Xavier Montsalvatge 1978
01/01/2020

Nueva obra sinfónica de Joan Guinjoan (1978)

Crítica del compositor i periodista Xavier Montsalvatge (Girona, 1912 - Barcelona, 2002) publicada a La Vanguardia (8-III-1978). Ahir va fer un any de la mort de Joan Guinjoan (Riudoms, 1931 - Barcelona, 2019), personalitat rellevant en l’evolució de la música catalana contemporània. Entre altres guardons, va rebre el Premio Nacional de música el 1990 i el Premi Iberoamericà de la Música Tomás Luis de Victoria el 2004 per la seva originalitat, la recerca lliure de noves formes de llenguatge musical culte i l’experimentació en diverses tècniques i estètiques sonores.

Cargando
No hay anuncios

En el programa del último concierto de la Orquesta de la Ciudad de Barcelona, figuraba la obertura de Kovaritchina de Mussorgsky, Pini di Roma de Respighi y una nueva obra de Joan Guinjoan. Las versiones fueron perfectamente logradas respondiendo la orquesta como siempre a la eficaz y certeramente orientada dirección de Ros Marbá. El maestro obtuvo la mejor colaboración de la centuria instrumental para la primera audición en Barcelona de Tzakol de Joan Guinjoan, la partitura-encargo de la Orquesta Nacional que se había estrenado hace un mes en Madrid y que se ha dado a conocer ahora en Barcelona en sustitución de la que nuestro compositor debía haber escrito para la presente ocasión y que no pudo terminar. Guinjoan, además de ser un hombre ocupadísimo, es muy consciente y elabora su música con extrema escrupulosidad reflexiva. Esta es la impresión que produce Tzakol ; la de un producto estrictamente meditado y planeado, y, como Guinjoan es muy músico, el fruto de su trabajo ha resultado un pleno acierto que puede gustar o no (eso depende del poder receptivo de cada oyente), pero que se impone por lo que trasciende de estos pentagramas; una exhaustiva capacidad de elaboración y metamorfosis de lo que es ab inicio sólo una célula o micro serie que va transfigurándose a lo largo de toda la obra sin perder nunca su identidad del todo pero adquiriendo caleidoscópicas configuraciones rítmicas, armónicas, dinámicas y sobre todo tímbricas, extraordinariamente variadas y contrastadas, como flotando o contrastando sobre una base sonora más fluida. Coherencia y libertad, rigor y flexibilidad, son los factores que caracterizan la nueva partitura de Guinjoan, que, a pesar de que él afirma que se aleja del estilo de su anterior producción, no me parece que sea así, ya que responde a la trayectoria siempre ascendente seguida por nuestro artista y que acusa ya una personalidad bien definida.