Vázquez Montalbán 1977
28/01/2020

Elvis Presley (1977)

2 min
Elvis Presley (1977)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús[...]

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Hace cinco o seis años se produjo un revival presleyano y aparecieron cantantes disfrazados de Elvis, se movían como Elvis, cantaban los Rocks históricos de Elvis. Presencié una sesión de este tipo en San Francisco y las teenagers vibraban con la misma pasión que las teenagers de hacía veinte años; es decir, con la misma pasión que sus madres. La Policía vigilaba el concierto con veinte años de experiencia acumulada en su quehacer, consciente de que lo que había nacido como una revolución formal había sido ya perfectamente domesticado y finalmente convertido en un ejercicio de nostalgia, de alguna manera parecido a la posible recuperación de Bing Crosby, Jeannette McDonald o Diana Durbin. Yo entonces no sabía que días después vería a Elvis en persona, disfrazado también él de Elvis Presley, angustiosamente abotonada y desabotonada su camisa sobre un cuerpo próximo a los cien kilos, que el cantante paseaba por Las Vegas como visitante de shows ajenos. En dos noches seguidas le vi como espectador en shows diferentes: el de Sergio Mendes y el de Ann Margret. Tanto el brasileño como la norteamericana invitaron al público a que aplaudiera a Elvis y él se levantaba, gordo y brillante de lentejuelas, con la sonrisa de niño cínico hinchada y el característico corte de pelo asfixiado en laca, recibiendo como una esponja los grititos de señoras que, como él, estaban a punto de cumplir cuarenta años y que probablemente habían descubierto a su costa el erotismo veinte años antes. Actuaba también en Las Vegas, por aquellos días, Paul Anka. Para los españoles, Paul Anka y Presley eran el anverso y el reverso de una misma medalla. El joven canadiense era el rock integrado, compuesto por el buen hijo de familia acomodada que exaltaba sentimientos nobles y normales. En cambio, Presley era el rock diabólico, compuesto e interpretado por un hijo de barrio pobre que expresaba a través de su canto y su baile ríos profundos de agresividad. El rock se prohibió en la Unión Soviética casi al mismo tiempo que se condenaba a Stalin. Debió ser para compensar. Pero años después Presley era rehabilitado, y se aducía como principal motivo su origen proletario y que sus canciones, de alguna manera, traducían un “talante popular”. Las rehabilitaciones son lentas, es indudable, pero más lo son las beatificaciones y nadie se queja. Aceptado ya por todo el mundo, convertido en una institución mundial, víctima de centenares de tesis doctorales sobre su imagen y su significación social, Presley seguía vestido de muñeco rockero años cincuenta, en una difícil lucha contra su propio metabolismo, en la que le ayudaron denodadamente los sastres. Depresivo como todos los obesos, tenía una peligrosa enfermedad: la nostalgia de sí mismo, y se fijaba horizontes concretos donde recuperar la propia imagen perdida. […]

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