Las “planimetrías” de Vilacasas (1961)

CATEDRÀTIC EMÈRIT DE LA UPF I MEMBRE DE L’IECComplejo y simple, como la propia personalidad del artista, es el arte de Vilacasas. Pocos hombres podremos encontrar como él tan desnudos de énfasis, tan desprendidos de retórica, tan intransigente y sencillamente ellos mismos. Sin pensar en conveniencias, sin marrullerías, sin argucias, a pecho descubierto; acaso ninguno encontraríamos tan dispuesto a salvaguardar su propio yo, no por egolatría ni vanidad, sino por fe en los íntimos y auténticos motivos de su conducta, de su acción y de todas sus manifestaciones, arriesgando lo que haya que arriesgar y perdiendo lo que sea necesario perder por mantenerse en toda su orgullosa y quieta integridad. Así le hemos visto pintar, escribir, grabar, modelar y expresarse en público y en privado sin alharaca ni ostentación, pero con una profunda convicción en el fondo de su espíritu, vertiéndose en la forma más directa y más espontánea que aquélla le ha inspirado […] La exposición que realiza actualmente el artista en Sala Gaspar es la más importante y completa que hasta hoy nos haya presentado: grandes composiciones de “planimetrías”, grabados y “marcianos”. […] En las “planimetrías”, donde emplea materiales plásticos diversos, sigue Vilacasas en su gustosa vocación de planos y mapas en relieve –no “dando sensación de relieve”, sino dándonos relieve real, siendo relieve ellas mismas–. En ellas ha enriquecido de más en más su color, que hoy es considerablemente más matizado y vario. También se atreve a tamaños mucho mayores y hasta a formas tan desusadas como el círculo perfecto, con estupendo resultado. Los grabados, entre los cuales los hay de gran tamaño, son de rarísima perfección en su escueta sobriedad. En cuanto a lo que llama “marcianos”, ya grises, ya rojizos y más o menos oscuros en su tinte, y de superficie totalmente mate, pues muestran la tierra completamente desnuda, sin cubierta ni esmalte de ninguna clase, logra Vilacasas una vaga y parlanchina expresividad de singular acento. Como amibas, como infusorios, como microbios aumentados a billones de su tamaño, recordando en algún grado las absurdas creaciones del Bosco, esos raros bichejos que Vilacasas nos ofrece en su actual exposición, presentan un hechizo inquietante y atractivo en la vida que respiran sus imposibles organismos.

Juan Cortés 1961