Cataluña quiere anticiparse a nuevos casos autóctonos de dengue y Zika

Autoridades alertan del riesgo de propagación y extremarán precauciones para evitar más infecciones

Gemma Garrido Granger
4 min
El mosquit tigre és un transmissor d'arbovirosis com el dengue.

BarcelonaLa presencia del mosquito tigre y el volumen de llegadas masivas de viajeros procedentes de zonas tropicales hacen de Cataluña un nuevo foco de proliferación de virus transmitidos por la picadura de mosquitos, lo que se conoce como arbovirus. Ahora, sin embargo, no sólo como territorio receptor con un gran volumen de casos de enfermedades endémicas como el Zika o el dengue, sino también como zona de aparición epidemiológica autóctona. Si bien estos virus, que afectan cada año a millones de personas en todo el mundo, tienen un riesgo de propagación bajo en el territorio catalán, existen posibilidades de contagio.

El secretario de Salud Pública de Cataluña, Joan Guix, ha advertido este martes en la jornada sobre innovación en el control de las arbovirosis que factores como el cambio climático pueden incrementar los casos en los próximos años. Los expertos apuntan que el Zika o el dengue son una amenaza para la salud pública de la que el territorio catalán no se escapa, y prueba de ello es el primer caso de dengue autóctono, detectado en noviembre pasado.

El hecho de que el afectado -un hombre joven del norte de Barcelona- no hubiera viajado a ninguna zona endémica hizo saltar todas las alarmas, y aunque Salud Pública no identificó mosquitos transmisores del virus del dengue en su entorno, la agencia ha admitido que hay que extremar las precauciones y que los profesionales de la salud pública colaboren para perfeccionar estrategias de detección y control de los casos con origen local.

Salud, a través de la Agencia de Salud Pública de Cataluña (Aspcat), prepara protocolos específicos contra las arbovirosis desde el 2016 -año en que se detectaron los primeros casos de dengue y Zika entre la población catalana- para hacer frente a la posible propagación de virus transmitidos por mosquitos. De hecho, entre el 2015 y el 2018 se han confirmado un total de 700 infecciones: 371 de dengue, 183 de Zika -se ha hecho seguimiento a 116 mujeres gestantes- y 146 de chikungunya. Estas son tres infecciones que se propagan mediante el mismo mosquito.

De estas 700 infecciones, sólo una tiene origen autóctono; el resto de afectados se contagió en el extranjero. Con todo, Guix aseguró que se extremarán las precauciones para que los profesionales de la salud pública, desde investigadores hasta facultativos de la atención primaria, hagan vigilancia ambiental y asistencial. El objetivo es detectar rápidamente los casos autóctonos de enfermedades como el dengue y reducir el riesgo de transmisión.

Ahora bien, las arbovirosis no son todas iguales y no pueden meterse todas en el mismo saco, según Israel Molina, responsable de la unidad de medicina tropical y salud internacional del Hospital de la Vall Hebron. "Ahora vivimos en un escenario enormemente dinámico y, si bien el mosquito tigre es el principal causante en Cataluña, este insecto forma parte de una especie. Otros vectores pueden aterrizar igual y afectarnos de manera similar", ha añadido Guix. "Por eso necesitamos sistemas que nos permitan enfrentarnos a diversos factores, porque aunque no generan problemas de salud muy grandes, estas enfermedades no están exentas de complicaciones", concluye el secretario de Salud Pública.

Herramienta de participación ciudadana

La subdirectora general de Vigilancia y Respuesta a Emergencias de Salud Pública, Mireia Jané, ha apuntado que sería "esperable" un incremento de estas infecciones. Se trata de virus como el dengue, que la Organización Mundial de la Salud ya considera una de las 10 amenazas globales de cara al futuro. El Aspcat ha subrayado la importancia de adelantarse a situaciones de emergencia y, para ello, recurrirá a las nuevas tecnologías.

El proyecto Plataforma Integral para el Control de Arbovirosis en Cataluña (Picat), presentado este martes, integra epidemiólogos, médicos, entomólogos -especialistas en insectos- y virólogos en la creación de modelos de predicción del riesgo de aparición de brotes epidémicos autóctonos. "Hemos incorporado plataformas tecnológicas para crear una herramienta de gran utilidad para la salud pública que nos permita controlar posibles nuevos casos de estos virus", explicó Molina. "El riesgo hasta ahora era teórico -subraya- pero ahora vemos que es real".

“Actualmente, disponemos de muchos datos para generar mapas de enfermedades y de riesgos", añadió Frederic Bartomeus, de la Institución Catalana de Investigación y Estudios Avanzados. En este sentido, sin embargo, el Aspcat destacó la necesidad de incluir también a la ciudadanía en la búsqueda. Por ejemplo, que sean los propios catalanes los que notifiquen de posibles puntos de crías de larvas en el territorio, como ya se hace en Barcelona con los mosquitos tigre.

Los expertos señalan que el aumento de los viajes a zonas lejanas y endémicas, como el Caribe, en los últimos años obligan a los órganos de vigilancia de la salud pública a reforzar los protocolos de control. "Los catalanes se inmunizarán contra las arbovirosis despacio, pero la población todavía es muy naíf", indicó Sánchez.

El diagnóstico de estas enfermedades, además, es muy complejo: Guix puntualizó que buena parte de los virus son asintomáticos o presentan síntomas muy banales, que pueden confundirse con otras patologías comunes, como fiebre, dolor de cabeza o erupciones en la piel. El Picat, pues, puede ser una herramienta para localizar brotes epidémicos y -dicen desde la agencia- vigilar municipios concretos, más expuestos a las arbovirosis que el resto.

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