La Vanguardia 1936
22/07/2016

Los que mueren. Apeles Mestres

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Los que mueren. Apeles Mestres

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsEn la madrugada del sábado al domingo falleció en su residencia de Barcelona el venerable artista catalán Apeles Mestres, a quien, como se recordará, recientemente le fue tributado el homenaje que la ciudad rindió a su hijo como testimonio de admiración al que tantas ramas del arte ha cultivado con éxito y fama. La enfermedad implacable que desde hace tiempo le acechaba terminó el sábado con la vida del ilustre barcelonés, que había llevado su optimismo hasta los últimos días de su larga existencia. Apeles nació en Barcelona en 1854 y era hijo del arquitecto don José Oriol. Pasó su infancia en el antiguo caserón que entre el Palacio Episcopal y la catedral de Barcelona poseían sus mayores. Allí aprendió a familiarizarse con las obras de arte antiguo y con el ambiente medieval de que tan hondamente están impregnadas sus producciones, tanto artísticas como literarias. En su libro La casa vella aparece trazada, magistralmente, la época de su niñez y la sociedad de entonces. Apeles Mestres hizo sus primeros estudios en un colegio francés de Barcelona, y tomó el título de bachiller. Su producción artística y literaria ha llegado al gran y pequeño público, y ha conseguido una nombradía bien cimentada. En 1908 fue proclamado Mestre en Gai Saber en los Juegos Florales de Barcelona, y en 1915 le fue premiada en los mismos su colección de poesías Flors de sang, inspiradas en la gran epopeya de la Guerra europea, y encaminada a loar el heroísmo y abnegación del pueblo belga, abominando las calamidades del terrible azote. Los mejores libros de Apeles Mestres han sido traducidos al castellano, gallego, francés, italiano, alemán, inglés y sueco. Las Flors de sang han merecido los honores de ser traducidas al francés, inglés y flamenco, simultáneamente. El finado pertenecía a algunas academias, entre ellas a la de Buenas Letras de Barcelona, y a la de la Lengua Catalana [sic]. Era Oficial de Instrucción Pública de Francia, y recientemente, como antes decimos, Barcelona le tributó un homenaje durante el cual el alcalde le impuso las insignias de la Medalla de la Ciudad, que habían sido adquiridas por suscripción popular entre los distintos centros artísticos de Barcelona. Nuestra ciudad pierde, con la muerte de Apeles Mestres, uno de los artistas más preclaros de una época y una personalidad venerada en el mundo artístico catalán. Descanse en paz.

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