. Hubo una pequeña discusión con amenazas incluidas que continuaron incluso después de la llegada de los agentes. “Es que la calle les pertenece”, lamenta Judith Gaitán, vecina del barrio y víctima de insultos y amenazas.

Los vecinos de la zona ya hace tiempo que denuncian que se vive una situación de “emergencia”, ya que siempre hay una cuarentena de chicos que “hacen acosos machistas a las vecinas” y que “roban constantemente, se pelean entre ellos y compran droga”. También hay personas —los vecinos se refieren a ellas como “mafia”— que vienen a comprarles a los chicos lo que han robado durante el día. Seguramente la bolsa llena de documentos encontrada en la alcantarilla es suya. Hasta el mes de marzo, en esa misma esquina había una peluquería donde los jóvenes carteristas también podían vender el botín de los tirones. Finalmente, el falso peluquero se tuvo que marchar a causa de la presión de los vecinos, que le hicieron creer que lo denunciarían a los medios de comunicación. “Aquella misma noche el peluquero se trasladó a un local que hay dos calles más arriba”, dice González, entre orgulloso por haberlo echado y resignado porque sólo han conseguido trasladar el problema a otro lado.

La sensación de peligro ya provoca que incluso algunas vecinas, antes de salir de casa para ir a comprar, comprueben desde el balcón si los chicos están en la esquina. “Miro quién está en la calle antes de salir de casa”, reconoce una vecina. De vez en cuando, como ayer por la mañana, hay una pareja de agentes, momento en el que se puede salir de casa. Si los policías no están, están los jóvenes, y es mejor esperar a otro momento para ir a comprar, aseguran los vecinos.

Amenazas y discusiones

González, miembro de Acción Raval, reconoce que se ha notado un esfuerzo de la Guardia Urbana y que desde la entidad tienen contacto constante con la concejala del distrito, Gala Pin, pero lamenta que se sienten completamente olvidados por los Mossos d’Esquadra y la Consejería de Interior. “Que no nos digan que no tienen suficientes efectivos porque cuando les interesa vienen nueve furgonetas de policía para desahuciar a una vecina de 80 años”, reprocha González. “¿Qué tenemos que hacer? ¿Organizarnos y perseguirlos con bastones? Creemos que no. Creemos que tenemos que hacer lo que estamos haciendo”, continúa.

Después de las amenazas recibidas por el incidente de la bolsa, los vecinos y comerciantes, reunidos en la plataforma Acción Riera Baixa, han decidido empezar a hacer caceroladas cada sábado por la noche ante los mismos carteristas y camellos. Para aumentar todavía más la presión, los comerciantes se armarán de valor y dejarán de vender a todas las personas que provocan problemas en el barrio. “Pero para decirle a uno de ellos que no le servimos un café, tenemos que saber que hay una pareja de policías”, dice González. Hasta ahora los vecinos siempre han evitado la confrontación, e ignoran cuáles pueden ser las consecuencias de las caceroladas y de esta voluntad de plantar cara a los carteristas y traficantes.

“Tengo un bastón detrás de la puerta”

Inés vive en la peligrosa esquina. Ella es una de las vecinas que han sufrido amenazas. Tiene dos niños pequeños y, para defenderlos, tiene un bastón detrás de la puerta. “A mi hijo le han intentado robar el patinete dos veces. Para que patine tranquilo, salgo a la calle con una silla y el bastón”, dice. Marisa Vázquez, en lugar de un bastón se tuvo que hacer acompañar de dos vecinas y sus perros para ir el domingo a las 8 de la mañana al colegio electoral donde era suplente de mesa. “A aquella hora era demasiado peligroso ir sola”, dice. “He vivido toda la vida en el barrio y siempre he visto a dos o tres hombres con mala pinta, pero 30 son demasiados”.

Herido grave con una navaja un menor tutelado

Un menor tutelado por la Generalitat resultó herido grave ayer por la madrugada, entorno a las cinco, en Barcelona, al ser apuñalado por otro joven, de 18 años y nacionalidad marroquí, que fue detenido por los Mossos d’Esquadra. El menor extranjero se había escapado el martes de un centro del sistema de protección, y el Departamento de Trabajo, Asuntos Sociales y Familias había denunciado su desaparición a la policía para que lo localizaran. La pelea se produjo en la calle Tàpies, cerca de la calle Nou de la Rambla y junto a la comisaría de los Mossos de Ciutat Vella, por motivos que se desconocen. Los agentes salieron a socorrer al menor cuando oyeron un grito muy cerca de sus dependencias. El herido fue trasladado al centro sanitario Pere Camps y después al Hospital del Mar, donde fue operado de urgencia. Mientras los médicos atendían a la víctima, el agresor se presentó en la comisaría y manifestó que era el autor de la cuchillada. Después de ser atendido por los médicos, porque también había sufrido lesiones, el chico quedó detenido. Según la policía, los dos jóvenes habían discutido a lo largo de la noche. Ahora el menor está estable. El Departamento de Asuntos Sociales y Familias denunciará al autor del apuñalamiento y se personará como acusación particular.

stats