Xavier Batalla 2008
13/12/2018

Como ordenar el mundo

2 min
Como ordenar el mundo

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsAlfonso X fue un rey sabio pero no modesto. Dicen que el monarca dijo en un arrebato: “Si hubiera estado presente en la creación, habría hecho algunas sugerencias útiles sobre cómo ordenar mejor el universo”. Siete siglos después, Dean Acheson, secretario de Estado de Harry S. Truman, echó mano de Alfonso X para titular su autobiografía. “Presente en la creación”, escribió para decir que había asistido a la fundación de un nuevo orden. De hecho, Acheson no solo estuvo presente, sino que fue uno de los hombres sabios que dieron forma a un orden multilateral que, con la ONU como piedra angular, legitimó el poder estadounidense. […] Entre el escenario actual y el de 1945 existen paralelismos. Y la cuestión sigue siendo cómo poner orden. Pero el mundo del siglo XXI es multipolar, a diferencia de la escena bipolar de la posguerra. Al término de la Segunda Guerra Mundial, la preocupación de las grandes potencias era qué hacer después del colapso de los imperios y el surgimiento de frágiles estados en Europa, Asia y África. En 1914 se contabilizaban sesenta y dos estados, en 1946, setenta y cuatro. Pero la guerra fría congeló el desafío, que ahora es una cuestión caliente, desde Somalia, donde los piratas hacen su agosto, hasta Iraq, Afganistán y Pakistán, pasando por Darfur y Kivu Norte, región en la que el número de muertos se relaciona con la multiplicación en Occidente de los teléfonos móviles, que devoran el coltán congoleño. La ONU tiene ahora ciento noventa y cuatro miembros, pero abundan los Estados fallidos, prospera el crimen organizado y crecen las zonas desgobernadas. En el siglo XX, Estados Unidos intentó en dos ocasiones crear un orden internacional basado en sus valores. Primero, con el presidente demócrata Woodrow Wilson, un idealista que ignoró la realidad del poder, lo que facilitó el naufragio de la Sociedad de Naciones. Y, después, con Franklin D. Roosevelt, quien promovió la ONU, creada cuando Truman ya le había sucedido. Acheson, el realista que trabajó para Truman, comprendió que la paz no podía alcanzarse solo a través de la fuerza, por lo que el principio fundamental de la democracia estadounidense -la superioridad de la ley- fue proyectado sobre el escenario mundial. En el siglo XXI, otro presidente estadounidense, el republicano George W. Bush, utilizó el 11 de septiembre para romper el statu quo y estar presente en la destrucción de un orden internacional. […] Barak Obama recibirá un mundo bien distinto del que se encontró Bush hace ocho años. […] ¿Qué hará Obama? La continuidad de la hegemonia estadounidense en un mundo cada vez más multipolar dependerá en buena parte de la percepción que de ella tenga el resto del mundo, si modesta y benigna, como ocurrió con los presidentes que supieron combinar los intereses nacionales estadounidenses con lo que también les convenía a sus aliados, o arrogante y maniquea, como ha sido el desastre de Bush.

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