Xavier Batalla 2003
13/12/2017

Una Europa, muchas dudas

2 min
Una Europa, muchas dudas

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsLa Unión Europea (UE) se ha sumergido en un intenso debate para poner orden en su casa y, al mismo tiempo, ampliarla. Los dirigentes europeos, después del tratado fundacional de 1957, suscrito en Roma, ratificaron los de Maastricht en 1992 y de Amsterdam en 1997. Y en diciembre del año 2000 aprobaron el tratado de Niza. Pero estos acuerdos no han resuelto la crisis institucional. Las reformas selectivas ya no son suficientes, por lo que se ha dado el paso de redactar una Constitución que diga lo que Europa es y simplifique la maraña de textos legales existentes.

Inscriu-te a la newsletter Pensem Les opinions que et fan pensar, t’agradin o no
Inscriu-t’hi

La UE ampliada no puede funcionar como han funcionado los Quince. Los estados miembros han constatado que en lo primero que tienen que ponerse de acuerdo es en saber qué es Europa y, después, decidir cómo debe ser gobernada. Europa, de esta manera, se está acercando a la cuestión fundamental de lo que quiere ser. […] Para sus críticos, la actual UE es un monstruo de quince cabezas a las que se le quiere añadir otras doce. Los padres fundadores no dieron vida a una criatura perfecta, pero su pretensión de crear un sistema de gobierno europeo sólo puede ser contemplado como un monstruo por los euroescépticos que consideran que el objetivo es un superestado capaz de engullir a sus miembros. La UE, sin embargo, no es un Estado y probablemente no lo será nunca. Es cierto que tiene competencias supranacionales, ha aprobado tratados y se ha dado leyes que están por encimas de las leyes nacionales. Es decir, parece actuar como si fuera un Estado federal. Pero no lo es. La Unión Europea es un fenómeno supranacional y, al mismo tiempo, también es una experiencia intergubernamental. Para decidir qué Europa quiere construirse y cómo, la UE necesita unas estructuras más democráticas, más transparentes y más eficientes ante la próxima ampliación de la comunidad a 25, 27 o 28 países. Pero las visiones de Europa son muy divergentes. En un extremo los entusiastas, abogados del sueño de Víctor Hugo sobre unos Estados Unidos de Europa, son partidarios de un Estado federal capaz de convertirse, dados sus recursos, población y territorio, en una superpotencia. En el extremo opuesto están los partidarios de que Europa sea poco más que un mercado común, como pretenden los euroescépticos. Entre estos dos polos caben todos los pragmatismos. […]

stats