ABANS D’ARA

¿Partidos o caciques?

De Miquel dels Sants Oliver (Campanet, Mallorca, 1864 - Barcelona, 1920) a Diario de Barcelona (11-II-1905). Els observadors periodístics de fa més de cent anys veien un panorama polític no gaire diferent del d’ara.

Miquel Dels Sants Oliver ‘miguel S. Oliver’ 1905
29/04/2015

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsSe observa actualmente en la vida política, y más en vísperas de elecciones, cierta tendencia a la reconstitución de los partidos, a los cuales el desastre nacional y la muerte de Cánovas y Sagasta dejaron cuarteados y maltrechos. [...] Parece que en esta materia estamos bajo el imperio de un equívoco que conviene despejar para siempre y que es preciso formular en toda su desnudez: ¿Se trata de reorganizar los partidos políticos o de restaurar el caciquismo? […] Hay algo más temible que la carencia de partidos bien organizados, y es la existencia de partidos organizados sin otro objetivo íntimo que el monopolio de la influencia social. Yo he tenido ocasión de observar y estudiar, durante largo período, en una importante comarca española, los efectos locales de semejante organización. La omnipotencia de sus directores la llevó al más alto grado de perfección y de acometividad. Disponían en la capital de la provincia de la estampilla del Gobierno civil, en Madrid de la estampilla ministerial. Lo tenían todo acotado, vedado, sujeto; trasladaban jueces, trasladaban fiscales y magistrados, se ingerían en la justicia, en la vida privada, en la esfera doméstica, en las sociedades y organismos no políticos. […] Teníamos las apariencias, los bastidores y las bambalinas de un Estado moderno, esto es, de un estado de derecho, en el cual toda la vida viene regulada por normas jurídicas; pero no teníamos nada más que estas apariencias, bastidores y bambalinas, indispensables para el buen éxito de la tragicomedia. El principio teórico se subvertía en cada caso concreto, y los brillantes apotegmas de derecho constitucional, al pasar por las retortas del caciquismo, salían transformados en burla y sarcasmo. […] Los escrúpulos eran mal lastre para navegar en el partido y convenía arrojarlos por la borda. […] ¿De qué se han nutrido en muchos años las esperanzas revolucionarias, sino de las irritaciones causadas por la arbitrariedad del poder, dirigido y desviado por el caciquismo? Fortalecer de nuevo el caciquismo, sería fortalecer el impulso revolucionario. […]