Josep Espriu ‘cianófilo’ 1962

Hacia otra medicina social (1962)

Peces Històriques Triades Per Josep Maria CasasúsNo es esta la primera vez, ni será la última, si Dios quiere, que nuestras cuartillas van a reflejar nuestra preocupación por la práctica de la Medicina, pues tenemos noticia muy clara de cómo se produce y desarrolla, casi siempre, el encuentro entre enfermo y médico. Este encuentro es la llamada de un ser humano a la puerta de un arte y de una ciencia que sabe que existe siempre dispuesta a devolverle la paz de su mente o de su cuerpo cuando cree o supone que la ha perdido o la va a perder. Pero detrás de esta puerta, este ser humano angustiado cree va a encontrar y debería encontrar siempre, a otro ser humano, el médico, decidido a compartir esta inquietud y a aplicar toda la gama infinita de saberes que abarcan aquel arte y aquella ciencia, para salir juntos y airosos de una problemática extensísima que abarca desde la menor preocupación, hasta el mayor infortunio. […] Pero en este encuentro se interponen consideraciones de peso abrumador y vital para ambos, más que suficientes para que surja disgusto y desilusión. Los médicos no hemos pactado con este modo de establecerse la relación entre nosotros y nuestros enfermos. Desde distintas tribunas, organizaciones, asociaciones y corporaciones venimos pregonando, con mayor o menor acierto, nuestro disgusto y nuestra desilusión y nuestro decidido propósito de liberar a nuestros enfermos y, por lo tanto, a nosotros mismos de estos sentimientos que no expresan, nada más ni nada menos, que la negación más o menos parcial de la auténtica medicina. De este sentir se ha hecho eco, incorporándolo a su misión trascendente, la Asociación de Humanidades Médicas de nuestra Academia, cuyos elevados fines vamos a precisar empleando las palabras con que nos convocó a todos los médicos, al iniciarse el actual curso académico, con la conferencia de Pedro Laín Entralgo, La enfermedad como experiencia filosófica : “-Sensible a la acuciante problemática de nuestra época, [la Asociación] se ofrece como hogar cultural a todos los interesados en el libre examen de las cuestiones referentes a la contingencia histórico-cultural en que el encuentro médico-enfermo se produce. Sabe que siempre ha existido una osmosis entre cultura y medicina, y entiende que si la cultura de nuestro tiempo es proximista respecto al hombre, la Medicina no puede quedar rezagada en un movimiento que quizás esté llamada a orientar y presidir.” […] La relación médico-enfermo da lugar a problemas vivos, que están en la calle, como suele decirse en terminología periodística, recogidos por instituciones, asociaciones y corporaciones que se afanan por encauzarlos y resolverlos; pero hasta ahora no habían merecido la serena atención académica, quizás porque sólo podía dársela una rama que cristalizara y aglutinara una auténtica inquietud humanística. […]