Josep-maria Puigjaner 1983
03/03/2020

Nacionalismo catalán y neonacionalismo español (1983)

2 min
Nacionalismo catalán y neonacionalismo español (1983)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsEl manifiesto Cataluña, democracia, solidaridad tuvo la simpática osadía de romper el silencio casi reverencial que se había hecho en torno al recién estrenado relevo socialista en el Gobierno español. El autor: Arnau de Vilanova, un club de opinión suprapartidista. El manifiesto era una neta y contundente afirmación de las cotas mínimas que un nacionalismo catalán nada maximalista tiene derecho a esperar de un Gobierno que se presenta precedido por el estandarte del cambio. […] Cataluña es una entidad colectiva nacional a la que dan consistencia tanto la conciencia vigilante de los catalanes viejos como la voluntad de incorporación y de participación de los catalanes nuevos. […] Cataluña no tiene en la mano -¿tendrá algún día?- todas las herramientas accesorias para una construcción moderna de su ser nacional. Las conseguirá, si acaso, con derroche de esfuerzo y de lucha pacífica, porque a Cataluña nunca nadie le ha regalado nada, ni siquiera la naturaleza. […] El mismo día del manifiesto, el señor Peces-Barba, presidente del Congreso de los Diputados, aseguraba que no tenía inconveniente alguno en aceptar que Cataluña es una nación. […] Hablar de nación cuando la Constitución vigente sólo se ha atrevido a consagrar nacionalidades es un acto de libertad de espíritu político […] Añadió Peces-Barba que él concibe España como “una nación de naciones”. […] Aunque algunos suscriben esa expresión, otros se quedan presos del impresionante silencio que acompaña a la duda sobre si se conciben dos clases de naciones: la nación por antonomasia, la Nación con mayúscula, con derecho a poseer su propio Estado, y la nación en minúscula, sin derecho a constituirse nunca en Estado. […] Si lo que debe prevalecer son los intereses de la nación grande sobre las naciones pequeñas, estamos perdidos. […] Esas naciones han sido maltratadas, sobre todo en aquellas circunstancias históricas en que, por imperativos de la necesidad, -llámese derrota militar, crisis económica o simple cambio de tercio político- hay que poner otra vez en órbita el neonacionalismo españolista. Ahora nos encontramos en una de estas coyunturas. El presidente Felipe González ha apelado a la recuperación del orgullo nacional […] La generación del 98 propugnaba la consolidación de una visión de España desde Castilla. Baste recordar la aseveración granítica, escalofriante, de Ortega y Gasset: “España es una cosa hecha por Castilla, y hay razones para ir sospechando que, en general, sólo cabezas castellanas tienen órganos adecuados para percibir el gran problema de la España integral”. […] Es inevitable que, si las máximas instancias gubernamentales piensan en serio orquestar un neonacionalismo españolista trasnochado -por unilateral y por excluyente de todos los demás- para inyectar moral de victoria a un país en crisis, se origine a corto plazo una lucha, nada aconsejable, entre nacionalismos. Un neonacionalismo españolista de viejo cuño no hará más que excitar a los nacionalismos vasco y catalán. […]

stats