Pablo Piferrer Fábregas 1838
25/01/2018

‘La Fattuchiera’, ópera de Vicente Cuyás

2 min
‘La Fattuchiera’,  ópera de Vicente Cuyás

Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús[...]

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La instrumentación de La Fattuchiera, ópera de Vicente Cuyás, es enérgica, y creo que nada dejará que desear al más rigorista maestro. Cuyás es muy joven todavía, hace poco tiempo que está iniciado en la composición, no ha viajado... ¡y sin embargo produce tan ricas obras! ¿Qué hará pues si refina su gusto oyendo las más sublimes particiones [sic] extranjeras, si puede respirar por algún tiempo la atmósfera de Rossini y Meyerbeer [Giacomo Meyerbeer, compositor prussià d’èxit en el París de l’època]? ¿Si su ánimo se entusiasma, si su imaginación se enriquece con las obras, con los dramas, con las novelas, con la magnificencia, con el lujo, con la inmensidad de la Babilonia moderna, de París? Mucha gloria es para Barcelona que sin haber salido jamás de su recinto pueda ya ofrecer una Fattuchiera, y es una prueba irrecusable de que la composición se puede aprender en Barcelona tan bien como en cualquier otra parte. Y qué, ¿tenemos un Vilanova [Ramon Vilanova (Barcelona,1801-1870), compositor, mestre de capella], tenemos al maestro Cuyás, y mendigaremos el auxilio de los italianos para aprender las reglas de la composición? Yo por mi parte le doy las gracias más expresivas y sinceras, y le felicito por el digno discípulo que le honra y honrará a Barcelona. Con todo mi corazón se las doy también al digno maestro Ferrer [Mateu Ferrer (Barcelona, 1788-1864), compositor, mestre de capella], al que ha protegido a Cuyás en sus primeros pasos, al que le ha animado en sus contrariedades; doy las gracias al anciano maestro que lejos de desdeñar al joven, le tiende una mano amiga y le abre la senda de la gloria, que por su modestia y timidez no emprendía. Hora era ya que la juventud saliese a la arena; el primer combate es un triunfo, las ideas fermentan terriblemente en todas las cabezas jóvenes, el movimiento es sordo pero existe; cese la guerra civil, diríjanse y dese pábulo a aquellas ideas, y dentro de algunos años la España figurará algún tanto en la lista de las naciones civilizadas. ¡Feliz Cataluña, pues no poca parte le cabrá en su gloria, si nuevos Saldonis [de Baltasar Saldoni (Barcelona, 1807-1889), autor de l’òpera El triunfo del amor ] y Cuyás se presentan a arrebatar los aplausos del público y a encender nuestro entusiasmo!

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