ABANS D’ARA

España: la nostalgia de la nostalgia

De García Márquez (Colòmbia, 1927 - Mèxic, 2014) a El País (13-I-1982). Records del Nobel honorat aquests dies amb motiu de la seva mort. Foto: Gabo a la Rambla barcelonina.

Gabriel García Márquez 1982
26/04/2014

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsHace veinte años, en México, fui a ver varias veces la película El último cuplé, cautivado por la nostalgia de las canciones que tanto le había oído cantar a mi abuela. La semana pasada, en Barcelona, fui con una pandilla de amigos a ver el espectáculo vivo de Sara Montiel, pero ya no por escuchar otra vez las canciones de la abuela, sino cautivado por la nostalgia de aquellos tiempos de México. Cuando las cantaba mi abuela, a mis seis años, las canciones me parecían tristes. […] Ahora, en Barcelona, me parecieron tan tristes que apenas eran soportables para un nostálgico irremediable como yo. […] Me sentí conmovido en aquella ciudad hermosa, lunática e indescifrable, donde he dejado un reguero de tantos años de mi vida y de la vida de mis hijos, y lo que entonces padecí no fue la nostalgia de siempre, sino un sentimiento más hondo y desgarrador: la nostalgia de la nostalgia. Para mi generación, la que andaba por los quince años cuando terminó la guerra civil española, esta desazón de las nostalgias superpuestas tiene sus raíces en España. A nosotros nos correspondió vivir, en un momento en que todos los recuerdos son eternos, lo que nosotros llamamos la segunda conquista de América. Me refiero al desembarco masivo de los republicanos derrotados, que no iban armados con la cruz y la espada como la primera vez, sino con una fuerza del espíritu que nos cambió la vida. […] Yo no era consciente de todo esto hasta la semana pasada, cuando salí del teatro con mis amigos de Barcelona y descubrí de pronto la nostalgia de la nostalgia. […] Sentía una gran nostalgia de aquellas hermosas nostalgias esa noche de la semana pasada [...]. Las ramblas estaban más concurridas y delirantes que nunca, […] En medio de la muchedumbre bulliciosa, de los gringos despistados y las suecas suculentas y casi desnudas en enero, estaban los exiliados de América Latina con sus ventorrillos públicos de baratijas, con sus niños envueltos en trapos, sobreviviendo como pueden mientras llega también para ellos el barco del regreso. […]