Jesús Mosterín 1992

¿Era Franco de izquierdas?

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsEs tan obvio que hoy en día las palabras izquierda y derecha, en su uso político, ya no significan nada, que ni siquiera valdría la pena traerlo a colación, si no fuera porque a veces se defiende como valor de la izquierda una gran parte del legado de Franco, caudillo de la extrema derecha. Aquí hay una contradicción, […]. En 1789 se reunieron por última vez los Estados Generales de la monarquía, […] Se usaba la topografía de la sala como instrumento de votación. Se votaba sí o no colocándose uno físicamente a la derecha o izquierda del presidente de la asamblea. […] Se era tanto más de izquierdas cuanto más decididamente se estaba por la introducción de cambios drásticos […]. Los de derechas eran los moderados […] Como ha señalado Javier Tusell, el general Franco no comprendía los mecanismos del mercado. Su política económica se basaba en la regimentación autárquica e intervencionista, complementada por la demagogia social […] El ideal franquista consistía en un mundo estático, donde nada se mueve: matrimonios sin divorcio, empleos sin despido, empresas sin quiebra, alquileres congelados. Todo lo contrario de la economía moderna, cuya eficacia se basa en el dinamismo, en el cambio constante, autorregulado por los mecanismos del mercado. ¿Era Franco de izquierdas? Actualmente algunos sindicalistas rancios y otros paleosocialistas parecen identificar la izquierda con cosas tales como la empresa pública y la inflexibilidad en la contratación laboral. Pero en España fue Franco el campeón indiscutible de ambas causas. […] Entre 1941 y 1957 fue ministro de Trabajo el demagogo fascista Girón de Velasco. A él se debe la ley del contrato de trabajo, origen de la actual [1992] legislación laboral española. Ni la República ni el PSOE han tenido arte ni parte en el asunto, aunque algunos defienden tal legado como una conquista de los trabajadores y de la izquierda. Franco nacionalizó todo lo nacionalizable, […]. Ni la República ni el PSOE han nacionalizado nada. […] Franco impulsó como nadie las grandes empresas públicas. Incluso se negó a admitir la quiebra de las privadas, nacionalizándolas cuando dejaban de ser viables. […] En vez de competir por servir mejor y más barato al consumidor, se adopta una actitud mendicante y violentamente reivindicativa ante la Administración pública, poniéndose la confianza en la sopa boba del Estado más que en el propio esfuerzo e imaginación. Estas empresas de tipo soviético […] nos cuestan más dinero en un mes que todas las corrupciones de los políticos corruptos en diez años. No sé si la defensa de las aberraciones socieconómicas de un dictador de derechas puede considerarse como una actitud de izquierdas. Lo que parece evidente es que tiene poco que ver con el progreso o la racionalidad.