ABANS D’ARA

La Venus de Trafalgar Square

De Josep Manyé (Barcelona, 1908-2000) a Destino (1962) sobre un dels quadres que atreuen més públic a l’exposició d’obra de Velázquez inaugurada fa una setmana a Viena.

Josep Manyé, ‘jorge Marín’ 1962
03/11/2014

Peces històriques triades per Josep Maria Casasús[...] De entre los edificios que circundan Trafalgar Square, destaca, por su posición y estilo, el de la National Gallery, [...]. Hay allí una tela de Velázquez que es, sin duda, una de las más importantes y a la vez más populares de la Galería. Se trata de La Venus del Espejo, catalogada bajo el título The Toilet of Venus, pero más conocida en Inglaterra como la Rokeby Venus a causa de su última procedencia. Es uno de los pocos desnudos de la escuela española y el único que ha sobrevivido de los tres que pintó Velázquez. […]. El desnudo de la Venus de Velázquez tiene, a pesar de sus tres siglos, una vigencia que sorprende a todos los que la contemplan. De aquí el que en ninguna otra sala resulte más interesante el sentarse en uno de sus bancos para admirar un cuadro y estudiar al mismo tiempo las reacciones de los visitantes ante el desnudo de esa supuesta Venus con cuerpo de ánfora griega, que un crítico de arte calificó de “curvilínea y fresca como una tajada de melón”. […]. El cuadro es la encarnación de la femineidad, y por paradójico que parezca, ese símbolo de la femineidad lo convirtió en blanco de las iras de las feministas. […]. En 1914, una de ellas, Mary Richardson, con paso seguro y una pequeña cuchilla escondida en una de sus mangas, se dirigió hacia la sala en que se hallaba La Venus del Espejo y rompiendo el cristal que la protegía, asestó varias cuchilladas a la famosa tela. […]. En 1960, con motivo de preparar un documental sobre el Movimiento Sufragista, entrevisté a Mary Richardson. […]. Recuerdo que al comentar esa hazaña -que había de valerle el apodo de Slasher Mary, de María la acuchilladora - y preguntarle por qué había elegido la Venus de Velázquez y no otra de las muchas obras maestras que la National Gallery encerraba, me contestó: “Porque era la más hermosa de las Venus y para mí simbolizaba lo único que los hombres deseaban de la mujer”. […]