Catalunya confía en tener a 300.000 personas vacunadas de covid en Semana Santa

Salud compra 10 millones de jeringuillas y avanza que se inmunizará primero a la población más vulnerable

Ara
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Representació de la vacuna contra el coronavirus

Santa Coloma de Gramenet / BarcelonaCatalunya confía en recibir 350.000 dosis de la vacuna de Pfizer contra el covid-19 de los 2,5 millones que tiene asignadas España. El calendario del gobierno español prevé que las primeras personas se podrían empezar a vacunar a finales de enero en todo el Estado. Ahora bien, teniendo en cuenta que es una vacuna que requiere dos dosis, las cuales se administran con una separación de 28 días y que tarda entre 10 y 15 días en generar inmunidad, la previsión de la Generalitat es que a mediados de marzo haya 175.000 personas vacunadas. Salud también trabaja con la previsión de que, siguiendo el calendario del gobierno español, en febrero lleguen suficientes vacunas como para inmunizar a unas 140.000 personas más y, por lo tanto, tener vacunadas hasta 300.000 antes de Semana Santa.

La consellera de Salud, Alba Vergés, ha anunciado que su departamento ya había adquirido 10 millones de jeringuillas para los centros de salud de cara al inicio de la vacunación del covid-19. A pesar de que la estrategia de vacunación la acabará decidiendo el Estado con las comunidades autónomas, serán estas últimas las que se encargarán del suministro del material. "Hace semanas que preparamos la estrategia con un grupo estable y en coordinación con el ministerio", ha dicho Vergés.

La consellera ha asegurado que el departamento lo tendrá "todo listo" para poner en marcha la campaña de vacunación, previsiblemente en enero, cuando lleguen estas 350.000 unidades iniciales que se prevén para Catalunya, de acuerdo con la información que les ha enviado hasta ahora el gobierno español. "Usaremos la atención primaria como estrategia principal de vacunación", ha confirmado Vergés, si bien ha reconocido que en algunos entornos se podrían poner en marcha otras estrategias dependiendo de las necesidades o de las dosis disponibles. Según Vergés, Salud pondrá en los CAPs el refuerzo de personal "que haga falta" para la campaña de vacunación del covid, que todavía puede coincidir temporalmente con la de la gripe.

Poco antes de la comparecencia de la consellera el secretario de Salud Pública, Josep Maria Argimon, avanzaba en una entrevista a RAC1 que el objetivo era llegar a tener al 70% de la población inmunizada a lo largo de 2021. Se trata de un hito muy alineado con la idea del ejecutivo español pero, a diferencia del ministerio, Argimon cree que no se podrá lograr antes del verano y que estas previsiones se tienen que interpretar siempre "en condicional", según avancen los ensayos de la vacuna. Sin embargo, sí ha anticipado que la próxima temporada veraniega será muy diferente de la de este año, precisamente por el alcance de la vacunación.

Cuatro niveles de vacunación

El departamento de Salud prevé que el primer colectivo que se vacune sea el de las personas que viven en las residencias de gente mayor y sus cuidadores. Argimon ha apuntado que después vendrán los profesionales sanitarios, empezando por los que trabajan en la atención primaria y en unidades de primera línea. Ha coincidido con él el coordinador de la unidad de seguimiento del covid-19 en Catalunya, Jacobo Mendioroz, que ha explicado que todas las comunidades autónomas están trabajando en coordinación con el ministerio de Sanidad para pactar los criterios de actuación para desplegar el plan de vacunación del covid-19.

"Todavía hay que definir los entornos y dependerá del número de dosis que vayan llegando", ha explicado el epidemiólogo, que ha avanzado los cuatro niveles de vacunación que se podrían seguir, sin precisar la orden de las fases. En cuanto a la vacunación más protectora, se priorizaría a la gente más vulnerable y con más patologías, como los ancianos que viven en residencias geriátricas, y que son los que más complicaciones pueden tener. Después se dirigiría a los colectivos esenciales más expuestos, empezando por los cuidadores de la gente mayor y los profesionales sanitarios, por su alto riesgo de contagio y de contagiar. "Esta estrategia no funciona solo para el coronavirus, sino que también es el uso habitual de las vacunas", ha precisado Mendioroz.

Más allá de la vacunación protectora para los colectivos con más riesgo, ha subrayado que con las vacunas también se pueden seguir dos estrategias para contener la transmisión comunitaria: por un lado, inmunizar a las personas con más interacción social, porque pueden diseminar más el virus y, por el otro, usar las vacunas de manera temprana ahí donde se detecten brotes y se quiera inmunizar a los entornos más próximos, como por ejemplo las familias, que es lo que se suele hacer con otras enfermedades infecciosas como la tos ferina y el sarampión, según Mendioroz.

Argimon, que debido al coronavirus ha sufrido una neumonía bilateral y ha estado siete días ingresado en Can Ruti y un mes alejado del foco mediático, ha apuntado que a Catalunya, por densidad poblacional, le corresponden una de cada siete dosis de la vacuna que reciba España. Además, ha añadido que las personas que ya han pasado el virus no quedarán fuera de la vacunación, a pesar de que sí es posible que la reciban más tarde. "La inmunidad es una incertidumbre, y tampoco sabemos cuál nos dará la vacuna. No sabemos cuánto tiempo irá bien", ha remarcado.

