Cataluña y la prensa de Madrid

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsVuelven algunos periódicos de Madrid a tomar el rábano por las hojas, y perdónenos que usemos esa frase vulgarísima para expresar su lamentable equivocación. A pesar del entendimiento de aquellos colegas, pocas veces o ninguna se ha conseguido que examinen los complejos problemas que aquí surgen, con serenidad de juicio. El suceso aislado, individual o de grupo, lo convierten por la hipérbole en suceso social, y el momento de una exaltación cualquiera lo dan como estado de ánimo permanente. La consecuencia primera de ese error es atribuir al pueblo catalán, ante las demás regiones españolas, sentimientos y actitudes que no tiene, y como sobre esas supuestas actitudes y sentimientos se hace allí el comentario, éste pide inspiraciones a la pasión y tonos a la ofensa, con lo cual viene la consecuencia segunda, que es echar leña al fuego y enardecer aquí los ánimos para la protesta contra tales errores e injusticias. No somos sospechosos de catalanismo en el sentido político de la palabra, porque jamás hemos militado en sus filas. […] Pero lamentamos que algunos colegas de Madrid no sólo no acierten a estudiar con serenidad el catalanismo político, ni tampoco acierten a cumplir, a pesar de su deseo, la misión de paz que les corresponde, sino que contribuyan a la confusión y al malestar, hablando de explotadores y explotados, y afirmando que unas regiones viven del sudor de las otras. Ni por patrióticas ni por justas podemos admitir esas frases ofensivas, contra las cuales protestamos. El sentimiento de justicia obliga a reconocer que Cataluña vive de su propio trabajo, y el sentimiento de patria debiera poner freno a la antipatriótica tarea de azuzar a unas regiones contra otras, sobre todo en los que a nuestro juicio tenemos por nuestra profesión singulares deberes de fomentar el recíproco amor y la recíproca consideración entre todas. […] Sobre todo eso llamamos la atención de los periódicos de Madrid, y de todas las personas de buena voluntad, no sólo para que tengan serenidad de juicio, al apreciar la situación de Cataluña, sino para que libren su propio espíritu de los estragos de una información a veces calumniosa, a veces exagerada, y a veces totalmente gratuita o falsa, como por ejemplo cuando esa información establece relaciones entre anarquistas y catalanistas, relaciones que jamás hemos sabido ver los que en Cataluña vivimos. Y no escribimos más, porque queremos predicar con el ejemplo la sobriedad y la prudencia.