Joan Fuster 1970
17/04/2020

Hombre, naturaleza, historia (1970)

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Hombre, naturaleza, historia (1970)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsHace tiempo que todos, o casi todos, estamos bastante de acuerdo sobre el particular: la vida del hombre alcanza a ser verdaderamente “humana” en la medida en que se constituye como crecido y creciente “dominio de la Naturaleza”. Nadie podría llamarse a engaño acerca de ello. Y por “dominio de la Naturaleza” hay que atender, en principio, el trabajo material: el hacha de sílex, el fuego voluntario, la rueda, o, si se prefiere, los antibióticos, las computadoras electrónicas, el libro de bolsillo. […] Con una frecuencia alarmante, el hombre ha dejado de aprovechar sus posibilidades. Por una razón u otra, no las ha utilizado: no las utiliza. Pongamos por caso a los griegos famosos del Partenón y las Termópilas: ¿por qué no inventaron la bicicleta? Lo pregunto muy en serio, a pesar de las apariencias. Los contemporáneos de Arquímedes y de Euclides estaban en perfectas condiciones científicas para “descubrir” dicha máquina y otras mucho más complicadas. Tal vez no las “necesitaban”. ¿Y qué decir de los marineros de Colón, con don Cristóbal al frente, que estuvieron a dos dedos de morir de hambre al final de su célebre travesía? “Aún no me explico cómo no se les ocurrió pescar”, comenta un erudito. Quizá no se les ocurrió porque ellos eran “marineros” y no “pescadores”. No lo sé. Las perplejidades se repetirían con otras anécdotas parecidas. El Progreso -con mayúscula- nunca fue demasiado rápido, y no lo fue por falta de ganas. En realidad, las “ganas” auténticas de progresar, de extender el dominio del hombre sobre la Naturaleza, son cosa de hace doscientos años, o poco más. […] Un informe reciente de la Unesco publica el resultado de un censo de “sabios” que en la actualidad viven y ejercen su profesión en nuestro planeta: al parecer, superan en número al total de los que se habían sucedido desde el Paleolítico Superior hasta anteayer. Con independencia del valor que a la palabra “sabio” den en la Unesco, el dato merece ser acogido sin reservas. No hay duda de que el asunto va por buen camino. Si el rendimiento práctico es proporcional o no, lo ignoro. Y aunque lo sea, todavía queda mucho por hacer. La Naturaleza sigue haciendo de las suyas. Virus torvos, hecatombes por inanición, volcanes, tornados, trombosis coronarias: la lista de desastres “naturales” por remediar sería interminable. El vuelo del Apolo XIII ha tropezado con el gesto hostil de nuestra cósmica mamá: un meteorito o unas moléculas de oxigeno indóciles han dado al traste con la aventura. El detalle del acontecimiento es lo de menos: lo que cuenta es la Naturaleza invencida... Sin olvidar que la nuestra -la “naturaleza humana”, tan inhumana- no es menos rebelde. De los accidentes de tráfico a las guerras, el muestrario resulta tan variado como bárbaro. En fin...

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