Informació De ‘la Vanguardia’, 1894
28/11/2019

El “separatismo colonial” de Salmerón (1894)

2 min
El “separatismo colonial”  de Salmerón (1894)

Peces històriques triades per Josep Maria CasasúsDe la informació de La Vanguardia (30-XI-1894) sobre la sessió parlamentària de tal dia com avui fa 125 anys. Aquell dia Diario de Barcelona (30-XI-1894) deia: “Salmerón insulta al ministro de Ultramar, maltrata a la Monarquía y a los monárquicos, y hace profesión de fe de separatismo colonial, sin que nadie le arroje de aquella Cámara de la Monarquía española”.

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Después de abierta la sesión del Congreso, el señor García Molina pide al Gobierno que dé una pronta solución a la cuestión monetaria de Puerto-Rico. […] Se reanuda el debate sobre las reformas antillanas, y empieza su discurso el señor Salmerón, diciendo que le causa verdadera repugnancia el intervenir en debates promovidos por los monárquicos, solamente alentados, dice, por la esperanza del botín. “Los partidos monárquicos, añade el señor Salmerón, son verdaderas kábilas”. Esta frase del orador promueve risas en la Cámara. El partido liberal, continúa diciendo, es un conglomerado de elementos procedentes de todos los campos, cuyos elementos se dispersarán en cuanto desaparezca el señor Sagasta; la España de la Restauración, dice el orador, está como envenenada, y en ella todo se reduce a repartir destinos. […] Afirma que la democracia no ha encarnado todavía en las leyes, y recuerda las frases de Donoso Cortés cuando dijo que existen dos morales; una, la moral de los magnates y de los políticos cuyo honor les impide ser monárquicos; otra, la de los sicarios que no reúnen las debidas condiciones. “Ahora, exclama, se pone en tela de juicio no solamente el honor, sino también la virtud.” El señor Abarzuza indignado golpea fuertemente el pupitre, y pide que se escriban las palabras del orador. El señor Salmerón: -Escríbanse, sí, aunque sea con mi propia sangre. (Algunos espectadores aplauden). […] Terminado el discurso del señor Salmerón, el Presidente del Congreso le invita a que retire las palabras que han molestado al ministro de Ultramar. […] El señor Salmerón repite lo dicho anteriormente. […] Levántase el señor Romero Robledo, y pregunta al señor Salmerón, que pues considera una virtud el sostener ideas políticas, si, con respecto a Cuba, sostiene hoy el mismo criterio que sostenía en 1872. El señor Salmerón no contesta a esta pregunta y en la Cámara se produce alguna expectación. El señor Romero Robledo entonces abre el Diario de Sesiones de aquel año y lee los párrafos en que el señor Salmerón declaraba que se debía dejar a las colonias declararse independientes. (Grandes rumores, protestas de indignación.) El señor Salmerón: -Hoy pienso exactamente igual. (Gran escándalo y voces que no se entiende lo que dicen.) Interviene en el debate el señor Moret y acusa en su discurso al señor Salmerón de haber con sus intemperancias perturbado el natural desarrollo de la democracia. Después del señor Moret habla el señor Canalejas, y dice que no debía haberse permitido al señor Salmerón que faltase, como afirma el orador que ha faltado, a la consideración que todo diputado debe a la Cámara. […] El Sr. Salmerón intenta volver a hablar, pero se lo impide el tumulto que se produce en la Cámara, en medio del cual se oyen voces de: fuera el filibustero! -en vista de lo cual el Presidente del Congreso levanta la sesión.

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