Xavier Montsalvatge 1969

Mompou

Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús[...]

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Si buscáramos el equivalente visual de las armonías clarividentes y del esquema melódico propio de la música de Federico Mompou, lo hallaríamos exactamente en la pintura de su hermano, el añorado José Mompou, fallecido el verano pasado: la misma luminiscencia en la gradación tonal, una idéntica aplomada distinción expresiva, una pareja falta total de afectación o rebuscamiento de la que se deriva una común fidelidad al estilo narrativo que espontáneamente fluyó de los pinceles de José y que venturosamente brota de los acordes pulsados al piano por Federico. La gran virtud de la música de Mompou, el misterio que hace de ella una realidad trascendente, es que en el transcurso del tiempo, sin apenas cambiar de fisonomía, sin apartarse en lo más mínimo de una técnica y unas estructuras determinadas, ha podido permanecer actual, quedando por encima de la problemática en que se desenvuelve hoy el arte de los sonidos. […] De la misma manera que él pudo sustraerse a diversas influencias que han contribuido a configurar buena parte de la música catalana en los pasados cincuenta años (las germano-austríacas a través de los cultos a Schumann, Wagner, Strauss o Schonberg), ahora es naturalmente refractario a otros reclamos, orientaciones o señuelos que podrían, aunque no cambiar la verdadera naturaleza de su música, si el rumbo de la misma, o ejercer una presión sobre su ideología estética, que permanece inconmovible. Mompou nos habla a veces de su obstinado afán de síntesis y de un buscado retorno a las sintaxis más compendiadas, desnudas y elementales que empleó en sus primeras obras y que ahora ha condensado en los acentos lacónicos de la “Música callada”. […] Repetidamente se han buscado paralelos entre la obra de Mompou y la de otros compositores que fueron a la vez pianistas. Emile Vuillermoz emparentó los “Charmes”, los “Faubourgs” y algunas “Cançons i dances” con ciertas páginas de Debussy; Santiago Kastner estableció nuevas comparaciones con Albéniz; Henri Collet encontró analogías con Granados y se habló también de Chopin y Satie como antecedentes de un arte como el de nuestro autor que, sin embargo, es antes que nada original y personalísimo. En todo caso Mompou -igual que Chopin, Debussy, Satie, Albéniz o Granados- han creado para el piano un universo expresivo propio que cualquier oyente sensible puede abarcar escuchando tan sólo cuatro notas, un acorde, una leve frase de su música para el teclado o el inconfundible eco de alguna de sus melodías vocales.