Primero los sanitarios y los servicios esenciales

Hay algunos expertos que sí han emitido un primer informe sobre cuál tiene que ser la priorización para la inmunización, y la principal conclusión es que el primer colectivo tiene que ser el personal sanitario que está en contacto con pacientes, los trabajadores de residencias de gente mayor y el personal de primeros auxilios, como los bomberos y la policía. A continuación llegará el turno de las personas mayores de 80 años, especialmente las que viven en entornos residenciales, según un informe elaborado por el Grup Col·laboratiu Multidisciplinari per al Seguiment de la Covid-19 (GCMSC), una plataforma independiente de científicos promovida conjuntamente por el Institut de Salud Global de Barcelona (ISGlobal) y el Col·legi de Metges de Barcelona (COMB).

Una vez la disponibilidad de dosis de vacunas sea menos limitada, continúa el documento, se tendría que vacunar al resto de colectivos más susceptibles de enfermar gravemente: las personas de entre 65 y 79 años, las que tienen condiciones crónicas como la diabetes de tipo 2, enfermedades pulmonares o cardiovasculares, y las personas con obesidad. En una hipotética cuarta fase, llegaría el turno de los colectivos esenciales como el personal de transporte público, los profesores y trabajadores en ell sector educativo o los empleados del sector de la alimentación, así como las personas que viven en entornos donde la capacidad de aislamiento es limitada, como prisiones y centros de refugiados.

El resto de la población adulta se podría vacunar en la penúltima fase, cuando la vacuna sea accesible, priorizando siempre a los mayores de 55 años. En cambio, la población infantil y las personas que ya han superado el virus se podrían considerar no prioritarias para la vacunación, como mínimo, en las primeras fases.

Argimon se opone al carné de inmunidad

Sea como sea, el secretario de Salud Pública ha remarcado que era "importante" señalar que se priorizará que la persona que recibe una dosis de la vacuna tenga garantizada la segunda antes de empezar a vacunar al máximo número de personas. Argimon también ha subrayado que no era partidario de hacer obligatoria la vacuna y se ha opuesto frontalmente a la idea de crear una carné de inmunidad, porque establecería diferencias entre la población. De hecho, ha asegurado que si se acabara instaurando esta estrategia que quiere desplegar la Comunidad de Madrid –y que después de haberse abordado en varias ocasiones en Catalunya, siempre se ha acabado descartando–, él "me iría".

Sobre la evolución de los datos, Argimon ha asegurado que los últimos datos evidencian que la curva epidemiológica va "en la buena dirección", pero ha matizado que "queda mucho camino". Actualmente todavía se dan 400 contagios cada 100.000 habitantes y en los últimos siete días se han registrado 385 defunciones. Con todo, es cierto que estos indicadores se han reducido considerablemente en dos semanas: la primera semana de noviembre se detectaban el doble de positivos por 100.000 habitantes (800) y murieron un centenar más de personas en solo siete días. "Tenemos que ir con mucho cuidado: si ahora salimos todos desordenadamente, con movilidad al máximo, tendremos problemas", ha advertido Argimon, que ha celebrado la reapertura de la restauración para encontrar el equilibrio entre la salud y la dimensión social y económica.

El coordinador de la unidad de seguimiento del covid en Catalunya ha insistido en que las restricciones que se impusieron hace siete semanas y que este lunes se empiezan a flexibilizar han funcionado. Concretamente, el epidemiólogo ha destacado que se ha reducido la cifra de contagios diarios hasta los 1.800 diagnósticos. Además, la mayoría de los territorios tienen la tasa de contagios o Rt, que mide la velocidad de propagación del virus, por debajo de 1. El conjunto del país la mantiene por debajo del 0,8, y esto significa que no todas las personas que se infectan están transmitiendo el virus.

"La bajada de los indicadores es generalizada, pero todavía tenemos mucha gente en los hospitales", ha admitido Mendioroz. En estos momentos hay 2.117 personas hospitalizadas en Catalunya, 514 de las cuales en la UCI, muy lejos del umbral de los 300 pacientes críticos que permitiría oxigenar los hospitales. "Tenemos que ser conscientes de que el virus todavía está aquí, de que puede volver a subir en diez o quince días y de que si vuelve a subir tendremos una situación extremadamente compleja de cara los próximos días y de cara a Navidad", ha avisado Mendioroz, que ha añadido que es muy importante que toda la actividad que se tenga que hacer se haga al aire libre y que se evite al máximo la interacción social.

Empiezan los cribajes masivos

Coincidiendo con el inicio de la desescalada, Catalunya retoma este lunes la estrategia de los cribajes masivos en seis municipios de la región metropolitana norte y en nueve localidades de la región de Lleida. El objetivo es romper las posibles cadenas de transmisión del virus con el aislamiento de los positivos asintomáticos.

Durante una semana, el departamento de Salud hará PCR y tests de antígenos a personas asintomáticas de más de 16 años en Badalona, Mataró, Santa Coloma de Gramenet y Sabadell. Mientras que en estos municipios la búsqueda se centra en un par de áreas básicas de salud, en la Llagosta y Mollet se convocará a toda la población. El martes también se iniciará la estrategia en Rubí y el viernes en Terrassa.

En el caso de los cribajes masivos en la región sanitaria de Lleida, que esta semana se harán en la ciudad de Lleida, Guissona, Agramunt y Almacelles, Salud ha confirmado que se usarán tests de antígenos, pero no ha aclarado en qué contextos generales se usará la PCR o la prueba rápida.

"Como ya hicimos con las PCR, habrá que probar y evaluar en qué entornos y en qué situación epidemiológica es más interesante usar uno en vez del otro porque proporciona mejores resultados", ha dicho Mendioroz. Así, ha añadido, la PCR se mantendría como prueba de referencia en aquellos espacios donde hay más riesgo de obtener falsos negativos y los tests de antígenos se utilizarían en el ámbito comunitario.

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