María Pilar Comín 1961
07/11/2020

¿Se va Chanel? (1961)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsUn rumor contagioso e interrogante agita desde hace días los bastidores y descansillos de la alta costura mundial. ¿Coco Chanel se jubila voluntariamente? […] Acaso si Chanel se va ¿podremos decir realmente que un ciclo se acaba con ella? Fue la propia Coco la que dijo un día: Les trouvailles sont faites pour être perdues. Ella, sorprendida por su propio éxito, no podía sospechar siquiera la perpetuación de sus creaciones, cuando allá por los famosos veintes hiciera saltar definitivamente la moda del siglo XIX al nuestro en marcha. Era el desconcertante París de la primera posguerra cuando una muchacha campesina de Auvernia contemplaba la ambigüedad de aquel mundo tras las vitrinas de su pequeña tienda de sombreros, en una vía de París. La moda de aquel momento, con su primer espada, Paul Poiret, parecía concebida únicamente para maduras damas de alto copete, harto amantes de los perifollos y la afectación. La joven Gabrielle Chanel sentía en su interior como un desacuerdo entre aquellas galas exageradas y la época incierta que le había tocado vivir. Y un buen día, tras haber aparecido en las carreras de caballos con una gabardina de estudiante y un sombrero de colegiala, decidió irrumpir en el espinoso mundo de la alta costura, transido de implacable competencia, y dar cuerpo a las ideas revolucionarias que bullían en su cabeza. Presentada su primera colección, un crítico de modas se fija atentamente en ella y le dedica unas breves y sabrosas líneas: “Hemos tenido la impresión de una serie de trajes inventados por una mujer muy artista y ejecutados únicamente por ella”. […] Chanel trataba de infundir a los trajes un espíritu funcional, sellándolos con el difícil lujo de la simplicidad. Con su instinto infalible presiente que en un momento bastante próximo no serán sólo las altas y maduras damas las protagonistas de la elegancia, sino cualquier mujer media que, además, habrá de trabajar y, por lo tanto, necesitará atavíos adecuados a su ritmo de vida. También intuye que en cualquier transición histórica ha sido siempre la moda masculina y no la femenina la que ha señalado los cambios más profundos e importantes […] Por eso es tan significativa Chanel: porque supo trazar para la indumentaria de las mujeres una paralela a la línea varonil que discurriera a su lado, sin interferirse y sin claudicar nunca de una esencial femineidad. Porque entrañablemente femenina fue siempre Cocó y así lo demostró de continuo en su amor a las perlas, las refinadas perlas, y a los coquetones sombreritos que nunca abandonó como complemento imprescindible de sus conjuntos y que siempre nimbaron su rostro tostado de pómulos salientes y sus ojos brillantes de negro azabache. […]