Carlos Nadal 1992
07/02/2019

¿Subsidiaridad o solidaridad?

2 min
¿Subsidiaridad o solidaridad?

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsEn la Europa comunitaria se venía produciendo una situación anómala. Cada vez estábamos más metidos en ella. Las economías de los estados miembros han ido creando un tejido de interrelación muy denso. El Consejo Europeo, los consejos ministeriales se reúnen con frecuente periodicidad. Toman decisiones que nos conciernen a todos. La Comisión Europea regula la puesta en práctica de las directrices marcadas. Pese a todo, ha prevalecido la estimación generalizada de que el aparato de la CE afectaba sólo tangencialmente a los estados nacionales. La opinión de los países ha vivido la participación comunitaria casi únicamente por sus repercusiones sectoriales. […] La CE padece males de mayor gravedad que un exceso de “eurocracia”. Los estados nacionales aparecen como difícilmente ajustables a una voluntarista y racionalizadora opción de supranacionalidad. Se movilizan reflejos defensivos, protectores. Especialmente cuando la economía muestra desniveles de mucha entidad y el comportamiento dispar de las monedas lo indica sin paliativos. La libra esterlina y la lira abandonan el SME y España restringe el movimiento de capitales, tres meses antes de que entre en vigor el Acta Única que dispone precisamente su total libertad de tránsito. En esta situación movediza se barajan las más diversas conjeturas. Kohl reafirma la voluntad de proseguir en la dirección señalada en Maastricht. Pero, al mismo tiempo, recalca la necesidad de desarrollar el principio de subsidiaridad que supone una garantía a la soberanía de los estados de la CE. […] Es comprensible que aparezcan versiones laxistas de la subsidiaridad, ahora encabezadas por Gran Bretaña. El jueves, John Major precisaba que su Gobierno no llevará al Parlamento la ratificación del tratado de Maastricht antes de que se aclare la situación de Dinamarca, como ya había dicho antes. Pero también en espera de que se fijen “criterios claros” sobre el reparto de poderes entre la Comunidad y los estados nacionales. […] La verdad es que la Europa comunitaria en la que estábamos ya metidos sin prestarle excesiva atención, ahora se busca a sí misma, con la particularidad de que estamos demasiado en ella para volver atrás y no suficientemente para aceptar las consecuencias hasta el final. Por esto se habla de remedios intermedios para salir del atasco y salvar el tratado de Maastricht. El posible añadido de anexos, de protocolos especiales. Consentir excepciones, facilitar acomodamientos. […] No vaya, pues, a ocurrir que el concepto de subsidiaridad, tan traído y llevado en nombre de la intocable soberanía nacional, acabe siendo manejado en contra de la solidaridad, finalmente en perjuicio de las naciones mismas que lo han invocado. […]

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