ABANSD’ARA
Cultura 13/02/2016

El almendro

Maragall (Barcelona, 1860-1911) a Diario de Barcelona (20-3-1902). Demà, al cementiri de St. Gervasi, a les 12 h, la trobada anual de l’Ametller Florit honora aquest poeta i articulista. Última foto coneguda d’ell, al camp amb dues filles.

Joan Maragall 1902
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El almendro

Peces Històriques Triades Per Josep Maria Casasús“El almendro”. He aquí un hermoso nombre de una hermosa cosa: he aquí el título de un libro que acaba de publicar un agricultor enamorado de la agricultura, don Mariano Vallés y Vallés. Es un libro de simple utilidad, si se quiere, porque no hace más que explicar el cultivo y explotación de aquel árbol; pero éste es tan bello, que su nombre comunica en seguida reflejos poemáticos al libro que trate de él. […] En su sencilla descripción del almendro hay más poesía que en el noventa por ciento de las que se titulan tales: hay algo de las Geórgicas de Virgilio. Y el virgiliano encanto aumenta cuando el señor Vallés nos instruye de que para favorecer la fecundación del almendro conviene asociar a su cultivo la cría de las abejas. Esto nos sugiere la blanca visión anteprimaveral de un toldo de floridas ramas, y en ellas millares de insectos de oro zumbando en una grande ola de armonía. […] ¡Oh, los dramas del almendro! Su más temible enemigo es el frío; porque él es impaciente por florecer, y confiado; es generoso y valiente: “Florece cada año con una abundancia y una fecundidad notabilísimas; pero su precocidad malogra a menudo las esperanzas del arboricultor, que en un momento ve destruida la cosecha por la humedad de una mañana demasiado fría”. Pero, aun sin llegar a esta muerte en flor, sufre a veces el almendro, implora, habla. ¿Cómo ha de hablar un almendro? Con flores: […] “apenas abiertas, caen al suelo nevándolo con sus pétalos y quedando por ello casi nula su cosecha. El fenómeno es tan hermoso como elocuente”. […] ¿No es verdad que uno acaba por amar al almendro al través de su hermosa vida? […] Todas estas cosas están dichas de manera tan sencilla y tan viva que su autor resulta un poeta. ¿O lo es simplemente por su amor a la tierra y a esos hijos más directos de la tierra que son los árboles? Tanto da. ¿Y acaso hay otra manera de ser poeta que el amor activo a las realidades?

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